ATENAS (ΑΘΗΙΝΑ)

TODO UN SÍMBOLO DE LA ANTIGUA GRECIA


Con una superficie de 270 por 156 metros está construida sobre una colina y se halla limitada por paredes verticales, excepto su cara occidental. Sobre el nivel del mar supera los 156 metros, mientras que sobre la ciudad alcanza los 92 metros, siendo visible desde muchos puntos de la misma.

Al parecer el santuario se construyó sobre las ruinas del palacio real en el siglo XI a.C., cuando se sustituyó la monarquía por un régimen aristocrático. En el 700 a.C. se erigió un templo consagrado a la diosa Atenea. En ese momento dejó de ser refugio de la población en momentos peligrosos y pasó a ser terreno sagrado. Durante ese período tuvieron lugar los mitos más célebres, como la disputa de Atenea y Poseidón por el Ática, regalando la diosa a los atenienses el olivo, mientras que el dios hizo brotar un manantial de agua salada. Al final los habitantes de la ciudad escogieron el regalo de Atenea, con lo que a partir de ahí pasaron a llamarse atenienses.

En el 561 al 510, Pisístrato y sus hijos mandaron construir suntuosos edificios de mármol y una entrada cubierta más tarde por los propileos. En el año 480 los persas destruyeron completamente la acrópolis y los atenienses, tras salir victoriosos en la batalla de Salamina, volvieron a la acrópolis y enterraron las estatuas, vasos destrozados y restos de ofrendas, con lo que los objetos se conservaron hasta nuestros días. Las obras de reconstrucción se centraron sobre todo en elementos de seguridad y defensivos del recinto durante los años 460-450 a. C. Pero fue durante los años 449-429 a.C., en que Pericles con el escultor Fideas (entre otros) llevó a cabo la construcción del Partenón, los Propileos, la Pinacoteca y el templo de Atenea Niké.

Después de la muerte de Pericles se construyeron los templos de Atenea Políade y el Erecteion. Los mayores daños del conjunto, desde entonces, fueron los expolios realizados durante los siglos V y VI para embellecer Constantinopla y sobre todo la explosión producida por los bombardeos venecianos al lugar, ya que el Partenón fue convertido por los turcos en fortaleza. Y para rematar la faena, en el siglo XIX llegó Lord Elgin y se llevó muchísimas piezas a Inglaterra, entre ellas el grupo escultórico del tímpano del Partenón que podemos ver actualmente en el British Museum de Londres.

Tras esta breve reseña histórica, nos disponemos a visitar el monumento. Lo primero que debes hacer, si tienes intención de visitar la acrópolis, es ir al sitio arqueológico temprano, si no quieres después verte inundado de una marea humana. Para llegar debes coger Odós Dionissiou Areopagítou u Odós Apostólou Pávlou, y un tercer camino desde la ladera norte que va desde Plaka hasta la Acrópolis.

En 1852 el arqueólogo francés Ernest Beulé descubrió la puerta que a la que le puso su apellido: la puerta Beulé (siglo III a.C.), que fue durante algún tiempo la única entrada a la acrópolis. Está compuesta por una puerta fortificada flanqueada por dos torres de 9 metros de altura.

En frente de la puerta, donde actualmente está la entrada, se pueden ver los restos de la gran escalera (s. I a.C.), quedando a la derecha de la misma el templo de Atenea Niké y a la izquierda el llamado monumento de Agripa, del que sólo se conserva su alto pedestal de 13,40 metros.

Los Propileos se encuentran al final de la escalera. La entrada monumental al recinto fue construida entre el año 437 y 432 a.C. por orden de Pericles, tras ser destruidos los anteriores propileos de Pisístrato, en manos de los persas. El arquitecto encargado fue Mnesicles que demostró gran habilidad al superar los desniveles del terreno ya que los Propileos se sitúan en el límite entre la pendiente de la vía ascendente y el plano horizontal de la Acrópolis en sí.

La entrada está formada por un cuerpo central y dos alas laterales. La parte central ocupa una superficie de 13,12 x 25,04 metros divididos en dos vestíbulos mediante una pared, el primero de ellos dividido a su vez en tres naves separadas por columnas jónicas.

En cuanto a las alas laterales, destaca el ala norte o según subes el de la parte izquierda. Es conocido con el nombre de Pinacoteca, porque en esta sala se guardaban los cuadros de Polignoto. Mientras el ala que queda a la derecha, más pequeña, conducía al templo de Atenea Niké.

El templo de Atena Niké (488-427 a.C.) es un pequeño templo jónico sustentado por un muro de bloques de piedra caliza que conmemora la victoria de los atenienses contra los persas en la batalla de Salamina (448 a.C.). En su interior albergaba la figura de una Atenea Niké Ápter (Victoria) sin alas, ya que los atenienses se las cortaron para que esta diosa nunca abandonase la ciudad. En 1687 los turcos destruyeron el templo original, con lo que el edificio que se ve hoy día es una reconstrucción del siglo XIX reutilizando los materiales originales.

