RONDA

MUSEO MUNICIPAL DE RONDA


Este edificio alberga en la actualidad el Museo Municipal de Ronda, poseyendo una colección permanente de piezas arqueológicas encontradas en las diferentes intervenciones de la ciudad y su término municipal, además de diferentes donaciones privadas. Pero antes de profundizar en el museo en sí, primero vamos a hablar un poco sobre el edificio, que ya por sí mismo es toda una pieza histórica. Su fachada, aunque esté datada de principios del siglo XVI, en el siglo XVIII se construyó con sillería añadiéndole una portada con columnas de doble orden y coronada por un frontón curvo. Sobresalen las dos torres cuadradas de ladrillos con cubiertas a cuatro vertientes situadas a cada ángulo de la fachada.

Este palacio también recibe el nombre de Palacio del Marqués de Villasierra. Presenta una mezcla de estilos arquitectónicos de diferentes épocas, destacando el mudéjar y el renacentista. Existen voces que lo relacionan con la residencia de la monarquía de la Taifa rondeña, el gran rey Abbel Malik o Abomelic, hijo del sultán de Marruecos Abul Hassan. Tras la muerte de aquél, Ronda pasaría a depender del Reino de Granada y el palacio se convertiría en la residencia del gobernador nazarí, siendo su último morador Hamed el Zegrí.

A pesar de su origen, de esta época sólo queda el trazado de su planta y los cimientos, es difícil imaginarse el edificio en época musulmana, pero se puede asegurar que las dependencias se organizaban alrededor del patio más cercano al Tajo. Pero es en época cristiana cuando se realizan las obras más importantes en la fisionomía del palacio. Cuando Ronda es conquistada el 24 de mayo de 1485, los Reyes Católicos durante su estancia en la ciudad, fijarían aquí su residencia, si bien pasaría después a manos del capitán Melchor de Mondragón quien pondría su escudo en la portada de acceso al palacio. Unos años después pasaría a manos de Francisco Valenzuela, Marqués de Villasierra.

De esta época es el patio más cercano al Tajo, conocido como Patio Mudéjar y datado en el siglo XVI. Está compuesto por una triple arquería baja en tres de sus lados decorado con riquísimas azulejerías, formado por arcos de medio punto sobre columnas de mármol. La mezcla de los estilos gótico, renacentista y mudéjar es más que evidente.

En este patio encontramos detalles muy significativos como los restos de bella solería original del siglo XVI que fue encontrada debajo de la escalera que conecta este patio con la primera planta, por lo que es de suponer que la solería es anterior a la construcción de esa escalera. Por otro lado, desde aquí y a través de un arco de herradura se accede a un pequeño jardín.

El segundo patio, conocido como Patio Castellano, es de estilo tardo-gótico del siglo XVII en el que columnas de piedra con capiteles reutilizados y zapatas de madera soportan una planta intermedia en la que se encuentran algunas salas del museo. Es sin lugar a dudas el más austero de los tres patios que contiene el palacio de Mondragón.

Nos queda un tercer patio, el primero que veremos nada más acceder al edificio: el Patio del Pozo del siglo XVIII. Dispone de una galería de arcos de medio punto, arquitrabe, friso decorado con triglifos, metopas y cornisas, en dos de sus testeros. En un extremo del patio, junto a la escalera de acceso al museo, se sitúa el pozo que le da nombre.

La belleza y magia de estos patios, jardines y galerías es tan cautivadora que el viajero podría olvidarse del museo, por eso, ahora sí vamos a centrarnos en el espacio museístico: cronológicamente la exposición hace un recorrido desde las primeras comunidades cazadoras y recolectoras hasta época musulmana. Vamos a ir enumerando sala por sala, pero antes de comenzar el recorrido es necesario destacar el Salón Noble que luce un maravilloso artesonado mudéjar. El Museo Municipal se articula en las secciones que siguen a continuación.

Sala de las Comunidades Cazadoras y Recolectoras: en ella nos enseña más sobre los tipos de asentamientos al aire libre, así como las cuevas que el hombre utilizaba por sus cualidades físicas, de protección y defensa. En la serranía de Ronda, debido a su carácter kárstico, existen mucha variedad de abrigos y cuevas, algunas de ellas fueron utilizadas por el hombre, como la de La Pileta y Gato. En esta sala se recrea el interior de una cueva utilizada por humanos.

