POTSDAM

SANSSOUCI PARK

Este parque con una extensión de 290 hectáreas está compuesto por una sucesión de diferentes paisajes diseñados por Peter Joseph Lenné. Su nombre proviene del francés sans souci, es decir sin preocupaciones. Los grandes edificios que lo pueblan fueron un encargo de Federico II el Grande a Georg Wenzeslaus Knobelsdorff, quien se inspiró en los del Palacio de Versalles. Este conjunto está declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1990.

El acceso al parque, gratuito aunque se pide una donación de 2 euros para mantenimiento, se efectúa por el Obeliskportal. Si nos fijamos las figuras decorativas sólo se ven desde el interior del parque, esto es debido a que el rey sólo utilizaba esta puerta como salida. También vemos en el obelisco unos jeroglíficos en egipcio cuya función es simplemente y exclusivamente decorativa ya que en el siglo XVIII todavía no se había traducido ese lenguaje, por lo que en esas inscripciones no hay texto legible.

A través del Obeliskportal entramos en la gran avenida de 2,5 kilómetros, llamada Hauptalle. A la izquierda se sitúa el Friednsteich o Estanque de la Paz y junto a él la Friedenskirche o Iglesia de la Paz, construida entre 1845 y 1854 por Persius en estilo paleocristiano. El arquitecto siguió el modelo de la basílica de San Clemente de Roma, por expreso deseo del rey Federico Guillermo IV cuya sepultura y el de su esposa y consortes están en el mausoleo de este edificio. En su interior también destaca un mosaico situado en el coro que data del siglo XIII y proveniente de la iglesia abandonada de San Cipriano en la isla de Murano (Venecia).

A la derecha de la Obeliskportal se sitúan la Neptungrotte o Gruta de Neptuno, construido entre 1751 y 1757 por Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff. Esta construcción debería haber formado parte de la red de fuentes con que contaba el parque, pero no funcionó debido a la falta de conocimientos técnicos. En su parte superior se representa al dios del mar Neptuno, símbolo inequívoco del agua. En sus lados unas conchas se disponen en forma de cascada, mientras que su interior está formado por una concha más grande realizada por conchas reales, tema característico del rococó.

El siguiente edificio que encontramos es la Bildergalerie, construido entre los año 1755 y 1764 por J.G. Büring. Actualmente expone en su interior una rica colección de cuadros italianos y holandeses, iniciada por Federico II. Entre las obras destacan "La incredulidad de Santo Tomás" de Caravaggio, "Los hijos de Carlos I de Inglaterra" de Van Dyck, y diferentes obras de Rubens, Rembrandt, etc...

Antes de llegar a la Schloss Sanssouici, merece la pena comentar la Grosser Fontäne (Gran Fuente) que la precede, obra de Jean-Baptiste Pigalle. Se trata de una gran fuente circular adornada con las representaciones de Venus y Mercurio, regalo de Luis XV de Francia a Federico II el Grande. Desde esta fuente parten las seis plantas de invernaderos o Weinberterrassen (Terraza de la colina de la vid) que fueron reestructuradas en los años ochenta del siglo XX, a través de las cuales una escalera conduce al castillo.

Así llegamos a Schloss Sanssouci, edificio construido entre 1745 y 1747 por orden de Federico II el Grande, con la intención de convertirlo en su residencia. El palacio es uno de los más importantes escenarios de la historia alemana, además de ser la obra cumbre del rococó berlinés. Para su construcción el rey se rodeó de los mejores artistas, tanto para su diseño como decoración Federico II realizaba sus esbozos a partir de los cuales se trabaja. De esta forma Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff ideó todo el conjunto, incluido los jardines; Glume se ocupó de la ornamentación plástica inspirada en los ritos del dios del vino Baco; los hermanos Hoppenhaupt y J.A. Nahl y A. Pesne trabajaron en los interiores.