Una vez atravesada los Propileos, vemos en primer plano el pedestal donde antaño se levantaba la estatua de Atenea Prómachos (algo así como "la que combate en primera línea"). La estatua, levantada entre el 450 a.C. y 448 a.C., era de bronce y se construyó para conmemorar la victoria de los atenienses contra los persas en la batalla de Maratón.

Por el centro de la explanada pasaba la vía sacra, quedando a la derecha, cerca de los Propileos, el pequeño templo de Atenea Hygiea, construido tras la peste que sacudió la ciudad en el año 420 y dedicado a la diosa de la salud. Más adelante, se sitúa otro templo con forma de letra C, el de Artemisa Brauronia, en el que se custodiaba la estatua de la diosa en mármol. Seguimos adelante y encontramos las ruinas de Khalkothéke (finales s. V a.C.) y cuya finalidad era la de almacén de los exvotos de cobre.

El Partenón es el siguiente edificio que encontramos, fue concebido como la coronación de todo el conjunto. En el siglo VI a.C. hubo en el mismo lugar un santuario dedicado a Atenea Parthenos llamado Heketómpedon, al que pertenecen los grandes bajorrelieves de tufo de los frontones, conservados en el museo de la Acrópolis.

Después se decidió construir un nuevo templo, el cual, aún inacabado fue destruido por los persas en el 480 a.C. Fue Pericles quien ordenó su reconstrucción con la ayuda de Fidias. El proyecto original de Ictimo y realizado por Calícrates, tuvo lugar durante los años 447 al 432 a.C, si bien, en el 438 a.C. se colocó en su interior la estatua de la diosa Parthenos, obra de Fidias, y con ocasión de la celebración de las Grandes Panateneas.

A lo largo de la historia el Partenón tuvo diferentes funciones como la de iglesia católica, como mezquita o como depósito de pólvora. Y como ya sabemos, finalmente saltó por los aires por el ataque veneciano hacia los turcos el 26 de septiembre de 1687. Los elementos decorativos que se libraron fueron llevados a Francia, pero sobre todo a Inglaterra de manos de Lord Elgin, a través de un permiso turco, entre 1803-1807.

No fue hasta 1930 en que un arquitecto griego, Balanos, levantara y reconstruyera parcialmente la columnata del lado norte. Durante los años 80 del siglo XX hasta la actualidad se llevan efectuando trabajos de restauración. Hoy día el mayor problema al que se enfrenta la acrópolis es la contaminación, puesto que esas partículas provocan que el mármol se convierta en polvo.

Se trata, pues, de un templo dórico de 69,54 x 30,87 metros apoyadas sobre un basamento de tres escalones de póros. Las columnas tienen un diámetro de 1,905 metros y una altura de 10,43 metros, si bien poseen un leve ensanchamiento central, llamado éntasis.

Las columnas de los lados son ligeramente convergentes en 7 centímetros. Éstos y otros recursos fueron empleados para corregir el efecto óptico, el cual consiste en producir una sensación de estar torcidas en el centro, a causa de las largas rectilíneas horizontales.

El friso estaba decorado con 92 metopas: narraban temas tales como la Gigantomaquia y los mitos atenienses (al este); la Amazonomaquia (al oeste); y la Centauromaquia (al norte y sur). De ellas se conservan cincuenta y ocho, quince de las cuales están en Londres y una en París, el resto están en el propio templo. En el momento en que estuvimos, vemos una metopa en el que podemos distinguir un caballo con jinete, justo detrás del andamio.

Los frontones presentaban estatuas en relieve, obra de Fideas y su escuela, representando, en el frontón este, el nacimiento de Atenea, la cual se conserva en el Museo Británico de Londres. La entrada al templo se producía por la cara este, en cuyo frontón se pueden ver, a la izquierda, dos cabezas de caballos de Helios, dios del sol y la cabeza de un caballo de Selene, diosa de la luna, a la derecha.

Los fragmentos de ese frontón se exponen en el Museo Británico de Londres. En el centro se representó a Atenea y a Zeus, a cuya derecha se encuentran Hera, Hefesto, Iris, Deméter y Perséfone, Dionisio y finalmente el carro de Helio. En el lado contrario, justo a la izquierda de Atenea, encontramos a Poseidón, Parcas y Selene, entre otros.

Por su parte en el frontón de la cara oeste del templo, se representó la lucha entre Atenea y Poseidón por el dominio del Ática, ambos también rodeados por personajes mitológicos de la Antigua Grecia.

