CÁCERES

EL CORAZÓN DE CÁCERES


Estamos en el punto de encuentro tradicional de los cacereños y el corazón de la ciudad, y no es para menos puesto que esta plaza se ha utilizado como recinto ferial de artesanos desde la época de la conquista cristiana allá por el siglo XIII. El espacio comenzó a ser urbanizado a partir del siglo XV, de hecho, los soportales de la zona oeste datan del siglo XVI, cobijando, como decimos, al gremio de los comerciantes y artesanos, por ello podemos encontrar el portal de los plateros, el de los panaderos, el de los escribanos, etc. A lo largo de los siglos la plaza ha cobijado acontecimientos, como desfiles y procesiones religiosas o espectáculos, como torneos y corridas de toros.

En este espacio rectangular podemos ver construcciones interesantes que vamos a ir recorriendo. Al sur de la plaza, presidiéndola, se encuentra el Ayuntamiento que ocupa un edificio de estilo clasicista del siglo XIX levantado por Ignacio María de Michelena. Al lado se encuentra la llamada plaza foro de los Balbos, en este espacio se encontraba siglos atrás la puerta de la antigua colonia romana de Norba Caesarina. Aquí se sitúa una reproducción de la estatua de Genio Andrógino y el pilar de San Francisco, también un abrevadero que lo trajeron desde las afueras de la ciudad.

Las escaleras llevan hasta la puerta del Portillo y la torre del Horno del siglo XII, la cual es, desde el año 2002, visitable junto con un tramo de la antigua muralla, pertenecientes a las defensas almohades. Sin embargo, la visita a la torre del Horno se realiza de manera diferente con respecto al de Bujaco, ya que está restringido a grupos reducidos debido al acceso consistente en escaleras empinadas que salvan el gran desnivel ente el adarve y la terraza. Si giramos la vista hacia la izquierda vemos la torre de la Yerba construida por los árabes en la última fortificación, del siglo XII.

Seguimos en la parte oriental donde encontramos la mencionada la torre de Bujaco, la más importante de la ciudad y todo un símbolo de Cáceres. Se trata de una construcción almohade del siglo XII levantado sobre una base de sillares romanos, cuyo nombre, según algunas voces, es la derivación del nombre del califa Abú-Jacob que conquistó la ciudad en 1173, pero la realidad es que su nombre se debe a la diosa Ceres que se encontraba en un templete en lo alto del monumento desde el siglo XIX hasta el año 1962. La torre tiene 25 metros de altura, a cuya sombra se encuentra la pequeña ermita de la Paz, datada en el 1756 y construida sobre los restos de una capilla renacentista.

Subiendo las escaleras nos topamos con el Arco de la Estrella o puerta Nueva del siglo XVIII. Su forma oblicua está ideada para la entrada de los carruajes. Fue construida sobre otra del siglo XV, siendo su autor Manuel Larra Churriguera. En una hornacina barroca se encuentra la imagen de la virgen de la Estrella y a su lado un farol en forma de estrella. Mirando hacia la puerta, a la derecha, se levanta la Torre de los Púlpitos, la única edificada fuera del recinto amurallado, aunque conecta con el Palacio de Mayoralgo intramuros. La torre mide 16 metros de altura y fue añadida en tiempos del rey Alfonso IX de León, después de reconquistar Cáceres. Por tanto, es muy diferente al resto de torres árabes tanto estéticamente como por los materiales empleados utilizado para su construcción.

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