SANTORINI (ΣΑΝΤΟΡΙΝΗ)

MANSIÓN MERCANTIL DEL SIGLO XIX


Esta mansión, situada en Messaria, combina la arquitectura tradicional de la isla de Santorini con elementos de clara influencia neoclásica. Y no es para menos, los artesanos que la levantaron ya habían participado en la construcción de otras mansiones de aquel estilo en Atenas, trayendo consigo toda la experiencia y estética del neoclasicismo a la isla.

Fue construida en 1888 por el comerciante Georgios Argyros, quien se dedicaba al cultivo de la vid y la fabricación de vino y la comercialización de, entre otras variedades, el Visanto (famoso vino dulce de Santorini). Se edificó sobre unos terrenos donde previamente se encontraban los almacenes y caballerizas de la familia Argyros. En 1860 el comerciante levantó un almacén de vino, siguiendo los esquemas de la arquitectura tradicional de la isla con arcos y bóvedas interiores, para satisfacer las necesidades de su trabajo.

Después de su muerte la casa pasó a manos de su hijo Emmanuel y posteriormente a su único hijo, Georgios, quien llevaría a cabo las obras de restauración de la mansión. Las obras de rehabilitación se llevaron a cabo en 1987, después de que el techo de la sala de estar se derrumbara a causa del destructivo terremoto que tuvo lugar en 1956, quedando deshabitada durante esos 35 años.

En 1985 la entonces ministra de cultura del gobierno griego, Melina Mercouri, calificó la mansión como "un ejemplo notable de la arquitectura de su época". Como decimos, Georgios Argyros (nieto del primer propietario) supervisó personalmente todas las operaciones, junto a su esposa Angela. Mientras se realizaban las obras los objetos se mantuvieron a salvo en diferentes partes del resto de la casa y en almacenes en Atenas.

El propietario actual, Manolis Argyros, cuarta generación de la familia, ha cambiado la gestión del edificio, continuando el trabajo de su padre. Los trabajos de restauración terminaron en 1994, y justo después se pintó el exterior en su color original, además de ser renovados los patios y espacios auxiliares. Poco después se abrirían las puertas de la mansión para las visitas del público que quiera conocer este edificio y la vida de las personas acomodadas en Santorini durante aquella época.

Y en eso consiste la visita interior del edificio: en conocer más de la vida cotidiana de los habitantes de la mansión durante el siglo XIX. No es para menos, las diferentes dependencias de la casa nos habla de todos los hábitos, costumbres y otras aspectos de la vida de esta ilustre familia en aquél siglo en la isla. La visita comienza en el pasillo de entrada donde se encuentra el mostrador donde adquirir los tickets. Esta parte ya nos da una idea de la bonita decoración que veremos en el resto de la mansión. En él destacan sus pinturas cuyo efecto óptica sobresale al parecer que poseen cierto relieve.

Enseguida accedemos a la sala de estar decorada con bonitos muebles austríacos y una vajilla fabricada en Rusia. Esta estancia, y más concretamente la pared y el techo, fueron las partes más difíciles de la restauración, ya que se habían derrumbado. Las pinturas que la decoran son diferentes del resto de la mansión porque se tuvieron que volver a recrear, basado en la evidencia de que el techo contaba con representaciones de cuatro grandes griegos antiguos: Platón, Aristóteles, Sófocles y Homero.

Junto a la sala de estar se encuentra la sala del piano, testigo ahora mudo de que los niños no sólo eran educados en la música desde temprana edad, sino también en arte y francés en el exclusivo Liceo Francés de Fira. Cerca se encuentra la cocina, equipada con todo detalle para conocer cómo se cocinaba en la época. Aquí veremos vajilla y otras piezas cotidianas originales.

El comedor, con un diámetro de 5 metros, cuenta con un atractivo mobiliario vienés. La mesa central tenía una capacidad para 18 comensales, cantidad necesario para acoger con comodidad y clase a los invitados de las veladas que se organizaban en la mansión.

La oficina de Georgios Argyros se encuentra colocada estratégicamente no sólo para tener una visión completa de los campos y por consiguiente de su control, sino también para recibir a las personas que lo visitaban para hacer negocios, al contar con una entrada directa desde la calle. Esta oficina cuenta con diferente material original de la época.

Por último, colocados diametralmente opuestos, se encuentran los dormitorios de la pareja, dejando de esta manera claro dos cosas: una era que las obligaciones del cabeza de familia le hacían levantarse muy temprano, y la otra era la costumbre de las parejas casadas que vivían en casas grandes de poseer diferentes dormitorios.

Finalizada la visita y ya en el exterior, si se dispone de suficiente tiempo sería ideal dar un paseo por los alrededores de la mansión ya que se encuentra rodeada de jardines, viñedos y otras construcciones neoclásicas. También se podría visitar la iglesia de Agiou Dimitriou (construida en 1868), desde la que se domina una buena vista panorámica de la zona.

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