Algo más adentro del templo, un pasillo de 2,57 metros separa el peristilo del templo en sí. Precedido en los frentes este y oeste por vestíbulos decorados con seis columnas dóricas de 10,08 metros de altura. Toda esa zona es recorrida por un friso de 160 metros, representando la procesión de las Grandes Panateneas, que también se exhibe en el British Museum de Londres.

El Hekatómpedon era el centro del templo donde estaba la estatua de la diosa Atenea Parthenos. La escultura medía unos 15 metros de altura, estaba construida de madera, pero su exterior era de marfil, teniendo incrustaciones de oro en el vestido y el casco. La conocemos por fuentes fiables antiguas, además de haberse encontrado varias copias de la diosa. Al final fue trasladada y destruida en el año 426 en Constantinopla. A propósito de lo comentado, en Nashville (Estados Unidos de América), se ha construido una copia exacta del Partenón de Atenas, en su interior podemos ver la estatua de la diosa con sus 15 metros de altura.

Y ya que nos hemos referido al Partenón que está en la capital de Tennessee, os ponemos una foto de éste, para que veáis como fue en el pasado, para de esta forma deleitarnos de esta obra maestra del arte griego en todo su esplendor.

Siguiendo nuestro recorrido por la Acrópolis, a unos 23 metros al este del Partenón, llegamos ahora al templo de Roma y Augusto (siglo I). Actualmente sólo se conserva un basamento cuadrado.

Dejando el antiguo museo del Acrópolis a un lado y prosiguiendo hacia el este encontramos un mirador construido en el siglo XIX desde el cual hay una vista espectacular de Atenas, en la que podrás ver el monte Licabeto, el Olimpeion y la ciudad en general.

Siguiendo hacia el centro de la explanada, encontramos los cimientos de lo que fue el témenos de Zeus Poliéus (protector de la ciudad). Si seguimos más al oeste encontramos, cerca del Erecteion, los cimientos del templo de Atenea Políade (Protectora de la ciudad) del siglo VI a.C. Este templo, de estilo dórico, es el más antiguo de la acrópolis.

Vemos ya el Erecteion, santuario obra maestra del estilo jónico, dedicado al culto de los dioses y héroes mitológicos, recibiendo el actual nombre en época romana: en el año 421 a.C. el arquitecto Filocles empezó la construcción del templo en honor a Atenea Políade y a Poseidón Erechtheus.

La fisionomía del templo sufrió varios cambios a lo largo del tiempo, como en el siglo VI al convertirse en iglesia, harén en el 1463 o armería, hecho que ocasionó también para el Erecteion consecuencias desastrosas en la guerra de independencia griega. Filocles resolvió a la perfección el desnivel del terreno adoptando en el edificio tres cuerpos diferentes, dando como resultado un edificio asimétrico.

Vamos a dividir los diferentes cuerpos del edificio e intentar explicar sus funciones: Cuerpo principal: con una medida de 20,03 x 11,21 metros, con seis columnas en la parte este de 6,80 metros de altura; y en la parte oeste cuatro columnas adosadas de las que sólo se conservan 3.

Su interior se divide en varias zonas: al este se abre la cella de Atenea Políades, en el cual se hallaba la estatua de la diosa esculpida en madera de olivo que había sido enviado desde el cielo, delante de la cual estaba siempre encendida una lámpara de oro.

El Pórtico norte está decorado con cuatro elegante y esbeltas columnas jónicas al frente, y dos a los lados, con una altura de 6,50 m. A la izquierda del pórtico se pueden ver tres agujeros que según la mitología fueron provocados por el tridente de Poseidón en su lucha contra Atenea por el dominio del Ática, y en cuyo lugar hizo surgir agua salada.

En el este, en frente de la puerta, se encuentra el Prostomiéion o sala del brocal, donde se encontraba el pozo de Poseidón y bajo el cual discurría el mar de Erecto. En esta cella también estaban los altares de Poseidón Erechtheus, Héfeso y Bronte.

El Pandroseion era la sala sagrada de Pándroso, una de las tres hermanas a las que Atenea había confiado el cesto con Ericto niño y donde crecía el olivo sagrado. Según se dice, el olivo fue quemado por los persas y vuelto a renacer esa misma noche. Al sur se halla el Kekropíon, recinto sagrado al mítico rey de Atenas, Cécrope.

Y ya para finalizar, encontramos uno de los lugares más famosos en todo el planeta: el pórtico de las Cariátides o de las Korai. Tiene una altura de 2,60 metros, y las columnas-esculturas de 2,30 m, las cuales representan a las korai que son mujeres vestidas con un peplo jónico.

Todas ellas son copias, las originales se conservan en el nuevo Museo de la Acrópolis, como ya dijimos antes, excepto una que está en Londres, más concretamente la segunda contando desde la izquierda.

