ARLÉS (ARLES / ARLE)

TEATRO ANTIGUO DE ARLÉS


Este teatro fue construido a finales del siglo I a.C., en tiempos de Augusto, poco después de que se fundara la colonia romana. Más concretamente las obras comenzaron hacia el año 40-30 a.C. y finalizó en el año 12 a.C., fue por ello, uno de los primeros teatros de piedra del mundo romano. La fachada exterior presentaba tres órdenes de arcadas, como se puede ver en el único resto que queda y conocido como la Torre Rotland, la cual fue modificada y utilizada posteriormente en la Edad Media como torre defensiva. También, al norte, vemos la arcada de un piso bajo.

Y es que en la actualidad no quedan muchos vestigios, ya que sus materiales fueron reutilizados en otros edificios vecinos. El teatro inicial se dividía en tres partes: la cávea, la escena y el muro que servía a la vez como decorado y cierre del monumento. Tuvo capacidad para albergar a unos diez mil espectadores, aunque sólo queda un tramo de las gradas originales de la cávea que medía 102 metros de diámetro, sobre 33 hileras de gradas.

Los espectadores se repartían según su clase social: la parte inferior y la orquesta se reservaba para las personas de alta cuna, mientras que la zona de arriba era para el resto del pueblo. La escena propiamente dicha estaba constituida por una plataforma de madera de 50 metros de largo por 6 metros de ancho.

Sus muros se encontraban ornamentados por un centenar de columnas de orden corintio y diferentes esculturas, como la estatua colosal de 3 metros de altura de Augusto (expuesta en el Museo Departamental del antiguo Arlés), la cual fue hallada en el año 1750 o la famosa Venus de Arlés (exhibida hoy en el museo del Louvre). La riqueza de la decoración con que contaba daba cuenta de la importancia que el emperador Augusto le daba a esta colonia. De aquellas columnas de mármol de África sólo quedan en pie dos conocidas como las "Dos Viudas", con base, capiteles y cornisamento de mármol blanco.

La orquesta se encuentra separada de la cávea por un muro, el balteus, delante del cual, en un espacio de 1,20 metros se colocaban los asientos móviles de las personalidades de la colonia. El muro del púlpito marcaba la separación entre la orquesta y el conjunto escénico. Estaba decorado con hornacinas ornamentadas y sobre todo por el altar (encontrado en 1828) dedicado a los cisnes, emblema de Augusto y consagrado a Apolo y cuyo rastro del sellado podemos ver hoy. Dos escaleras comunicaban, por otro lado, la orquesta con el escenario. El resto del conjunto presenta otros restos mucho menos importantes.

Como hemos señalado anteriormente, el edificio sirvió de cantera, la propia Iglesia la utilizó para tal fin en el siglo V, porque se encontraba ferozmente opuesta a los actores y a los espectáculos paganos, por lo que utilizó su material para la construcción de la basílica de Saint Etienne, emprendida bajo el episcopado de Hilario. Posteriormente en entre los siglos VI y VIII uno de sus muros se reforzó integrándose en el recinto de la cuidad, al igual que se dotó de la torre defensiva de Rotland, mencionada anteriormente.

En los siguientes años, el terreno fue progresivamente ocupado por viviendas y callejuelas. Los Jesuitas establecieron aquí su primer colegio de las Hermanas de las Misericordia, en cuyo patio se integraron las dos columnas que, entre 1755 y 1789, sirvieron para presentar al público los descubrimientos arqueológicos hechos in situ, convirtiendo el corazón del convento en una especie de museo de antigüedades.

A partir del 1828 empezaron a salir a la luz los restos de este teatro, gracias a la acción del alcalde de la época, el barón de Chartrouse. Los trabajos se reanudaron en los años 40 del siglo XIX y terminaron allá por el 1860, cuando se despejó totalmente el emplazamiento.

Al igual que el vecino Anfiteatro, en este monumento también se celebran espectáculos. En particular acoge, entre finales de junio y a finales de agosto, las Fêtes d'Arles et du costume (Fiestas de Arlés y del traje), los Rencontres Internationales de la Photographie, el Festival des Suds (Festival del Sur) y el Festival du film péplum («Festival del cine peplum»).

Terminada la visita al teatro, sería buena idea recorrer la parte que aún sobreviven de las murallas que rodeaban el antiguo castrum romano, construidas en el siglo I a.C. De aquí destaca, en el ángulo sureste, la conocida como Tour des Mourgues, la mejor conservada de todas las torres circulares con que contaba la muralla, aunque es probable que durante el siglo XIV se le diera el aspecto poligonal que presenta hoy, junto con la pendiente inclinada.

Esta torre toma su nombre del cercano monasterio de monjas que el obispo Césaire fundó a principios del siglo VI, del cual sólo ha sobrevivido la iglesia de Saint Blaise o san Blas. Este edificio se construyó en tres etapas a partir del siglo XII, aunque las excavaciones revelaron restos anteriores. Durante la Revolución fue abandonada y utilizada para diferentes usos comerciales hasta que fue excavada durante los trabajos arqueológicos que tuvieron lugar entre 1972 y 1982.

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