VALENCIA (VALÈNCIA)

UN TEMPLO CON HISTORIA


Se trata de uno de los templos valencianos más antiguos, no en vano su origen hay que buscarlo en la época de la conquista de la ciudad por las tropas de Jaime I el Conquistador: en el mismo emplazamiento había una mezquita que fue transformada en iglesia. Con el tiempo se quedó pequeña y fue demolida, construyéndose un nuevo edificio en estilo gótico entre los años 1372 y 1401. De su estructura gótica actualmente quedan restos visibles en el exterior y poquito en el interior ya que por reformas posteriores ese estilo quedó difuminado.

Una de las reformas más importantes tuvo lugar entre los siglos XVI al XVII, transcurso en el que el templo sufrió importantes obras que cambiaron su fisonomía sobre todo en el interior. Entre las reformas destacamos las obras de ampliación de la Capilla Mayor, manteniendo su modelo poligonal, además de añadirle una bóveda de horno renacentista. El templo cuenta con una única nave decorada con columnas de estilo corintios adosadas a las capillas laterales.

Sobre las capillas podemos ver varios frescos con forma de óvalo en los que se cuenta la vida de San Martín y la de san Antonio Abad. Encima, un friso compuesto por 44 metopas con representaciones de instrumentos musicales y otros elementos de culto recorre la parte superior. La nave está cubierta por una bóveda de cañón y lunetos decorados con relieves dorados, mientras que las capillas laterales cuentan con pequeñas cúpulas con linternas. La decoración barroca fue dada entre 1735 y 1753 cuando el escultor Francisco Vergara y el arquitecto José Herrero realizaron el revestimiento total del interior de la iglesia, adaptándolo al nuevo gusto estético de la época.

En el Altar Mayor vemos el Retablo Mayor, obra de Miguel Colombina realizado entre 1957 y 1961, el anterior fue devorado por las llamas durante la Guerra Civil Española. Alrededor se sitúan cuatro hornacinas rematadas por un frontón triangulas, que contienen las esculturas de cuatro santos valencianos o ligados a la ciudad: san Vicente Ferrer, san Vicente Mártir, san Luis Bertrán y santo Tomás de Villanueva. El retablo es iluminado por la bóveda acasetonada imitando el mármol y coronada por un óculo con linterna, obra de Miguel Porcar.

A ambos lados de la puerta principal se sitúan dos altares, en uno de ellos vemos un retablo con la escultura de san Blas obispo, en cuya parte inferior se encuentra un icono de la Virgen del Perpetuo Socorro. Al otro lado de la puerta se encuentra el altar con la imagen de la Virgen de los Dolores, escultura que estuvo situada anteriormente en el Altar Mayo de la capilla de la Comunión.

Vamos a enumerar las diferentes capillas laterales que cuenta la iglesia: si comenzamos nuestro recorrido por el lado derecho, según se mira hacia el Altar Mayor, vemos la capilla de San Antonio Padua, después encontramos la capilla de la Virgen de Lourdes, en la que se ven dos pinturas murales con escenas de aquel lugar de peregrinaje cristiano.

A continuación, la capilla de la Virgen de Vallivana, patrona de Morella, en cuya parte inferior del retablo se encuentra una pequeña talla de un santo mártir vestido a la usanza militar. La siguiente es la capilla de la Virgen del Carmen, en cuyo retablo, más concretamente bajo la hornacina central, podemos ver una talla de san Vicente Ferrer. Este lado del templo termina con la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza, donde también se expone la imagen de un padre mercenario, probablemente se trata de san Ramón Nonato.

Nos dirigimos ahora a la otra parte del templo, justo enfrente de la capilla anterior, donde encontramos la de la Virgen de la Salud, cuya representación se encuentra en el centro del retablo, enmarcada por un fresco que hace alusión a la aparición marina. A continuación, se sitúa la capilla de san Jorge representado en la hornacina central subido a un caballo y abatiendo a un musulmán. Junto a esta escultura vemos la imagen de "Jesuset del Miracle".

La parte inferior es ocupada por la Virgen de los Desamparados, mientras que a la derecha se encuentra el fresco de la Virgen de los Lirios. Le sigue la capilla de tránsito o capilla de la Comunión, a continuación, encontramos la de San José, cuya imagen preside la capilla, mientras que en la parte inferior vemos una de Nuestra Señora de Seo. La siguiente es la capilla de Santa Rita, en la que podemos ver restos parciales del estilo gótico original.

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