PARQUE ARQUEOLÓGICO DE POMPEYA (PARCO ARCHEOLOGICO DI POMPEI)

EJEMPLO DE FUSIÓN DE DOS MODELOS ARQUITECTÓNICOS


Esta casa es una de las más grandes de Pompeya, ya que ocupa una ínsula por completo. Se levantó sobre una vivienda anterior del siglo III a.C., haciéndose su construcción en dos fases: la primera a principios del siglo II a.C., cuando se edificó el primer peristilo, y la segunda a finales del siglo II a.C., cuando se agregó un segundo peristilo y la casa tomó su tamaño final. Es, por tanto, un excelente ejemplo del resultado de la fusión de los modelos arquitectónicos de una casa romana, cuyo corazón es el atrio, con la helenística, donde lo es el peristilo. La casa tenía dos entradas, una que daba acceso al ala este de la casa donde se concentraba el servicio, y el portón principal que se abre majestuoso a la calle, luciendo pilares con capiteles decorados.

Delante de él, en la acera, se colocó con fragmentos de mármol de diferentes colores la palabra latina “have”, cuyo significado es “bienvenido”, lo que ya denota la riqueza y el estatus social del propietario.

Desde el portón principal un pequeño vestíbulo se abre a las fauces que presenta un suelo ricamente decorado mediante pequeñas piezas triangulares de mármol de colores y pizarra. Las fauces se encontraban decoradas con el primer estilo hasta una altura aproximada de 2,5 metros, por encima del cual, en ambas paredes, se colocaron unos estantes de toba sobre el que se situó un lararium del tipo de templo con pequeñas columnas corintias. En el borde interior, una tira de mosaico finamente ejecutado (actualmente en el Museo de Nápoles) separaba las fauces del atrio. En esa tira se representaron dos máscaras trágicas de teatro, rodeadas de fruta, flores y guirnaldas.

Así se llega al atrio toscano rectangular que posee un suelo oscuro, cuya tonalidad dada por las pequeñas piezas de pizarra contrasta eficazmente con el borde de piedra caliza blanca y el fondo, formando por piezas de mármol de colores, del impluvium central. En el centro del impluvium se encuentra una copia de la famosa estatua del sátiro danzante o Fauno que alude al nombre del linaje del propietario, los Satrii.

Las paredes del atrio estaban decoradas con el primer estilo, consistente en tonos rojos, azules y amarillos, situados sobre un friso inferior negro, mientras que la parte superior se dejó en blanco. A ambos lados del atrio se abren algunos cubículos y dos alas que originalmente contaban con mosaicos en el suelo: en el ala derecha había uno divido en dos escenas, la parte superior constaba de un gato con una perdiz y la inferior de patos rodeados de pescados y mariscos, mientras que el ala oeste lucía uno donde se representaba a dos palomas sacando un collar de un joyero. Todos estos mosaicos originales se conservan en el museo de Nápoles.

En el lado este de la casa, como ya hemos señalado, se repartían las habitaciones para el servicio doméstico, situados alrededor de un pequeño atrio tetrástilo con columnas corintias y conectado directamente a la calle a través de unas fauces más largas que la entrada principal. Este lado de la casa resultó gravemente dañado por el terremoto del 62 d.C. Volvemos al atrio principal, donde en su lado norte se encuentra el tablinum que aún conserva un mosaico en blanco y negro en el suelo, además de haber tenido una amplia ventana que se abría a la columnata del primer peristilo que veremos después.

A ambos lados del trablinum había dos grandes triclini que también contaban con grandes ventanales y tenían el suelo decorado con mosaicos. El de la izquierda contaba además con una puerta que daba acceso directo al primer peristilo, cuya columnata era de una sola planta con columnas jónicas y cuyas paredes estaban divididas por pilastras y decoradas con el primer estilo, mientras que en medio del jardín se situaba una fuente de mármol.

En el lado norte de este primer peristilo se sitúa una amplia exedra con dos columnas en su frente y una amplia ventana que ocupa todo el ancho de la pared que da al segundo peristilo. Entre dichas columnas se encontraron mosaicos en los que se representaban criaturas salvajes del Nilo, como hipopótamos, cocodrilos, etc. (conservados en el Museo de Nápoles). El suelo de la misma habitación está ocupado casi en su totalidad por uno de los mosaicos más famosos de la antigüedad: la batalla (quizás la de Issus) entre Alejandro Magno y el persa Darío. Se trata de una reproducción de una pintura creada cuando Alejandro aún estaba vivo o poco después de su muerte, posiblemente realizada por Filoxeno o Eretria.

Y es que la agrupación de los combatientes, la caracterización de las figuras individuales, la destreza con que se han plasmado las expresiones y la delicadeza en el trato del color, han hecho que estemos ante uno de los cuadros con más alto rango entre las obras de arte de la Antigüedad. Hay que señalar que el mosaico que aquí vemos es una reproducción del original que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

A ambos lados de la exedra se encuentran otros dos triclini, uno de ellos abierto en todo su ancho al segundo peristilo, mientras que el otro sólo tiene una puerta estrecha con dos ventanas. Más a la derecha se sitúa un cubiculum, que estaba decorado con el segundo estilo, donde se encontraron restos de dos camas. La sala contigua no estaba decorada en el momento de la erupción y se utilizó como bodega.

Un corredor al este conduce hasta el segundo peristilo, muchos más grande que el primero. Las columnas aquí son del orden dórico, hechas con ladillo y con capiteles de toba. El entablamento descansaba sobre una línea de vigas, y la columnata pudo haber tenido, en una de sus partes, dos pisos de altura. La parte trasera de este peristilo contaba con pequeñas habitaciones, entre las que se encontraban la del portero y, más hacia el oeste, nichos para los Lares o dioses domésticos.

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