A los pies de la acrópolis, encontramos otros monumentos como: el teatro de Dioniso, el Asclepeion, el pórtico de Eumenes y el Odeón de Herodes Ático. El teatro de Dioniso (siglo VI a.C.) se construyó cuando Pisístrato ordenó la celebración de las Grandes Dionisíacas, en honor a Dioniso Eleuthereus. En esas fiestas se danzaban, se representaban escenas de mimos, etc. Las representaciones teatrales realizadas en estas fiestas son los primeros indicios del teatro ateniense.

El teatro es obra de Licurgo (330 a.C.), si bien presenta algunas pequeñas modificaciones de época romana. Antaño, el teatro estaba precedido por un pórtico de columnas que ocultaban la parte posterior de la escena. La orquesta ocupa una superficie de 19,61 metros y pavimentada con teselas de mármol de época romana. Los romanos añadieron también el párodos (pasillo que rodea la orquesta), para proteger a los espectadores durante la lucha de los gladiadores.

La cávea que mide 100 por 90 metros se construyó aprovechando el desnivel del terreno, mientras que el resto se apoya en un muro. Está formada por 78 gradas, con capacidad para 15.000 personas, si bien las 67 del primer nivel, decoradas con relieves, tienen grabado los nombres de los ocupantes. El centro está ocupado por el asiento del sacerdote de Dioniso Eleuthereus.

Siguiendo a la derecha del teatro encontramos el Odeón de Pericles (445 a.C.), de la que apenas quedan restos. El edificio, cubierto por un techo de madera, fue incendiado por Aristión en el 86 a.C. para evitar que cayera en manos de Sila y su ejército. Se volvió a reconstruir por iniciativa de Ariobárzanes II Filopator (príncipe de Capadocia) entre los años 63 y 51 a.C. Volviendo sobre nuestros pasos y dejando atrás el teatro de Dionisio, encontramos el Asclepion (420 a.C.) dedicado al culto a Asclepio, el Esculapio de los romanos, dios de la medicina, cuyo santuario se encuentra en Epidauro, donde destaca su majestuoso teatro. Actualmente, de todos los edificios que se construyeron, sólo quedan restos.

El Pórtico o stoa de Eumenes es de un largo pórtico de dos naves, cuya mediad es de 163 x 17,65 m, y atribuido al rey Eumenes de Pérgamo; siendo restaurado en el siglo II junto con el Odeón, servía de paseo para los espectadores del Odeón o del Teatro. Actualmente se observa el muro con arcadas que sustentan la ladera de la colina superior.

Le sigue el Odeón de Herodes Ático el cual recibe el nombre del rector y filósofo romano, Tiberio Claudio Herodes Ático, quien lo construyó en el año 161 en memoria de su esposa, Aspasia Annia Regilla. Este edificio se compone de un antecuerpo de dos niveles que se levantan sobre una serie de arcos, una escena de más de 35 metros de ancho, una orquesta semicircular y una cávea de 76 metros de diámetros apoyada sobre roca y dividida en 23 niveles de gradas, con capacidad para 5.000 espectadores.

La pared del escenario contaba, en cada nicho, con diferentes esculturas que ornamentaba la escena. Sus muros estaban revestidos de mármol y el suelo estaba cubierto con mosaicos. También contaba con un techo de madera de cebro, actualmente inexistente, el cual, se cuenta, dejaba impresionados a los espectadores por la elegancia de su artesonado y el logro técnico que suponía cubrir un hueco tan amplio sin apenas apoyos adicionales.

El odeón estuvo en funcionamiento desde su construcción hasta el año 267, cuando se produjo la invasión de los Erulos. En la década de los sesenta sufrió varias restauraciones para adaptarlo y seguir usándolo como espacio cultural. Aquí se celebra cada año el Festival de Atenas que tiene lugar de mayo a septiembre, en el que tiene lugar actuaciones de importantes artistas, orquestas, cantantes, ópera, ballet, teatro clásico y mucho más.

Acceder a su interior fuera de programación no es posible, por ello, la mejor manera de ver su interior es desde el mismo recinto de la Acrópolis, ya que desde el nivel de entrada en la parte inferior del Odeón de Herodes Ático las vistas son limitadas, aunque, eso sí, obtenemos unas vistas preciosas sobre la Roca Sagrada y el Partenón.

En la ladera norte de la Acrópolis encontraras cavernas y restos de diferentes edificaciones. Entre las cuevas-santuario destacó el Aglaureo o Santuario de Aglauro, el cual en un principio se situaba en la ladera norte, para finalmente situarlo en la parte este. Se trata de un pequeño santuario dedicado a la hija de Cécrope I, el primer rey del Ática. A continuación, y para finalizar con este recinto, como complemento ponemos una imagen de cómo debió de ser la roca Sagrada en el Pasado.

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