CARCASONA (CARCASSONNE / CARCASSONA)


Carcasona es una ciudad formada por dos, parece una contradicción, pero es así: la Ciudad Medieval, imponente desde un promontorio que domina la zona, y la Bastida de san Luis, cuyas calles se trazaron como si de un tablero se tratara. A ello hay que añadir que posee uno de los puertos del Canal du Midi.

Acomódate y acompáñanos en este viaje: pulsa en "Monumentos" si quieres ver una lista de los lugares importantes de esta ciudad, o en "Historia" si quieres saber algo más de este destino, en "Mapas" tendremos ese complemento que nunca debe faltar en un viaje, mientras que en "Guía" te guiaremos para que puedas aprovechar al máximo tu experiencia en este rincón de Francia. Finalmente, en "Conclusiones" conocerás, si quieres, nuestra opinión personal y experiencias vividas durante este viaje.

¡¡¡Bienvenidos a Carcasona!!!


Datos:
Nuestra visita: agosto de 2021.
Idioma Oficial: francés.
Moneda: Euro €.
Población 2009: 47.854 hab.
Superficie: 65,08 Km².
Prefijo telefónico: +33.
Web oficial: tourisme-carcassonne.fr




CRÓNICAS DE CARCASONA


Un poco de Historia...

Las huellas humanas más antiguas se encontraron en el promontorio, donde actualmente se levanta la ciudadela, datadas en el siglo VI a.C. Posteriormente la zona estuvo ocupada por los íberos, los cuales fueron sometidos, alrededor del 300 a.C., por los volcas tectósages, una tribu de galos procedentes del valle del Danubio, quienes continuaron su expansión hasta que en el año 122 conquistaron toda la Provenza y el Languedoc. Así, fortificaron el promontorio, dándole el nombre de Carcaso. Esta tribu ocupó la zona hasta el siglo V, cuando esas tierras fueron conquistadas por los visigodos, quienes controlarían la ciudadela desde el año 460 hasta el 725.

En ese último año, serían los sarracenos quienes ocuparían la ciudadela, y allí permanecieron hasta el año 759, cuando fueron expulsados por Pipino el Breve, a veces llamado Pipino III, hijo menor de Carlos Martel y padre de Carlomagno. A la muerte de Carlomagno, el desmembramiento del imperio da paso a la época feudal, y con ella a la dinastía Trencavel, que gobernarían desde el 1082 al 1209, momento en que la ciudad alcanzó su máximo esplendor.

Durante este periodo, el catarismo (doctrina de los cátaros consistente en un movimiento religioso cristiano de carácter gnóstico) se extendió rápidamente, lo que ocasionó que Carcasona sufrirá las consecuencias de una cruzada predicada por el Papa Inocencio III: tras quince días de asedio, el 15 de agosto de 1209, la ciudadela se rinde y es transferida, junto con sus tierras, al jefe militar de la cruzada, Simon de Montfort, aunque más tarde, en 1224, serían cedidas al rey de Francia.

Tras ser adscrita al dominio real, la ciudadela se reconstruirá y su destino cambiará. De hecho, bajo los sucesivos reinados de Luis IX, Felipe el Atrevido y Felipe el Hermoso, adquiere la fisionomía que vemos actualmente, reafirmando su papel de fortaleza real. En el año 1262, en la orilla izquierda del río, nace un nuevo burgo que se llenará de vida y actividad, la Bastida de Saint-Louis. En el año 1355, sería incendiada por el Príncipe Negro, pero es inmediatamente reconstruida de nuevo.

La invención de la pólvora y los cañones y, sobre todo, la consolidación de la frontera hispano-francesa en la Paz de los Pirineos de 1659, hacen que poco a poco la ciudadela acabe siendo abandonada. En el siglo XVIII ya no es más que un barrio miserable y alejado de la ciudad que se enriquece con el comercio del vino y la fabricación de tejidos. Gracias a la iniciativa conjunta de Jean-Pierre Cros-Mayrevieille y del célebre arquitecto Viollet-le-Duc quienes con su empeño la salvaron de la demolición.

Durante el siglo XX, tras la derrota de Francia al inicio de la II Guerra Mundial, Carcasona permaneció en la zona controlada por el régimen de Vichy. Sin embargo, esta zona fue ocupada por las tropas alemanas el 11 de noviembre de 1942. A principios de 1944, el ejército alemán ocupó la ciudadela, utilizándola como depósito de municiones.


Folletos turísticos de Carcasona:







Mapa de la Cité Médiévale de Carcassonne:




Mapa de la Bastida de san Luis de Carcasona:




Mapas de ruta turística de Carcasona:




Callejero de Carcasona:




QUÉ VER EN CARCASONA / DIARIO DE VIAJE


Normalmente los turistas que viajan hasta Carcasona se conforman con la visita a la Ciudad Amurallada o Cité, obviando la bastida, dedicando una mañana o una tarde. Nosotros creemos que para tener una visión amplia de la ciudad es necesario conocer ambas zonas, puesto que sus historias están unidas. Además, si a esto le añades la visita al Canal du Midi, ya necesitas al menos dos jornadas.

