SITIO ARQUEOLÓGICO DE DELFOS (ΑΡΧΑΙΟΛΟΓΙΚΟΣ ΧΩΡΟΣ ΔΕΛΦΩΝ)


Visitar el sitio arqueológico de Delfos es hacer un viaje a uno de los sitios religiosos más importantes de la antigüedad, ya que durante aquella época era considerado el centro de la Tierra. Tras ascender por la Vía Sacra se llegaba al impresionante templo de Apolo, en cuyo interior se encontraba la sacerdotisa pitia, por cuya boca hablaba Apolo. Antes de ello, el peregrino que venía buscando respuestas debía sacrificar un animal u ofrecer el pastel sagrado (pélanos) como pago al dios Apolo. Hoy sabemos que aquel templo se asienta en la intersección de dos fallas, a través de las cuales emanaban gases de hidrocarburos como metano y etano, lo que permite que se realicen fascinantes teorías que explicarían porqué la sacerdotisa entraba en trance, delirando incoherentemente y retorciéndose, a menudo perdiendo el equilibrio y cayéndose.

Acompáñanos en este recorrido donde conoceremos más, no sólo sobre este oráculo (el más prestigioso de la antigüedad), sino también sobre el yacimiento arqueológico y su museo. Acomódate y disfruta este viaje: pulsa en "Monumentos" y elige entre visitar el sitio arqueológico o el museo de Delfos, o en "Historia" si quieres saber algo más de este destino, en "Mapas" tendremos ese complemento que nunca debe faltar en un viaje, mientras que en "Guía" te guiaremos para que puedas aprovechar al máximo tu experiencia en este rincón de Grecia. Finalmente, en "Conclusiones" conocerás, si quieres, nuestra opinión personal y experiencias vividas durante este viaje.

¡¡¡Bienvenidos a Delfos!!!

Datos:
Nuestra visita: noviembre de 2015.
Idioma Oficial: Griego (inglés ampliamente hablado).
Moneda: Euro €.
Población: -.
Superficie: 51 hectáreas.
Prefijo telefónico: +30 (2265).
Web oficial: odysseus.culture.gr


CRÓNICAS DEL SANTUARIO DE DELFOS


Un poco de Historia...

La ubicación del santuario de Delfos no es casual, ya que se construyó en una zona en la que, además de estar naturalmente fortificado y situado en un lugar estratégico en las rutas montañosas que conectaban el este y Grecia continental occidental, existían huecos en el suelo a través de los cuales se liberaban gases que, cuando las personas teía contacto con ellos, caían en trance. Según la mitología, Zeus soltó dos águilas, una al este y otra al oeste, y las hizo volar hasta que se encontraron en el centro del mundo, señalándose como tal con un omphalos (cuya traducción es “ombligo de la tierra”), que más tarde se alojó en el interior del templo de Apolo. Posiblemente, el primer oráculo era parte de un santuario dedicado a Gea (Tierra), el cual, según la leyenda, estaba custodiado por una enorme serpiente llamada Pitón, hija de aquella diosa. El dios Apolo logró matar a la bestia ctónica (traducción literal “perteneciente a la tierra profunda”, es decir a los seres del inframundo), logrando así que el oráculo pasara a su poder.

Las excavaciones realizadas en el recinto arqueológico revelaron que la zona estuvo ya habitada a finales de la épica micénica, alrededor del siglo XV a.C. Al parecer fueron los sacerdotes de Cnosos quienes llevaron el culto de Apolo hasta aquí en el siglo VIII a.C. Tras la I Guerra Sagrada, Delfos se convirtió en la sede, compartida con el santuario de Deméter en Antela (cerca de las Termópilas), de la Liga Anfictiónica, es decir, la confederación de la Grecia Central. En aquella época se establecieron los Juegos Píticos, competiciones atléticas realizadas en honor a Apolo Pitón, cuyo prestigio llegó a estar a la altura de los Juegos Olímpicos, y que tenían lugar cada cuatro años a partir del 582 a.C.

El oráculo de este santuario fue el más famoso de toda la antigüedad, alcanzando probablemente su mayor apogeo a finales del período arcaico y principios del clásico, cuando se erigió el templo de Apolo. No sólo fue consultado sobre asuntos privados, sino que también se le preguntó sobre temas de Estados y cuyas respuestas a menudo influenciaron en la propia política, como cuando se iba a enviar una colonia fuera de Grecia. De esta manera su fama se extendió hasta los límites del mundo de habla griega, lo que hizo que tal influencia generara controversia, estallando varias guerras sagradas por el oráculo, provocando que a lo largo de los años su control cambiara entre las ciudades-estado rivales.