Sala de las Primeras Comunidades Campesinas: con el paso del tiempo aquellas comunidades que vivían al aire libre o cuevas se estabilizaron. Durante la llamada Prehistoria Reciente, entre los siglos V y IV a.C., el hombre comenzaría a explotar la ganadería y agricultura, asentándose en lugares cercanos donde extraían las materias primas para su posterior transformación. Se recrea una cabaña circular típica del poblado del yacimiento arqueológico de Acinipo.

Este cambio de mentalidad traerá innovaciones técnicas como la cerámica, el pulimentado de la piedra y, en el III milenio a.C., el uso de metales. Por otro lado, cerca de las aldeas se encontraban las necrópolis dolménicas, grandes estructuras cubiertas formadas por grandes piedras llamadas megalitos y que eran utilizadas para depositar los difuntos de una comunidad. En esta sala se reconstruye el interior de un dolmen de corredor.

Sala de las Sociedades Jerarquizadas: esta nueva etapa se caracteriza por la aparición de clases sociales y esclavitud, el estado, el derecho y la propiedad privada, el ejército y la guerra de conquista, el comercio a gran escala, la ciudad, etc... Junto a esto, el invento y uso de la metalurgia será clave para este nuevo período que comprende el Neolítico y el Primer Milenio, hasta el punto de darle nombre a los diferentes períodos: Edad del Cobre (III milenio a.C.); Edad del Bronce (II milenio a.C.); y Edad del Hierro (I milenio a.C.).

El uso de determinados metales cobrará importancia como factor de poder, así el cobre, bronce, oro y plata serán determinantes a la hora de calificar el rango de cada persona. En la zona de Ronda se inicia la metalurgia productiva en el II milenio a.C., con un pequeño horno de fundición de cobre hallado en las proximidades de Ronda. En esta sección se recrea un taller metalúrgico en funcionamiento tratando la fundición del bronce.

En la exposición se pueden ver fragmentos de vasijas-hornos que se utilizaron para reducir los minerales de cobre. Pero sin duda, el molde de espada tipo Sa-Idda (VII a.C.) es la pieza que mejor ilustra el grado de especialización alcanzada en la comarca de Ronda, además de ser el más completo y mejor conservado. También se expone la réplica de la escultura de El Gigante, encontrada en la ciudad de Ronda y datada entre los siglos IX al VII a.C.

Con la llegada de los fenicios se produjo una expansión comercial por toda la cornisa del mar mediterráneo, lo que produjo un intenso intercambio con el Oriente Próximo en cuanto al estilo de vida basado en el hierro, la cerámica, la escritura y el urbanismo, comenzando a surgir los primeros estados indígenas (íberos). Los griegos comenzarían a llamar a las diferentes étnicas y pueblos de la península Ibérica con el nombre genérico de Íberos, con quienes por otro lado mantenían relaciones comerciales.

Sala del Mundo Romano: con la llegada de la civilización romana la serranía de Ronda, y la mayor parte de la península Ibérica, fue sometida a su poder e influencia. El área, en el que existen numerosos yacimientos romanos, se enmarcó en la provincia de la Bética. De entre los yacimientos destacan las ciudades de Arunda y Acinipo.

En esta sala aprenderemos más sobre aspectos socioeconómicos, mundo funerario, estructura social, creencias religiosas, urbanismo, arquitectura, etc... Y para ello se tomarán como referencia los dos yacimientos romanos más importantes de la comarca, como hemos señalado anteriormente, Acinipo y Arunda.

En Acinipo se encuentra el teatro mejor conservado de la Bética romana, cuya maqueta podemos ver en esta sala con todo lujo de detalles. Pero no sólo eso, también se exponen una serie de monedas, algunas con el nombre de Acinipo.

Sala del Mundo Funerario Musulmán: estamos terminando la visita a este bello edificio y a su museo. Así en esta última sala se exponen una rica y variada colección de estelas funerarias en piedra del mundo funerario musulmán. Además, se profundiza en los tipos de enterramientos, ritual funerario y otros aspectos sociales de la época.

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