CRÓNICAS DE MICONOS

Un poco de Historia...

Según la mitología griega, el origen de Míconos hay que buscarlo en el momento en que Hércules mató a los Gigantes quienes fueron enterrados en la isla bajo el interminable bloqueo del granito de la isla. De hecho Mykonos significa algo así como piedras o lugar rocoso. Otra leyenda señala que el nombre de la isla se debe al hijo del mítico rey de Delos, Anios, quien era descendiente del dios Apolo y la ninfa Rhino, que a su vez provenía del linaje de Dionisos. Otra tradición cuenta que aquí fue enterrado Áyax el Menor después de que Atenea y Poseidón provocaran su muerte tras finalizar la Guerra de Troya.

El primer asentamiento que se ha documentado fiablemente de la isla se remonta al Neolítico, cuando era habitada por tribus originarias de Caria, región histórica situada al sudoeste de la actual Turquía. Les seguirían los fenicios, los cretenses y los jonios procedentes de Atenas y quienes, según hallazgos arqueológicos, colonizaron la isla alrededor del siglo XI a.C. Debido a la cercanía con la vecina isla de Delos (a aproximadamente 2 kilómetros), Míconos se convirtió en una importante proveedora de alimentos, incluso el templo de Apolos en Delos poseía tierras en el suroeste de Míconos. Al principio la isla poseía dos ciudades principales: la de Mykonos, donde se encuentra la actual ciudad, y la de Panormos en la costa norte.

Durante las Guerra Médicas, la isla acogió al general persa Datis quien regresaba de la Batalla de Maratón. Míconos formaba parte de la Liga de Delos y a raíz de las guerras con Persia, la isla tuvo una decadencia financiera, evidenciada por la contribución que aportaba a la Coalición Ateniense, en la que pagaba un talento y medio para después ser reducido a uno.

El destino de la isla, como el resto de las Cícladas, cayó posteriormente bajo control espartano, seguido por el macedonio, el de los ptolomeos de Egipto y finalmente bajo los romanos. Durante el época Bizantina, la isla fue fortificada para repeler las redadas de los árabes en el siglo VII. En la Edad Media, Míconos pasó a estar bajo la autoridad de los hermanos Gizi hasta sus muertes, momento en que pasó a manos de Venecia hasta el saqueo de Barbarroja. Posteriormente quedó bajo dominio de los turcos.

Durante ese período la población fluctuaba entre las 2000 y 5000 personas, debido a la inmigración de islas cercanas y por episodios de hambrunas y epidemias, las cuales normalmente eran seguidas por etapas de conflictos, hasta el siglo XVIII. También desarrolló excelentes marineros que tenían éxito con el comercio. Casi finalizada la revolución Griega de 1821, los habitantes de la isla se levantaron en contra del Imperio Otomano, volviendo a impedir una nueva invasión otomana en 1822. La revuelta fue liderada por Manto Mavrogenous, una aristócrata nacida en Trieste y educada en el mayor de los fervores e ideales de la ilustración. Gastó su fortuna en favor de la causa helénica, convirtiéndose posteriormente en toda una heroína de la nación griega.

Una vez establecido el Estado moderno de Grecia, la economía de la isla se consolidó gracias a los lazos comerciales que mantenía con Rusia, Moldavia y Valaquia (fue un principado rumano). Pero la predominancia de la tecnología en el comercio marino a finales del siglo XIX, la apertura del canal de Corinto en 1904 y los trastornos que dejó la I Guerra Mundial, ocasionaron una depresión económica que hizo que la isla fuera muy pobre hasta el desarrollo del turismo en la década de los años 50 del siglo XX.

Qué ver en Míconos / Diario de viaje:

La ruta que os proponemos desde ESturismo.eu tiene una duración de aproximadamente dos días y medio, para ello será necesario el alquiler de algún medio de transporte, aconsejamos un ciclomotor o un quad, puesto que la isla es perfectamente abarcable desde esos vehículos. Tras solucionarlo, ahora nos quedaría pendiente el tema de los hoteles.

Dia 1: visita de la capital de Santorini, llamada genéricamente Hora o Chora. Podemos empezar en una punta de la ciudad, por ejemplo en la iglesia Panagia Paraportiani y el cercano y gratuito Museo del Folklore (se puede donar la voluntad) e ir recorriendo las diferentes y laberínticas calles. A media mañana sería interesante relajarse en alguna de sus magníficas playas.

A la hora de comer, podemos acercarnos a Ano Mera en cuya plaza hay varios restaurantes donde ofrecen platos típicos. Después tendremos a un tiro de piedra el monasterio Panagia Tourliani y los alrededores de Ano Mera, como los restos de la torre y castillo de Gkizi y el monasterio de Paleokastro. Podemos terminar el día visitando otra de las playas de Míconos.

Día 2: Hoy podemos hacer la imprescindible visita del Museo Arqueológico de Mykonos, en el que veremos muchas piezas procedentes de Delos y Rínia. Después podemos buscar por la Pequeña Venecia al pelícano Petros, y de paso tomar algo en una de sus caras terrazas.

El resto del día lo podemos dedicar a hacer un tour por las diferentes playas de la isla, hasta la hora de la puesta de sol, momento que hay que ver en cualquier zona de Míconos, pero sobre todo en la Pequeña Venecia. Podemos aprovechar para ver Hora de noche y cenar en las múltiples tabernas que podemos encontrar en nuestro camino.