El palacio, de una sola planta, posee diez habitaciones de las que destacan: Marmorsaal (Sala de Mármol) de 1747 donde se encuentra el busto de Voltaire, obra del año 1774 de Friedrich Eias Meyer por encargo del rey Federico II el Grande. Inmediatamente después entramos en la Sala recibidor con una bonita cúpula, donde se realizaban las celebraciones de palacio. La Arbeits und Schlafzimmer era la sala de trabajo y dormitorio que tenía decoración rococó y redecorada en estilo neoclásico después de la muerte del rey por orden de Federico Guillermo II. En la Damenflügel o Ala de las Damas, añadida entre los años 1840 y 1841 por L. Persius, se encuentra un pequeño salón donde se hospedaba Voltaire cuando visitaba el palacio, en la actualidad esta ala acoge una colección de obras de Karl Wilhelm Each.

En frente del Schloss Sanssouci se encuentra el Historische Mühle o Molino Histórico. Su origen está allá por el año 1737 cuando se construyó el primer molino cuya primera estructura se apoyaba en un poste de madera. Medio siglo después caería en ruinas y se construyó un nuevo molino en 1790 cuya financiación corrió a cargo de Federico Guillermo II, debido a la fama del molino que traspasó las fronteras de la ciudad, como resultado de una leyenda en la que un molinero hacía un buen uso de su retórico para conseguir favores del rey. El arquitecto Cornelius Wilhelm van der Bosch erigió un nuevo molino basado en el prototipo holandés más que en el molino anterior. En 1847 L. Hesse modificó parcialmente el molino y en abril de 1945 sufrió un incendio debido al ataque de un tanque soviético.

Casi enfrente encontramos la Neue Kammern (Nuevos Aposentos) construida en 1747, según proyecto de Von Knobelsdorff, como un invernadero de naranjos y más tarde, entre los años 1771 y 1775, G. Ch. Unger lo transformaría en una casa de huéspedes, complementario de la Bildergalerie. El cambio más obvio es la incorporación de la cúpula sobre la sección media. El edificio se parece tanto a la Bildergalerie que se puede confundir el uno con el otro. Su interior se divide en siete habitaciones y dos salones de baile, destaca la Jaspissal, una sala de banquetes situada bajo la cúpula.

Yendo hacia la Orangerie vemos a nuestra derecha el Nordischer Garten y, a nuestra izquierda, el Sizilianischer Garten, ambos jardines diseñados en 1857 por Lenné. Y llegamos a la Orangerie, imponente palacio con una fachada de 300 metros de longitud, uno de los más grandes de Sanssouci. Se construyó en 1864 como residencia de invitados de la realeza extranjera, según proyecto de L. Persius y por voluntad de Federico Guillermo IV. Frente al peristilo, Isabel Luisa de Baviera mandó colocar una estatua de su esposo Federico Guillermo IV in memorian después de su fallecimiento. En su interior destacan las vistas que se obtienen del parque y la Neues Palais desde la torre y la Raphaelsaal que alberga 47 reproducciones de las obras de Rafael, realizadas por distintos artistas alemanes.

Más al oeste se encuentra la Drachenhaus, nombre dado por los dieciséis dragones que adornan la cubierta de esta pagoda. Fue construido en 1770 en base al gusto de la arquitectura china imperante en la época, siendo el arquitecto Karl Philipp Christian von Gontard. Seis años después de la construcción de la Casa de Té China, Federico Guillermo el Grande sintió un gran entusiasmo por las estructuras chinas en el parque y ello hizo que se creara este edificio que imita una pagoda china. Fue la vivienda de los viticultores durante años y actualmente, y desde 1934, es un restaurante.

Y llegamos al impresionante Neues Palais. El palacio comenzó a construirse al final de la Guerra de los Siete Años, entre 1763 y 1769, como símbolo de poder de Prusia. Fue comenzado por J.C. Büring y H.L. Manger y terminado por C. von Gontard, en un estilo a caballo entre el barroco francés y el neoclasicismo, por orden de Federico II el Grande. Es la estructura más grande del siglo XVIII en el parque de Sanssouci, contando con una fachada de más de 240 metros de longitud y dividida en dos plantas en las que se reparten más de 200 habitaciones en estilo rococó, además posee en la balaustrada del tejado 428 estatuas, realizadas por Heymüller, Begas y Schott.

