AUSCHWITZ (OŚWIĘCIM)

EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN MÁS EFECTIVO Y TENEBROSO DEL RÉGIMEN NAZI


A unos 3 kilómetros de Auschwitz I se encuentra Auschwitz II-Birkenau, construido en 1941 como ampliación de aquel primer campo ya que no podía albergar más de veinte mil personas. Birkenau fue el lugar donde los nazis desarrollaron sus mayores atrocidades de la llamada “Solución final”, a pesar de ello este campo es menos impactante que aquel primero, a excepción de su enorme extensión con el que el viajero se hará una idea del número de presos que pasaron por aquí sobreviviendo en condiciones infrahumanas o encontrando la muerte. A ello hay que señalar que este campo recibe muchos menos turísticas que Auschwitz I, por lo que la visita se realiza más íntimamente.

Por tanto, este campo de exterminio visualmente no produce tanto dolor y desamparo, debido a que poco se conserva allí, apenas unos barracones de madera que fueron reconstruidos, mientras que en el primer campo se han mantenido la mayoría de los edificios originales. Es por eso que apenas encontramos exposiciones, exceptuando algunos paneles informativos (en los que se cuenta, ente otras, trágicas historias de algunas de las personas retenidas aquí), imágenes de la época puestas en sitios concretos y fotografías de cientos de deportados que se muestran en el bloque de los baños principales.

Como hemos señalado anteriormente, sobrecoge la inmensidad de este segundo campo, de casi doscientas hectáreas y constituido por un gran descampado que en su origen era un terreno pantanoso. Y entre tanta extensión se levanta la entrada principal con su torre de vigilancia y, en cuya parte inferior, pasaban las vías del tren (que se conservan), el cual transportaba hasta este campo a los prisioneros en vagones no apropiados para personas, puesto que se trataban de vagones de ganado.

Al final de esta línea se encontraba la plataforma donde se seleccionaba el destino de aquellas personas y, por tanto, se decidía quien vivía y quien iba directamente a las cámaras de gas nada más descender del tren. Es posible ascender hasta la torre de vigilancia desde donde se obtienen una impresionante vista del campo, además de ver las vías del tren que terminaba en una estación que se encontraba en el interior del campo.

A ambos lados de las vías vemos una gran extensión de terreno casi vacío donde se levantaban más de trescientos barracones de madera, los pocos que quedan en pie o han sido reconstruidos albergan en sus interiores más datos sobre las condiciones infrahumanas de vida de los prisioneros. También, algo más alejados, son visibles los restos de las cámaras de gas y crematorios, destruidos por los nazis para no dejar huellas del crimen cometido ante la inminente llegada de los Aliados. En esa zona también se extienden los campos donde se encuentran enterrados miles de víctimas.

Le siguen los barracones que acogían las enfermerías, las cuales, en muchas ocasiones, eran usadas como lugar de experimentos macabros. Cerca se sitúan los baños principales, llamados por los nazis como “sauna”, de especial importancia simbólica, al ser aquí donde los prisioneros comenzaban su proceso de deshumanización al ser despojados de sus ropas y, tras ser duchados, desinfectados y rapados, son enviados a su nueva vida en el campo.

Cuando los nazis abandonaron el campo de exterminio, lo incendiaron para no dejar indicios del genocidio, de aquel incendio se ha mantenido en pie una tenebrosa fila de chimeneas de ladrillo, que se levantan como testigos mudos de los crímenes cometidos aquí. Finalmente, en esta visita a Auschwitz II – Birkenau encontramos, al final de las vías y cerca de las antiguas cámaras de gas, el monumento construido en 1967 y dedicado a las Víctimas del fascismo en Auschwitz.

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