Día 3: el día de hoy lo dedicaremos prácticamente a hacer una excursión a Delos. Si tomamos el barco de las 9, podremos ver tranquilamente los restos y volver en el barco de las 13 horas.

CONCLUSIONES E IMPRESIONES:

La isla posee una extensión de 85,5 km² y una altitud máxima de 364 metros sobre el nivel del mar. Se trata pues de una isla con una orografía muy suave, presentando sólo pequeñas colinas, que la hacen ideal para recorrerla con un ciclomotor de 50cc. A pesar de ello preguntamos por la posibilidad de alquilar una moto de más cilindrada pero nos dijeron que estaba limitada por ley porque los turistas tenían muchos accidentes, producto de la combinación del alcohol y la velocidad. Nos comentaban que desde que existe la restricción los accidentes en la carretera se han reducido de manera considerable. En cualquier caso con un ciclomotor de 50 cc. sólo tendrás algunos problemas ocasionales si es ocupado por dos personas, por ejemplo, subir la tremenda cuesta que accede a la playa de Super Paradise.

Y ya que hablamos de playas, Míconos es un destino ideal para quien busque tostarse al sol y darse refrescantes baños. La isla posee magníficas playas de aguas tranquilas y cristalinas, con varias tonalidades de azul turquesa que nos recuerdan a los colores del mar en el Caribe. Eso sí, la parte norte está más azotada por los vientos, la sur en cambio está reguardada. Nos encantó la playa de Paradise por su entorno, su ambiente y su variedad en tiendas y bares. La Super Paradise es una playa más pequeña y menos organizada que la anterior, pero también compite en aguas cristalinas y como no en fiesta. La de Elia es una gran desconocida, nos gustó muchísimo.

Y es que el alcohol y las fiestas son otro de los atractivos de Míconos que atrae todos los veranos a gente guapa deseosa de pasar unas vacaciones de ensueño. Sin lugar a dudas esta isla ofrece muchísima más variedad en este sentido que Santorini. Será común que se te acerquen chicas o chicos repartiendo flyers para promocionar alguna fiesta donde pinchará algún famoso disyóquey, incluso ofreciéndote descuentos si compras la entrada in situ. Como os podéis imaginar los precios de acceso a esas mega-fiestas y los de las copas son bastante caros.

Míconos es sin duda una isla muy tolerante con los turistas homosexuales. Esto lo comprobarás paseando por Hora, verás a más de una pareja del mismo sexo tomados de la mano. Y es que la isla es el destino gay más famoso de toda Grecia. El lado oeste de la playa de Super Paradise es un lugar muy común para los turistas de esta condición sexual. Aquí las personas, sean heteros o gays, se mezclan en un crisol de nacionalidades en el que lo importante es tomar el sol, bañarse, conocer a otra gente, relajarse o divertirse.

Culturalmente Míconos nos ofrece, sin embargo, mucho menos que Santorini. La ciudad de Míconos conocida como Hora o Chora (todas las capitales de las islas griegas reciben ese nombre genérico cuando su denominación es el mismo que el de la isla) es preciosa, es una placer para la vista pasear y perderse por sus calles estrechas, blancas y laberínticas. Nos encantó y fascinó. Es recomendable visitar la ciudad tanto de día como de noche, momento en que cambia radicalmente. También destacamos las puestas de sol son, al igual que en Santorini, muy bonitas y coloristas. Verla desde la Pequeña Venecia es muy recomendado. Cuando el astro rey toca el mar comienza el baile de tonos rojizos y rosáceos, sin duda un momento ideal para estar con la pareja.

Otro de los atractivos de Míconos es que desde aquí parten los barcos que se dirigen a la isla deshabitada de Delos. Imprescindible visitar los grandiosos restos de esta isla sagrada durante la antigüedad. Los barcos se pueden tomar en el puerto viejo, junto al barrio de Kastro. Ten en cuenta que tienen un horario de ida y de vuelta, presta atención porque si pierdes el último barco en Delos de regreso, te encontrarás en una situación embarazosa. Por otro lado, no podemos olvidar al mítico pelícano Petros, todo un símbolo de la isla. Para ver al animal deberás caminar por la parte trasera de la Pequeña Venecia, junto a las terrazas de los restaurantes que dan al mar.

En cuanto a la gastronomía, ¡qué decir de las maravillas culinarias griegas!. En toda Grecia se come genial y esta isla no es ninguna excepción: souvlakis, gyros, ensaladas, kalamaris, pasta con cangrejo, tzatziki, etc... Por su calidad y buen servicio recomendamos el bar Sakis, situado en pleno corazón de Hora o Chora. Puedes hacer tu pedido para llevar o para tomar aquí, si eliges esta última opción te darán un localizador que pitará cuando tu pedido esté listo, entonces deberás dirigirte a la barra donde te lo servirán.

Para desayunar o merendar puedes probar las loukoumades, que son unos buñuelos que se sirve con miel y canela. Estas bolas de masa frita cubiertas con miel eran entregadas a los ganadores de Olimpia en los antiguos Juegos Olímpicos. Además fueron nombradas en un texto por el poeta Calímaco (310 a. C. - 240 a. C.) refiriéndose a ellas como fichas de miel, siendo ésta la primera mención de cualquier tipo de pastelería en la literatura europea.

¡Buen viaje y felices experiencias!