Tras la captura de Delfos por parte de los romanos a principios del siglo II a.C., el santuario fue saqueado con frecuencia, por ejemplo, se dice que Nerón mandó retirar unas quinientas estatuas. Con la expansión del cristianismo, el recinto pagano fue cayendo en decadencia, siendo finalmente cerrado y abandonado por decreto de Teodosio alrededor del año 385 d.C. El sitio fue ocupado hasta el año 1890 por el pueblo de Kastrí, año en que fue trasladado y el sitio fue rebautizado con el nombre actual de Delfos. La puesta en valor del conjunto arqueológico comenzó con las primeras excavaciones iniciadas en el año 1892 y continuadas durante la primera mitad del siglo XX.

La fuerte inclinación del terreno y los constantes deslizamientos de tierra fue el primer peligro al que se enfrentaron los arqueólogos. Tras asentar el entorno, empezó a salir a la luz el plano del antiguo sitio y los restos de sus edificaciones, las cuales se han podido identificar sobre todo gracias a los escritos del siglo II d.C. dejados por el geógrafo Pausanias. Un camino sagrado serpenteaba a través del santuario, a cuyos bordes encontraban los diferentes monumentos y tesoros (ofrendas a Apolo erigidas por estados o individuos) hasta desembocar en el propio templo de Apolo, que albergaba el oráculo en una cámara en la parte trasera. El templo construido en el siglo IV a.C. reveló los cimientos, algunos escalones y algunas columnas, y en cuyo vestíbulo contenía las inscripciones de las llamadas máximas délficas, símbolo del pensamiento griego.

Superpuestos, también se encontraron los restos de dos templos anteriores dedicados a Apolo: uno primero que fue destruido por un incendio en el 548 a.C., del que se conservan algunos capiteles arcaicos y bloques de murallas, y un segundo templo construido a finales del siglo VI a. C. que fue destruido por un terremoto y del que han llegado a nuestros días muchos de los bloques de su pared y algunas esculturas de sus frontones. De los numerosos tesoros del sitio, el tesoro de Atenas ha podido ser reconstruido con sus bloques de piedra originales, gracias a lo cual podemos apreciar en una de sus paredes diferentes inscripciones, incluidos unos himnos a Apolo con anotaciones musicales.

Fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1987. A finales del siglo XX las excavaciones se centraron en varios edificios romanos datados entre los siglos IV al VI d.C. Pero la excavación del sitio no sólo reveló hallazgos arqueológicos, sino que también nos dio más información geológicos, de hecho, el equipo estaba formado por científicos de diversas disciplinas. Así, en el año 2001 se descubrió la presencia de gas etileno, utilizado anteriormente como anestésico y que es capaz de producir un estado similar al de trance, cuyos síntomas coinciden con los descritos en los antiguos relatos cuando la Pitia aspiraba el gas que emanaba desde el suelo del templo y comenzaba a responder a las preguntas delirando y que después eran interpretadas por unos monjes que daban sentido a la respuesta.


Mapas del Sitio Arqueológico de Delfos:




Mapa general del Sitio Arqueológico de Delfos:




Mapa del santuario de Atenea Pronaia:




Mapa del museo Arqueológico de Delfos:




Reconstrucción del sitio Arqueológico de Delfos:




QUÉ VER EN DELFOS / DIARIO DE VIAJE


La visita al sitio arqueológico del santuario de Delfos ya merece de por sí programar y realizar un viaje hasta aquí. Pero el entorno de esta zona de Grecia también tiene otros tesoros ocultos menos conocidos que el viajero debe incluir en una ruta por esta región. Vamos a centrarnos en el recorrido por el sitio arqueológico y vamos a aconsejarte qué ver en Delfos en un día, además de indicar los lugares de interés más cercanos.

Es recomendable iniciar el tour por la zona de excavación, la cual es muy recomendable ver de manera pausada, siguiendo la antigua Via Sacra y disfrutando de cada resto de cada monumento, algunos de los cuales están muy bien conservados, como el Tesoro de los Atenienses, el templo de Apolo, el antiguo teatro, el estadio, etc.… No hay que olvidar que aledaños podemos ver más restos interesantes como la fuente Kastalia o el recinto del santuario de Atenea Pronaia.

Por su parte el recorrido por el museo Arqueológico de Delfos es toda una gozada, guarda piezas importantes del arte antiguo griego como los Kourois de Delfos, las esculturas criselefantinas de la triada apolínea, partes del Tesoro de Sifnos, del Tholos, la esfinge de Naxos, la Columna de las Bailarinas, estatuas como el del “Filósofo”, el Auriga de Delfos, etc., etc.

Tras finalizar el recorrido por la zona de excavación del santuario de Delfos y del museo arqueológico, el pueblo carece de interés turístico, por lo que recomendamos un circuito por lugares cercanos. Entre ellos destacamos la localidad de Arájova (muy famosa en Grecia sobre todo en periodo invernal), el memorial de la Masacre de Dístomo, el monasterio de Osios Loukás (Patrimonio de la Humanidad), el monumento de guerra del León de Queronea, la localidad de Livadiá, en el que destaca el entorno del río Cefiso, etc.

