ARLÉS (ARLES / ARLE)

CATEDRAL DE SAN TRÓFIMO


La catedral de St. Trophime o san Trófimo es un edificio románico de medianas proporciones que fue construido entre los siglos XI y XII sobre el emplazamiento de una basílica del siglo V dedicada a san Esteban. Posteriormente se le añadieron entre los siglos XIV y XV las capillas laterales y un ábside. El campanario, en estilo lombardo y formado por tres secciones, fue añadido en el XII, mientras que el crucero fue modificado durante el siglo XVII.

En este templo tenía lugar, en la Alta Edad Media, las coronaciones de los soberanos de Arlés, como la que tuvo lugar en el año 1178 con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico I Barbarroja. Posteriormente la catedral se convirtió en iglesia parroquial en el 1801 tras trasladarse el obispado a Aix-en-Provence; después será transformada en basílica menor en el año 1882 por el papa León XIII.

Antes de hablar propiamente de la catedral de St. Trophime o san Trófimo, es interesante señalar algunos datos de este santo. Trófimo fue un gentil nacido en Éfeso que acompañó a san Pablo en su tercer viaje. Una leyenda cuenta que Trófimo, tras pasar por Roma, llegó a Arlés en el año 46. Sin embargo, ciento cincuenta años después san Gregorio de Tours dijo que éste era una de los siete apóstoles de la Galia de mediados del siglo III, quienes fueron enviados desde Roma para evangelizar aquellas tierras. Trófimo está considerado como el primer obispo de Arlés, no conociéndose nada más de su biografía.

Tras esta interesante reseña, nos centramos en la espléndida portada realizada a finales del siglo XII y que se trata, sin duda, de una de las obras maestras de la escultura románica europea. Su estructura recuerda un arco de triunfo romano, además destacada del muro de la fachada, por lo que parece añadida. En su dispar programa iconográfico destaca el tema del Juicio Final, al que se dedica la mitad superior de la portada aludiendo a la Parusía o segunda venida de Cristo para juzgar a vivos y muertos.

En el tímpano aparece un Pantocrátor con la figura monumental de Cristo, rodeado de los símbolos de los cuatro evangelistas. Bajo él y sobre la puerta, se encuentra los 12 apóstoles como jueces. A grandes rasgos, a los lados, entre columnillas y pilares apoyados en leones estilóforos, se alinean las representaciones escultóricas de varios santos.

Sobre ellos recorre un friso en el que se representan: el del lado izquierdo a los Elegidos, y el de la derecha a los Condenados. En los capiteles de las columnas que flaquean la entrada se encuentra, en el lado izquierdo, la representación de la Anunciación, mientras que a la derecha está la de la Natividad; el capitel central representa un ángel peregrino.

Llama poderosamente la atención, en el espacio de las jambas, las esculturas de hombres que son devorados por animales (es un símbolo de la derrota bajo el pecado y las fuerzas infernales), mientras que en las basas de las columnas se recrean grandes cabezas de leones, junto a pasajes bíblicos y mitológicos, como el de Hércules y el león de Nemea, Sansón y Dalila, etc...

Nos disponemos, ahora sí, a entrar al interior de este templo y comprobamos que es bastante austero. Presenta tres naves, de la que la central está cubierta por una bóveda ojival, mientras que las laterales, más estrechas, por bóvedas de medio cañón, al igual que el crucero, el ábside y la girola.

En las capillas laterales y radiales hay sepulturas de diferentes épocas, además de obras pictóricas de Luois Finson. El primer sarcófago que encontramos, en la nave izquierda, se encontraba desde mediados del siglo IV en Alyscamps, donde sirvió como altar mayor hasta que, en el siglo XVIII, fue trasladado a esta catedral en la que se utilizó como pila bautismal. Posteriormente fue colocado en su posición actual.

A continuación, nos topamos con la capilla de san Antonio de Padua. Junto al púlpito se encuentra la capilla de las Almas del Purgatorio y algo más adelante nos topamos con la capilla de san Ginés en el que destaca un bajorrelieve de mármol blanco del siglo XVII que representa la Asunción de la Virgen. Bajo él vemos un sarcófago con pasajes del paso del Mar Rojo.