El Neues Palais tenía la función de ser una especie de exposición para la recepción de reyes y dignatarios importantes. Federico II permaneció pocas veces en el palacio. Durante la II Guerra Mundial el palacio fue víctima del saqueo de sus tesoros por parte del Ejército Rojo, perdiéndose muchas de sus decoraciones y mobiliario originales. En su interior destacan la Gottensaal con incrustaciones de conchas y minerales en sus paredes que fue enriquecida en el siglo XIX.

La Obere Galerie es obra de Hoppenhaupt y contiene cuadros italianos de autores como Guido reni y Jean Restout; la Marmorgalerie posee frescos de Bernhardt Christian Rode y conduce al apartamento del rey; en la Festsaal encontramos frescos de van Loo; la Arbeitzimmer o gabinete de trabajo del Federico II, contiene el retrato más famosos de ese rey, realizado por Franke; mientras que en le Schreibkabinett, donde el rey realizaba sus escritos, destacan los muebles; la Rote Damastkammer contiene los retratos de las princesas, realizados por Pesne, además de muebles y alfombras del siglo XVIII.

El Schlosstheater ocupa dos niveles de la planta baja, este teatro se remonta a la época de Federico II y todavía actualmente se sigue utilizando. Es una obra maestra del rococó de Hoppenhaupt, y en él predominan los colores carne, blanco y oro. La particularidad de este espacio es que carece de palco o compartimiento real y esto es debido a que Federico II se sentaba junto a sus huéspedes en la tercera línea del palco.

Las alas de servicio o Communs se encuentran en oposición al patio del palacio. Se construyeron en la misma época que el palacio y fueron diseñados por Carl von Gotard y Jean Lorenzo Le Geay, quieres lo adornaron con columnas de estilo neoclásico. Estos dos edificios tenían la función de albergar las cocinas reales, los almacenes del jardín, los guardas del palacio, etc... Desde 1896 y por orden de Guillermo II, el palacio y las secciones del servicio están conectados por un túnel subterráneo. Actualmente estos dos edificios se utilizan para albergar la Universidad de Potsdam.

Ahora caminaremos por la Ökonomieweg, pero antes visitamos la Freundschaftstempel o Templo de la Amistad, pequeño templete construido en 1768 y dedicado a la memoria de la hermana favorita de Federico II. Esta construcción se basa en el templo de Apolo de Amaltea y fue realizado por G. W. von Knobelsdorff. En él vemos la estatua a escala real de Guillermina, obra de los escultores J. David y J. L. Wihelm Räntz.

Así llegamos a la Schloss Charlottenhof, construido en 1826 y diseñado por Kart Friedrich Schinkel para los príncipes herederos y que, para su construcción, se inspiró en una villa renacentista romana. El nombre de este palacio hace honor a María Charlotte von Gentzkow, propietaria de los terrenos desde 1790 a 1794. En su exterior destacan el pórtico y la fuente de bronce también obra de Schinkel, mientras que en su interior son muy interesantes las diez estancias que están, en gran medida, intactas, con muebles diseñados por el propio Schinkel.

Reiniciamos el camino hacia el nordeste donde encontramos las Römische Bäder o Termas Romanas, construidas por Karl Friedrich Schinkel y Ludwig Persius entre 1829 y 1840, inspirándose también en una villa renacentista romana. En el complejo también encontramos un pabellón de té y una villa de estilo renacentista, unidas por pérgolas, arcos y secciones ajardinadas.

Nos adentramos ya en el Rehgarten o Jardín de los Corzos, donde se encuentra una de las edificaciones que más nos ha gustado a pesar de ser una construcción de pequeñas dimensiones, estamos hablando de la Chinesisches Teehaus, una maravilla arquitectónica ideados por J.G. Büring entre 1755 y 1764 en estilo chinoiserie, una mezcla de elementos rococó y orientales. Fue, como no, Federico II el Grande quien encargó este proyecto inspirado en la Maison du Tefle, un pabellón del jardín de Lunéville.

El edificio es de planta circular rematado por una cúpula coronada por la estatua de un chino mandarín con sombrilla. En la Casa de Té Chino vemos que sobresalen tres pronaos con columnas con forma de palmera, cuyas bases fue dotadas por el arquitecto de figuras exóticas de tamaño natural. El color dorado y verde le da un aspecto más especial si cabe. En su interior se expone una colección de cerámica china y europea del siglo XVIII.

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