COPENHAGUE (KØBENHAVN)

EL ISLOTE DEL CASTILLO


Entramos a Slotsholmen (cuya traducción sería islote del castillo) por Holmens Kanal, a cuya izquierda se encuentra la iglesia luterana de Holmen. Se construyó en época de Federico II, en 1563 para ser la fragua de anclas. En 1619 y ya con el rey Cristián IV, fue convertida en una capilla para las tripulaciones de la flota. Se ha ampliado y modificado a lo largo de los siglos, la más importante entre 1641 y 1643 cuando se añadió el coro y el crucero, según proyecto de Leonhard Blasius, adaptando la planta de cruz griega que vemos hoy.

Fue en aquella época en que se le dio el aspecto actual, en estilo renacentista holandés, mientras que la Store Kapelsal, capilla funeraria barroca que corre a lo largo del canal, fue añadida a principios del siglo XVIII. En ella descansan personajes célebres como los almirantes Niels Juel y Peder Tordenskjold. La entrada principal, la Kongeporten (Puerta del rey) es un pórtico de 1635 procedente de la catedral de Roskilde. Actualmente es la iglesia oficial de la marina danesa, además de hacer la función de capilla real, de hecho aquí se casó la reina Margarita II en 1967.

Desde Christiansborg Slotsplads podemos ver el castillo de Christiansborg unido por un pasaje cubierto a la Christiansborg Slotskirke, construida en 1826 por el arquitecto C. F. Hansen y utilizada para eventos reales como bodas, bautizos y aniversarios. La fachada principal se asemeja a un templo griego, no en vano el arquitecto se inspiró en el Panteón y en la iglesia de Sant'Andrea de Roma. Si traspasamos el pasaje cubierto desembocamos en la Prins Jørgens Gård donde se encuentran 4 estatuas de Thorvaldsen. El lado septentrional de esta plaza lo cierra el Thorvaldsen Museum, dedicado a dicho escultor.

Ahora nos encontramos a los pies de Christiansborg, desde aquí vemos el bonito palacio de la Bolsa o Børsen: el rey Cristián IV aspiraba a convertir Copenhague en una metrópoli y fortalecer su posición como centro comercial. Para ello mandó a Lorentz y Hans van Steenwinckel que construyeran un edificio para tal menester. Y así se levantó entre 1619 y 1640 este edificio en estilo renacentista holandés, con dos fachadas, una de las cuales tiene una rampa por donde los carros cargados de mercancía subían al primer piso, donde se encontraban los diferentes locales de contratación, mientras que la planta baja albergaba los almacenes.

A partir de 1681 se instalarían en el piso superior las oficinas de los funcionarios. Su forma rectangular se alaga 126 metros sobre Børsgade y Slotsholmsgade, en estas fachadas destacan los grandes ventanales y los frontones de las buhardillas. Gracias a su belleza es uno de los lugares más famosos de la ciudad además de ser uno de los edificios más antiguos. Aunque es especialmente conocido por la gran aguja en espiral de 1624-1625 que corona su tejado de cobre. Ésta tiene una altura de 56 metros y está formada por las colas entrelazadas de cuatro grandes dragones.

El palacio de la Bolsa ha sido restaurado en varias ocasiones durante el siglo XVIII. Entre 1857 y 1858 H.C. Stilling llevó a cabo la reestructuración del primer piso, convirtiéndolo en una gran sala para la bolsa de valores moderna, dejando atrás su pasado de bolsa de mercancía. Y así continuó con esa actividad hasta el año 1974, cuando el mercado de valores se trasladó. Hoy en día en este edificio se encuentran las oficinas de la Cámara de Comercio Danesa y aquella gran sala, decorada con la escultura de Cristián IV, se utiliza para actos oficiales.

Volvemos de nuevo a Christiansborg Slotsplads donde, frente a la entrada al castillo, vemos la estatua ecuestre de Federico VII, realizada en 1873 por H.V. y Ch.G. Blissen. Desde aquí vemos la fachada de esta parte del castillo de Christiansborg, imponente y austera, formada por tres pisos y dominada por una elevada torre con aguja recubierta de cobre. Este edificio se levanta en el mismo lugar donde en 1167 el obispo Absalón construyó su fortaleza que dio lugar al primer núcleo urbano de Copenhague.

