MOSTAR (Мостар)

UN PASEO POR ESTA AVENIDA Y SUS ALREDEDORES


El recorrido por el Móstar Oeste lo vamos a comenzar paseando por la frontera invisible que la separa de la zona este: el Bulevar. Esta amplia avenida, de tres kilómetros, sigue el trazado de la carretera nacional M-6 a su paso por el centro de la ciudad. Durante la guerra aquí estuvo la principal línea de frente, donde todos los edificios, de uno y otro lado, sufrieron en sus muros el impacto de metralla (especialmente alrededor de la plaza de España), unos fueron destruidos (dando paso a nuevas construcciones), otros fueron dañados y, tras finalizar la contienda, restaurados, y otros se han quedado tal y como los dejaron cuando el conflicto bélico terminó. A pesar de tal destrucción, hay que recordar que la peor parte se la llevó Móstar Este, donde la devastación no perdonó ni al Stari Most.

Como decimos, hoy en día sigue existiendo esa frontera mental entre los habitantes de la ciudad de ambos bandos, de hecho, el nombre de Bulevar es una denominación neutra de esta avenida, puesto que tiene dos nombre oficiales: en la parte este se llama Bulevar Narodne Revolucioncije (denominación heredad de la época socialista, que significa “Bulevar de la Revolución Nacional”) y en el lado oeste fue renombrado en 1994 como Hrvatskih Branitelja, es decir, avenida de los Excombatientes Croatas (en honor a los soldados del HVO o Comité de Defensa Croata).

Justo en el límite de la parte oeste o bosniocroata, se levanta el Campanario de la Paz y el Móstarski Zvonik Mira-Franjevačkog Samostana i Crkve sv. Petra i Pavla o Monasterio Franciscano e iglesia de san Pedro y san Pablo. La iglesia se fundó en el año 1866 y el monasterio a finales del siglo XIX. Los Franciscanos fueron unos monjes muy activos culturalmente, hasta el punto de conseguir una rica biblioteca con unos 50.000 libros y 536 manuscritos antiguos, así como pinturas italianas de los siglos XVI y XVII. En la guerra de Bosnia, el templo fue destruido en mayo de 1992 durante el intento del ejército yugoslavo y bosnioserbio de tomar la ciudad. Milagrosamente el resto de complejo se salvó bastante bien de la destrucción de los enfrentamientos entre los bosniocroatas y bosníacos y eso a pesar de encontrarse en plena línea de la guerra de trincheras.

Terminado el conflicto bélico la biblioteca del monasterio y el campanario del siglo XIX se salvaron. Entre los años 1998 y 2001 se restauró la iglesia gracias a la ayuda económica de Croacia. Durante las obras, la diócesis católica decidió derrumbar el antiguo campanario y levantar otro nuevo más alto como símbolo de paz y de la presencia católica en la ciudad donde mayor número de fieles de esta religión hay en el país. A la vez, también se construyó en el monte Hum una cruz católica de 33 metros de altura. Ambos fueron muy criticados: el campanario porque domina en altura al resto de edificios de otras religiones, además, al encontrarse justo en el Bulevar, refuerza la impresión de la existencia de esa frontera física entre la zona este y oeste. Y la cruz en el monte Hum se sitúa en el lugar donde, durante la guerra, se bombardeó y disparó a Móstar este y sus habitantes.

Polémicas aparte, centrándonos en el complejo católico, destacamos el campanario, el más alto de los Balcanes con sus 107,20 metros de altura y 3 de lado. A 75 metros de altitud se acondicionó un mirador desde el que se obtienen impresionantes imágenes de Móstar y su alrededor. Para llegar hasta el mirador es necesario ascender sus 370 escalones, pero gracias a un ascensor se superará los primeros 50 metros, o lo que es lo mismo 222 escalones, a partir de ahí sólo queda subir a pie 148 más. La parte inferior del campanario está ocupado por un museo dedicado a la paz.

Muy cerca del Campanario de la Paz se encuentra la džamija u Podhumu, mezquita construida en el año 1592, por tanto, una de las más antiguas de la ciudad, por Derviš-pahsa, hijo de Bajezid-aga, quien había nacido en la mahala (o barrio) de Podhum de Móstar. Fue estadista, líder militar, poeta y legislador. Cayó muerto en 1603 en Budim. Pero Derviš-pahsa no sólo construyó la mezquita, también levantó una madraza, un mekteb (escuela islámica) y una biblioteca. El cronograma situado en el edificio corresponde con el final de su “vakufnama” (acto de dotación perpetua) y fue compuesto en persa por él mismo.