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CONCLUSIONES E IMPRESIONES:


El santuario de Delfos es uno de esos lugares de la Grecia clásica que hay que visitar al menos una vez en la vida. Y no es para menos, ya que se trata de, ni más ni menos, del ombligo del mundo para aquellos griegos. Hoy es un sitio arqueológico que sorprenderá al viajero más experimentado, tanto por su situación en la ladera del monte Parnasos y enfrente del valle del río Pleistos, desde donde se obtienen bellas vistas del paisaje montañoso que lo rodea, como por su bonita distribución arquitectónica, la cual es visitada recorriendo, como antaño hicieron los antiguos fieles, la Vía Sacra hasta llegar al templo de Apolo, aunque no nos detendremos ahí, puesto que más arriba están el teatro y el estadio.

Para llegar hasta el recinto arqueológico de Delfos lo ideal sería alquilar un coche, aunque para quienes prefieren el transporte público, existen opciones para llegar hasta aquí desde Atenas: la elección más económica es el autobús que, operado por la compañía KTEL Fokidaslos, parte de la terminal B en odós Liosion, desde las 7.30 de la mañana hasta las 20 horas de la tarde, realizando el trayecto en unas tres horas. El tren es otra alternativa, aunque algo más cara, lo puedes tomar en Atenas y apearte en Livadiá tras una hora media de trayecto, y desde esta localidad griega tomar un taxi que en cuarenta y cinco minutos aproximadamente te dejará en Delfos. El tren tiene una frecuencia de unas cinco salidas programadas al día.

Finalmente, existe también la opción de contratar una excursión, la cual es fácil de encontrar, simplemente puedes encontrarla haciendo una pequeña búsqueda en el buscador de internet, aunque recomendamos que la contrates en la web de la agencia de viajes de tu confianza. Sea cual sea el medio de transporte elegido, te aconsejamos que lo visites fuera de temporada alta, y si no tienes mas remedio, al menos acude a primera hora de la mañana para recorrer el santuario casi en soledad.

Una vez en el yacimiento arqueológico del santuario de Delfos ahora toca disfrutar, es impresionante saber que estamos en el lugar del oráculo más famoso de la antigüedad, al igual que descubrir que no hace mucho tiempo se hicieron estudios geológicos que determinaron que a través de diferentes grietas en el suelo del monte salían gases que al ser respirados se tenían los mismos síntomas que sufría la Pitia y que fueron descritos por escritores antiguos, como Pausanias. Así mismo, impresiona mucho que la construcción del templo de Apolo en ese emplazamiento no fuera casual, puesto que aquellas investigaciones determinaron que se encuentra edificado justo encima del punto de intersección en el que se cruzan dos fallas: la del este-oeste, la llamada falla de Delfos, y la del noroeste-sureste, denominada falla de Kerna.

Nos ha encantado prácticamente todo el yacimiento, comenzando por la Vía Sacra que elegantemente serpentea el monte hasta llegar al impresionante templo de Apolo. Mención especial para el tesoro de los Atenienses, nos encantó al igual que la cercana estoa de los Atenienses y el muro Poligonal. El antiguo teatro de Delfos y el estadio también nos ha gustado mucho, ya que sorprende ver que ha mantenido su antigua fisionomía. No olvides que fuera del recinto, y separado de éste unos metros, se encuentra el santuario de Atenea Pronaia, donde destaca el impresionante templo Thoros que estuvo relacionado con el culto a los dioses del inframundo.

Antes de salir del entorno del santuario de Delfos, evidentemente hay que visitar el impresionante museo arqueológico de Delfos: nos ha encantado el par de grandes esculturas denominadas Kourois de Delfos que fueron identificados como Cleobis y Bitón, también nos ha gustado muchísimo las valiosas ofrendas encontradas en un pozo de la Vía Sacra, de entre las que destaca unas esculturas criselefantinas. Podemos seguir enumerando piezas que nos ha encantado como la esfinge de Naxos, las esculturas arcaicas del templo de Apolo, así como sus metopas, el llamado Himno Délfico con sus anotaciones musicales, etcétera, etcétera, etcétera. La guinda del pastel corresponde al Áurica de Delfos, una impresionante estatua de bronce de 1,80 metros de altura.

Finalmente, si habéis decidido alquilar un coche, entonces os proponemos que aprovechéis al máximo el vehículo y que visitéis zonas cercanas que tienen gran interés turístico, entre ellas destacamos la localidad de Arájova (muy famosa en Grecia sobre todo en periodo invernal), el memorial de la Masacre de Dístomo, el monasterio de Osios Loukás (Patrimonio de la Humanidad), el monumento de guerra del León de Queronea, la localidad de Livadiá, en el que destaca el entorno del río Cefiso, etc.

¡Buen viaje y felices experiencias!

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