Aquella primera fortaleza fue demolida en 1249 cuando la ciudad cayó en manos de los ejércitos de Lübeck. Dado el papel significativo que jugaba el castillo entre las luchas de poder entre la Iglesia y la Corona, fue reconstruido rápidamente pero definitivamente quedó destruido en 1369 por las tropas de la Liga Hanseática que envió, expresamente para realizar tal menester, a obreros especializados en demolición. En 1389, las necesidades defensivas de la zona hicieron que el obispo de Roskilde, Peder Lodehat, ordenara la construcción de un nuevo castillo.

Posteriormente el nuevo edificio sería confiscado en nombre de la Corona por Enrique VII de Pomerania, que lo convertiría en su nueva residencia. Sin embargo resultó insuficiente para las necesidades de la corte y Cristián V mandó reconstruirlo en 1687, obras que posteriormente serían confiadas a Elías David Häussser por Cristián VI. Habría que esperar hasta 1766 para ver el edificio completado, presentado líneas barrocas y albergando en su interior 348 habitaciones. Fue inaugurado con el baile de boda de Cristián VII.

En 1794 el fuego volvió a dejar semi destruido el palacio y un año después volvió a sufrir daños durante el gran incendio de Copenhague de 1795. Por ello, en 1803, se demolió definitivamente para levantar en su lugar otro edificio neoclásico proyectado por H.C. Hansen y terminado en 1828, contando con las más avanzadas técnicas contra incendios de aquel momento. Esto no evitó que otro fuego producido en su ala meridional provocara fuertes daños en 1884.

Finalmente, en 1907, el arquitecto Thorvald Jørgensen le dio al edificio el estilo rococó que vemos actualmente. Nos dirigimos al interior y para ello atravesamos la Puerta del Rey que une esta plaza con el patio. Desde esta zona se puede o bien subir a lo alto de la torre o bien bajar al sótano, lugar donde podemos ver las ruinas de las anteriores construcciones de los siglos XII a XIV, que aparecieron en el patio interior durante los trabajos de cimentación del actual edificio en los años 1906-1908. De primera mano comprobaremos que la primera fortaleza presentaba una planta casi circular, conoceremos más sobre el edificio del siglo XV y especialmente sobre Blåtårn (Torre Azul), poderoso torreón que defendía la entrada principal.

Pero aquella torre no sólo sirvió como elemento defensivo sino también hizo la función de prisión donde cumplían condena presos políticos y otros criminales. Entre los recluidos más famosos se encuentra la hija favorita de Cristián IV, Leonora Cristina, que fue encerrada en la torre durare 21 años, 9 meses y 11 días, pagando los crímenes de su esposo, Corfitz Ulfeldt, acusado por traición. Hoy en día se levanta otra torre recubierta de cobre y de menos proporciones que aquella, aunque es la más alta de Copenhague hoy en día. Es posible ascender hasta la cima para poder ver la ciudad desde un ángulo diferente y también para acudir a su restaurante.

Desde el patio interior se aprecia mejor la arquitectura de las dos alas que cuentan con tres series de ventanas y rematadas por balaustradas. Hoy, y desde 1849, toda la parte sureste del castillo está ocupado por el Folketing o Parlamento de Dinamarca, el Tribunal Supremo y las oficinas del gobierno. Además, varias partes del palacio son utilizadas por la monarquía, incluyendo las Salas de Recepción Real, la capilla del palacio y las caballerizas reales.

El ala norte del castillo está ocupada por Kongelige Repraesentationslokaler que abarcan las dependencias de recepción. Aunque son, en gran parte, reconstrucciones de comienzos del siglo XX, se conservan algunos objetos originales que pertenecían a las habitaciones de Cristián VII, como los tres grandes cuadros realizados por Nicolai Abildgaard. Entre las dependencias destaca la Riddersalen o Sala de los Caballeros que contiene tapices flamencos del siglo XVII, y la biblioteca privada de la reina con más de 80.000 volúmenes datados a partir del siglo XVIII.

De nuevo en el exterior, la Christiansborg Ridebane desemboca en el patio del picadero, rodeado de árboles y en cuyo centro hay una fuente, desde aquí podemos obtener una vista general muy amplia del conjunto de Christiansborg. Le precede el monumento ecuestre del rey Cristián IX, realizado en 1927.