La madraza fue cerrada en 1890 y desde entonces hasta 1912 fue utilizada como mekteb, hasta que también fue demolida en 1913, construyéndose un nuevo mekteb en 1914 que finalmente fue destruido durante la guerra, en el año 1993, al igual que el resto del edificio que fue dinamitado y destruido. La rehabilitación se completó en mayo de 2004. Volvemos sobre nuestro paso de nuevo al Bulevar.

Para hacernos una idea de la frontera mental e invisible de este Bulevar, vamos a poner como ejemplo el monumento que se colocó ilegalmente (al igual que el monumento dedicado a los combatientes del HVO, situado a pocos metros de distancia) junto al ayuntamiento en abril de 2012 y dedicado a los soldados caídos del ejército de Bosnia y Herzegovina en la guerra de 1992 - 1995. Al día siguiente el partido político HDZ BiH (Unión Democrática Croata de Bosnia y Herzegovina) condenó la instalación de este monumento conmemorativo, erigido por la Asociación de Familias de Mártires y Soldados Caídos del ejército de Bosnia y Herzegovina. Sea como fuere, en enero de 2013 este monumento que representa un lirio fue minado y partido por la mitad. Nosotros estuvimos en la zona en agosto de 2022 y ni se ha retirado ni se ha restaurado, sigue como quedó en enero de 2013…

Unos metros más arriba y dominando la Španski trg, se sitúa la Stara Gimnazija Mostar, aunque actualmente se denomina instituto Aleksa Šantić. Fue uno de los centros educativos más famosos y prestigiosos no sólo del país, sino de la antigua Yugoslavia, acogiendo a estudiantes de todos los orígenes y religiones. Fue construido durante el período austrohúngaro entre 1898 y 1902, según diseño del checo František Blažek.

Tras el asedio de 1992-1995, el edificio fue muy dañado, tras lo cual se restauró, pero ya sólo para estudiantes bosniocroatas. En el año 2009 se renovó, quedando actualmente compuesto por tres edificios escolares separados: uno bosniocroata, otro bosniaco y el United World College que, como en su origen, acoge a todas las personas indistintamente de su origen o confesión, toda una oportunidad de acercamiento entre las diferentes comunidades.

La Španski trg o Plaza de España que, aunque estéticamente no es muy bonita, es un lugar imperdible por la simbología que contiene: aquí se encontraba el corazón de los combates durante la guerra de Bosnia, entre 1992 y 1995, siendo todavía el principal punto de encuentro entre las dos partes de la ciudad. De hecho, hoy en día sigue mostrando sus espeluznantes cicatrices, aunque haya sido parcialmente renovada gracias a la Unesco. De nuevo volvemos a ver en el nombre de esta plaza la división de la ciudad: para los bosniocroatas es Španjolski trg y para los bosníacos es Španki trg, dos denominaciones que dicen lo mismo, más aún cuando el croata y el bosnio son idénticos, exceptuando algunas diferencias en la gramática.

Originalmente esta plaza no tenía nombre porque era sólo una intersección, por lo que, a fin de evitar rivalidades y apropiaciones entre ambos bandos, la ONU impuso llamarla con una denominación neutral. Finalmente fue llamada plaza de España, haciendo honor a los Cascos Azules españoles desplegados en Móstar desde el final del asedio de 1993 hasta 2014, para establecer un primer punto de control entre ambas zonas de la ciudad. El rey Juan Carlos I de España inauguró en marzo de 2012 la nueva plaza (pagada íntegramente por España) y el monumento que conmemoran a los 22 soldados españoles y un intérprete fallecidos durante las operaciones de mantenimiento de la paz entre 1992 y 1995.

En uno de los laterales de la plaza se levanta el Staklena Banka o Banco de Cristal, antaño cubierto con cristales, de ahí su nombre. Este esqueleto de hormigón fue utilizado por los francotiradores que disparaban hacia objetivos situados en el Móstar oriental: primero por los bosnio-serbios y después por los bosnio-croatas. Es por eso que es más conocido como Sniper Tower (Torre de los Francotiradores). Su altura, de diez plantas, lo convertía en el edificio más alto de la ciudad, por lo que era ideal para controlar la línea del frente, situado justo al lado. Por su parte, los soldados bosníacos disparaban hacia el edificio con el objeto de detener y eliminar a los tiradores emboscados en él.