Ya en el deambulatorio vemos la capilla de la Cruz, le sigue la capilla de san Antonio Abad o del Desierto, en el que se conserva su relicario. Este santo era un moje egipcio del siglo IV que abandonó sus posesiones materiales para retirarse a la naturaleza para vivir una vida de ermitaño. Tocado por la divinidad se le considera el fundador del movimiento eremítico. Normalmente es representado acompañado por algún animal, normalmente un lechón.

La capilla de las Reliquias, como su propio nombre indica, es el lugar donde se custodian diferentes reliquias de diferentes santos. Entre ellos encontramos las de san Esteban, el primer santo al que fue dedicada esta iglesia, las de santa Úrsula, san Sebastián, santa Ana, santa Marta, san Hilario, etc., etc., y como no, las del obispo san Trófimo.

Nos encontramos ahora con la primera de las tres capillas axiales del ábside: la del Sagrado Corazón, en la que destaca las vidrieras de san Esteban y san Virgilio. Le sigue la capilla de la Virgen, decorada entre otros elementos por la escultura de mármol de una Virgen realizada en el 1619 por el genovés Leonardo Mirano y proveniente de Alyscamps. También destacan sus vidrieras dedicadas a la Virgen y a san Trófimo.

La última de las capillas axiales del ábside es la del Santo Sepulcro: en ella vemos un grupo escultórico de mármol que representa el Entierro, el cual procede de la iglesia de los Hermanos Predicadores. Debajo se halla un sarcófago paleocristiano de mármol de Carrara, datado de principios del siglo V y atribuido a Paulus Geminus, uno de los cinco tesoreros de las cinco provincias de la Galia. A la izquierda del grupo escultórico está la tumba del cardenal Pierre de Foix, y a la derecha la de Robert de Montcalm de Saint-Véran.

La girola se completa con las capillas de san Roque y san Esteban. Entre este último y la puerta de la sacristía, y encima de una puerta, destaca la imagen de una Virgen con el Niño del siglo XIV realizada con piedra caliza policromada y que se encuentra en un nicho del siglo XVIII cuyo marco es de madera, también policromado y dorado.

Antes de llegar al crucero merece la pena detenernos un momento para observar los detalles del Altar Mayor y el Coro, así como el Trono Episcopal. Sobre el muro anterior al crucero podemos ver tabla de la Lapidación de san Esteban, realizado por Louis Finson en el año 1614.

La capilla de los Reyes Magos, es la siguiente que encontramos en nuestro recorrido por el interior del templo. Sobre su puerta de acceso se sitúa uno de los muchos tapices que hemos ido viendo, el que aquí se expone está dedicado a las Bodas de Caná. Junto al púlpito, en la nave contraria lateral anexa a la capilla de las Almas del Purgatorio, vemos otro tapiz dedicado a la Adoración de los Reyes Magos.

Ya en el interior de la capilla de los Reyes Magos vemos varios elementos importantes: en primer lugar, lo que primero llama la atención por su espectacularidad es otra de las obras de Fison en la que vemos un retablo de la Adoración de los Magos de 1614. A ambos lados vemos dos nichos, en los que se encuentran, a la derecha la escultura de san Pablo y a la izquierda, la de san Pedro.

La capilla se completa, por un lado, con el púlpito del arzobispo Dulau, por otro con una pila bautismal fabricada con mármol de los Pirineos e inaugurada en 2001 para conmemorar los vínculos históricos entre Canterbury (Reino Unido) y Arlés; y finalmente con la escultura del papa Juan Pablo II.

Terminada la visita del interior de la iglesia, procedemos a dirigirnos a su magnífico claustro. Para ello debemos volver a la plaza y acceder por el lateral situado a la derecha de la puerta de la iglesia. Y es que la ubicación de este claustro no es habitual, puesto que no está unido ni a la nave ni al transepto. Solamente se comunica con el coro a través de una escalera de veinticinco escalones.

El claustro tiene forma rectangular de aproximadamente 28 metros de largo por 25 de ancho. Estas dimensiones no son comunes en la región de la Provenza, aunque son comparables a los claustros de Thoronet, Sénanque y Montmajour. La construcción del claustro se inició poco después del año 1150 con las obras de la galería norte, seguidas después de la parte oriental, ambas en estilo románico, con bóvedas de cañón y arquerías de elementos de medio punto y cuatripartitos.

Habrá que esperar hasta finales del siglo XIV para ver finalizadas las obras del claustro con la construcción de la galería oeste, tras la sur, ambas en estilo gótico, con bóvedas de arista y arquerías de elementos ojivales y germinados. Éstas fueron terminadas bajo el episcopado de Jean de Rochechouart (1390-1398).