Los tres lados del patio del picadero están cerrados por dos alas curvas y porticadas que terminan cada una en dos monumentales quioscos con las armas reales, constituyendo la puerta de acceso desde el Marmorbroen (Puente de Mármol), el que fuera entrada principal del castillo. Estos edificios fueron construidos por E.D. Häusser en 1733-1745 en estilo barroco tardío. Se tratan de los únicos restos supervivientes del incendio de 1794 del antiguo castillo de Cristián VI.

En ellas se encuentran las caballerizas reales desde el año 1746. Por aquel entonces había un total de 252 caballos, frente a los 13 que hay actualmente, utilizados para actos oficiales como visitas de estado, cumpleaños y aniversarios reales, etc... Y es que los caballos y las carrozas han sido desde la antigüedad un importante medio de transporte, a lo que hay que unir a las actividades realizadas a caballo como la caza, carreras, etc...

En el ala meridional se encuentra instalado el Kongelige Stalde og Kareter o Museo de Carrozas. Antes de entrar al museo se puede visitar las caballerizas abovedadas construidas en 1740 por Nicolai Eigtved. El fondo del museo está compuesto por más de 20 carrozas de finales del siglo XVIII y XIX. Al lado se encuentra el antiguo teatro de la Corte de Cristián VII, construido en 1767 por N.H. Jardin.

Pasamos a través de los dos templetes y travesamos el Marmorbroen para volver a cruzar el canal por el Prisens Bro y dirigirnos por la Tøjhusgade al alargado edificio del Lange Tojhus, arsenal de 163x24x27 metros mandado construir por Cristián IV, que acoge el Tøjhusmuseet. Este museo está dedicado por completo a la historia militar de Dinamarca. En su interior acoge, en la planta baja, la sala de los cañones donde se exponen más de 500 piezas desde el siglo XV a la II Guerra Mundial y, en la primera planta, la sala de armas con una de las colecciones más valiosas del mundo.

Muy cerca se encuentra la Biblioteca Real de Dinamarca, construida por Hans Jørgen Holm en 1906. La sala central es una copia de la capilla del palacio de Carlomagno en la catedral de Aquisgrán. Fundada en 1670 por Federico II, es una de las más grandes e importantes de Escandinavia. Contiene alrededor de 55.000 manuscritos, 4 millones de mapas y dibujos, 5.000 incunables y casi 3 millones de libros. De especial importancia es el Brevarium Ottoniense de 1482, primera obra danesa impresa. La nueva ala adyacente al edificio antiguo fue inaugurado en 1999 y es conocido como Den Sorte Diamant o Diamante Negro.

Construido de granito negro y vidrio representa una de los mejores ejemplos de la arquitectura contemporánea danesa. Fue diseñado por el estudio de schmidt, hammer y lassen. Está formado por dos cubos negros ligeramente inclinados sobre la calle y, entre ambos, un atrio de ocho plantas cuyas paredes son de color blanco y en forma de onda, con un par de corredores transversales que unen ambos lados, además de contar con balcones en todas las plantas.

Su interior alberga, además de la biblioteca, una sala de conciertos, una galería y un restaurante. La pared exterior del atrio es de vidrio para poder así ver el mar y la otra orilla donde se alinean los edificios de lujo del barrio Christianshavn.

En la fachada contraria podemos ver tres puentes que discurren sobre la carretera que conectan el diamante negro con el edificio más antiguo de la biblioteca real. Dos de ellos sirven para el desplazamiento interno y el tercer puente, más grande, para el público en general. Debajo de éste último se encuentra una enorme pintura del pintor danés Per Kirkeby.

En la parte contraria a la orilla, justo al lado de uno de los extremos del Tøjhusmuseet, se sitúa el Kongernes Lapidarium. Está albergado en el antiguo edificio de la cervecería que data de la época de Cristián IV, cuya función era la de calmar la sed de los soldados sedientos, actividad que hizo hasta 1767 cuando se quemó. Su colección la forma 300 estatuas, esculturas y piezas ornamentales de los jardines, edificios y palacios reales. Entre ellos destaca la estatua ecuestre de Federico V y la escultura ecuestre original de Cristián V que estaba en Kongens Nytorv.

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