Esta edificación fue construida justo antes de comenzar la guerra como la sede del Banco de Comercio de Móstar. Actualmente nada queda de aquella fachada de cristal, en su lugar vemos en su estructura desnuda impactos de balas y algunos grafitis, al igual que en su interior donde sólo hay escombro y basura. Es, además, refugio de drogadictos por la noche, por lo que no se recomienda su visita, de hecho, el Ayuntamiento de Móstar bloqueó todos los accesos, aunque algunos de ellos han sido neutralizados y se puede acceder sin problema.

En contraposición con la Sniper Tower se encuentra, al otro lado del río, tras cruzar el puente Musala, otro de los símbolos mortales de la guerra: el Hotel Neretva. Este edificio se construyó en época austrohúngara, en 1892, contando con una cantería de inspiración morisca en rojo y amarilla. Si se desea ver más arqueología de la guerra, basta con andar un poco más hacia el este, pasando la plaza Musala, hasta encontrarnos con las ruinas del centro comercial Razvitak, enorme estructura cuadrada construida en 1970, en época socialista, cuya principal característica son sus paneles de hormigón con decoraciones de estilo medieval.

Volvemos sobre nuestros pasos hacia la plaza de España, desde donde nace el Korzo, calle peatonal que une la plaza con la catedral de María Madre de la Iglesia. Esta avenida ya no se llama así, pero los habitantes de Móstar se refieren a ella de esta forma (su denominación oficial es Nicole Šubića Zrinskog, la parte más cercana a la plaza de España, y Kneza Branimira, a partir del Rondo). Si la recorremos entera, en cuyo paseo también veremos algunos edificios destruidos durante la guerra, llegaremos a la Katedrala Marije Majke Crkve o catedral de María Madre de la Iglesia. Inaugurada en 1980, este templo corresponde con un edificio posmoderno de hormigón con un tejado de 22 metros de altura y un campanario de 30 metros. Su interior es muy luminoso y, gracias al uso de madera, muy acogedor.

Desde la catedral se puede ir fácilmente hasta el Partizansko spomen Groblje o Memorial a los Partisanos, levantado en 1965 y situado en uno de los cementerios mas imponentes de la época socialista. Tras su visita nos queda a un tiro de piedra el parque Zrinjevac que transcurre junto al Korzo. Aquí nos queda una visita cuanto menos curiosa, y es que, en un costado del parque se ha colocado el spomenik Bruce Leeju o escultura de Bruce Lee. Este monumento dedicado al mítico cineasta de las artes marciales, puede descolocar al visitante, pero tiene su explicación y muy convincente, además.

A estas alturas ya hemos comprobado que desde que finalizó la guerra cada parte o bando de la ciudad han erigido monumentos que ofendían al adversario o llamaban a las calles con los nombres de sus héroes, lo que hacía que se ampliara más la brecha de separación entre las dos comunidades. En el año 2004 una asociación local llamada Urban Movement, con la vista puesta en la juventud de la ciudad, puso en marcha la idea de crear un monumento que no ofendiera a nadie y complaciese a todos. Así, con la ayuda de una ONG alemana, se inició una votación entre jóvenes bosnioserbios, bosniocroatas y bosníacos para saber qué personaje representar.

El resultado fue Bruce Lee. La escultura fue obra del artista croata Ivan Fijolić, inaugurándose en noviembre de 2005 y, ante semejante acontecimiento inusual en que todas las comunidades se pusieran de acuerdo, en presencia de varios diplomáticos extranjeros, un ministro alemán y el embajador chino. La estatua de bronce es casi a tamaño real: mide 1,68 metros y el actor medía 1,72. Se le representa en posición de lucha, con su mítico nunchaku en una mano.

En su pedestal sólo posee una única inscripción dirigida a la juventud: “Bruce Lee, vuestra Móstar”, frase sencilla que hace que esta estatua sea el verdadero símbolo de una reconciliación posible entre las nuevas generaciones. Y es que la juventud de Móstar la adora, mientras que los nacionalistas de ambos bandos la detestan, ya que temen que la joven generación olvide los valores por los que lucharon, incluso se ha rizado tanto el rizo que han buscado motivos para sentirse ofendidos, ya que ambos piensan que el ataque de la mano de Lee se dirige hacia sus respectivas zonas. Tal es el grado de crispación de estos nacionalistas ultras que la estatua sufrió actos vandálicos en varias ocasiones. Por eso esta obra es tan peligrosa para ellos, porque se trata de una señal inequívoca de que ha comenzado un acercamiento entre las diferentes comunidades de Móstar.

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