Dia 1: el primer día temprano proponemos que visitéis la Ciudad Amurallada o Cité, un recorrido por sus calles es una de las cosas que hacer en Carcasona. En ese recorrido veréis el busto de la Dame de Carcas, situada junto a la Porte Narbonnaise, el Grand Puits (Gran Pozo), la Maison hantée o Casa encantada, el Musée de l'Inquisition o Museo de la Inquisición, Place Marcou, la Porte de l'Aude, la barbacana del Aude, la église Saint-Gimer, el Petit Puits (Pequeño Pozo), el Musée de l'Ecole o Museo de la Escuela, etc.…

Un imperdible de la Ciudad Amurallada es la visita al Château Comtal o Castillo Condal, en cuyo interior se encuentra el Museo Lapidario, y partes del castillo como la ronda de las murallas, la Torre del Homenaje, el Patio de honor, Cour du midi o Patio sur, etc.…, Tras esa visita se puede hacer el recorrido por les remparts (las murallas), aunque si quieres ahorrar dinero puedes recorrer las lizas entre las murallas, donde se celebra el Tournoi de Chevalerie, es decir las justas medievales que recrea un torneo de la época. No podemos olvidar la Basilique Saint-Nazaire o basílica de san Nazario que cuenta con dos partes muy diferenciadas que conviven armoniosamente: la nave románica y el crucero y coro que son góticos.

Por la tarde se puede atravesar el Pont Vieux o Puente Viejo, desde donde se obtiene una bellísima panoramica de la Cité. En el otro extremo se levanta la chapel de Notre-Dame de la Santé. Así llegamos a la Bastida de san Luis o simplemente Ciudad Baja. Aquí podréis ver: la cúpula del antiguo hospital, el baluarte de Montmorency, la puerta de los Jacobins, el edificio Art Decó del antiguo Ayuntamiento, el Hôtel de Rolland, el Halle au grains, la Place Carnot, Église des Carmes, etc.…

Dia 2: la segunda jornada la podréis retomar en la bastida para hacer las visitas interiores de sus monumentos más importantes, como el Musée des Beaux Arts, la Église Saint-Vincent o iglesia de san Vicente o la gótica cathédrale Saint-Michel o catedral de san Miguel. Después de callejear un poco más y de almorzar, podréis ir a la zona del puerto desde donde parten los barcos que realizan un crucero de dos horas por el Canal du Midi.

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CONCLUSIONES E IMPRESIONES:


Si planeamos muy bien el tiempo y comenzamos la visita muy temprano podemos ver bien la Cité y la Bastida de san Luis en un solo día perfectamente, pero si dispones de más tiempo mucho mejor, pues podrás visitar todo con más tranquilidad. Si te decantas por visitarlo en un día, entonces en esa jornada no puede faltar el recorrido por la ciudad medieval, un paseo por la Bastida y un pequeño crucero por el Canal du Midi.

Nuestra mañana dominical comenzó en la Cité, la ciudad medieval, cuyas calles estaban atestadas de personas y, por consiguiente, todo estaba lleno de tiendas, restaurantes, etc. La verdad es que había momentos en que nos agobiábamos de la cantidad de gente, porque notábamos que las calles medievales perdían encanto al estar más pendiente de no chocar con alguien que de la propia arquitectura del lugar. Por ello te recomendamos que tu visita no sea en domingo o festivos y si vas en temporada baja mucho mejor. Debes tener en cuenta que Carcasona es muy popular entre los franceses, quienes viajan hasta aquí con sus hijos para inculcarles la historia del lugar de una manera divertida y amena.

Lo que más nos ha gustado de esta parte han sido el perímetro exterior de sus murallas y el paseo que discurre entre ellas, nos ha enamorado. También es muy bonito ver la Cité desde el puente Viejo o Pont Vieux, desde donde se obtiene una panorámica muy completa en su conjunto. La entrada al castillo y el paseo por encima de las murallas creemos que puedes saltártelos, no aportan nada nuevo, además el museo es muy pequeño. El precio es otro de sus inconvenientes, puesto que 9,50€ (precio del boleto en 2021) es una cifra alta para esta atracción. Los otros museos que cuenta este recinto amurallado, el de la Inquisición o la Casa Encantada son de baja calidad, mientras que el museo de la Escuela puede resultar algo más interesante.

Por su parte, la Bastida de san Luis merece la pena dar un paseo en el que no pueden faltar la iglesia de san Vicente y la catedral de san Miguel, además se tiene que ver el corazón de esta parte de la ciudad que lo constituyes la plaza Carnot coronada con la fuente de Neptuno. Otro sitio que nos ha encantado ha sido el portal de los Jacobinos, perfectamente integrada en el tejido de la ciudad.

Al norte de la Bastida se encuentra el puerto de Carcasona desde donde salen los cruceros por el canal du Midi. Se tratan de pequeños puestos situados a cada lado del puerto, en los que te recomendamos que te informes y elijas el crucero que más se adapte a ti. La compañía Carcassines Croisières creemos que ofrece un horario más amplio que su competidor directo, Cocagne Cruise.

La gastronomía aquí es muy variada y por norma general de buena calidad. Uno de los platos típicos que muchos restaurantes ofrecen en su menú es el Cassoulet, consistente en judías de Castelnaudary, tocino de cerdo, confit de oca, salchicha de Toulouse o perdiz de Carcasona. A nosotros este guiso servido en recipiente de barro nos gustó, pero porque nos gusta las comidas de cuchara, pero a quien no le guste o no les apetezca hay otros muchos platos como ensaladas con queso de cabra, el poulet Basquaise, sopas de cebolla, crepes rellenas de todo tipo de alimentos, etc.

¡Buen viaje y felices experiencias!

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