Los dos temas principales de la decoración escultórica de la galería norte son la resurrección de Cristo y la glorificación de los santos patronos de la ciudad: san Trófimo y san Esteban. En el pilar de la esquina noroeste se encuentra representado aquél primero. A su derecha aparece san Pedro y a la izquierda se encuentra san Juan. Entre las estatuas dos relieves escenifican, por un lado, la tumba de Cristo y por otro la compra de especias para embalsamar el cuerpo de éste.

Por su parte, el pilar de la esquina noreste presenta una composición simétrica a la de la parte noroeste. El centro lo ocupa la escultura de san Esteban, santo a quien estuvo dedicada este templo durante casi siete siglos. A su izquierda vemos representado a san Pablo y a su derecha a san Andrés. Intercalados podemos ver dos relieves que escenifican por un lado la Ascensión de Cristo y por el otro la lapidación de san Esteban.

La galería este es más ancha que la anterior, aunque con una disposición general muy similar. Las representaciones giran en torno a la vida y pasión de Cristo. Por ejemplo, podemos ver, en uno de los pilares, la flagelación de Cristo, el cual se encuentra con el torso desnudo y unido a una columna. A Judas se le realizó con una bolsa que contenía el dinero que recibió por su traición.

El pilar del ángulo sureste conforma una hermosa esquina en la que destaca una pila de agua bendita sostenida por un atlante. La estatua del borde representa a Gamaliele, que según la leyenda es el primo de Trófimo. A un lado y a otro de la pila podemos ver varios relieves: por un lado, se representa el del beso de Judas y la última cena y el lavatorio de los pies; y por otro el bautismo y las tentaciones de Jesús Cristo. En este ángulo podemos ver con precisión los cambios de estilo de las galerías sur y este.

La galería sur, ya gótica, tiene un programa iconográfico enteramente dedicado a san Trófimo, de hecho las diferentes escenas, durante mucho tiempo inexplicable, hacen referencia a los principales episodios del libro que este santo escribió, un poema compuesto en entre 1221-1226: Cristo bendiciendo el cementerio de Alyscamps en presencia de san Trófimo, y varios episodios de un milagro en el que un joven caballero y varias personas más son perdonados de perecer en la horca gracias a la intervención divina de san Trófimo.

La galería oeste contiene un programa iconográfico un poco ilógico, al ser pasajes independientes sin ningún hilo argumental continuo entre el uno con el otro: la lapidación de san Esteban, Sansón matando al león, santa Marta y la criatura mitológica de la tarasca, maría Magdalena besando los pies de Cristo y finalmente la coronación de la Virgen.

Desde la galería norte se accede a la Sala Capitular, donde se conservan siete tapices de finales del siglo XVII en los que en algunos de ellos se representa la historia de Godofredo de Bouillon conduciendo la primera cruzada. Seis de estos tapices se puede afirmar que fueron creados en los talleres de la ciudad de Falletin, mientras que uno de ellos que representa el nacimiento de María es un tapiz de Aubusson.

En los tapices vemos a Godofredo de Bouillon arrodillado delante de su tienda al escuchar el arcángel Gabriel; a aquel primero rodeado de sus caballeros delante del ataúd de Dudon, muerto en combate; de nuevo a Godofredo herido por una flecha etc... Por otro lado, en el Nacimiento de María, la decoración es de inspiración manierista, caracterizada por el refinamiento y elegancia de los personajes.

Otra de las obras importantes que vemos aquí es el titulado como La sanación del ciego de nacimiento, un óleo sobre tela. Fue iniciado por François Lemoynè, pero después de su trágicamente muerte, fue terminado por Charles-joseph Natoire, el cual fue su discípulo más fiel. Lemoyne fue un importante autor que decoró el Salón de Hércules de Versalles, terminado en 1736, lo que le valió para ser nombrado primer pintor del rey.

En la parte superior del claustro se encuentra el dormitorio común de los canónigos, una gran habitación abovedada, en la que en la actualidad podemos ver algunas lápidas. En la parte externa del dormitorio, la parte superior del claustro forma una terraza que circunda el monumento, por el que pasear tranquilamente antes de dar por finalizada la visita a este templo y desde donde disfrutar de muy buenas vistas sobre el patio del claustro y sobre el imponente campanario.

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