SANTORINI (ΣΑΝΤΟΡΙΝΗ)

UNA ALTERNATIVA PARA VER LA PUESTA DEL SOL


En el cabo Mavro Vouno, también conocido como cabo de Akrotiri, se encuentra uno de los faros más importantes de Grecia. Fue construido en 1892, durante la dominación otomana, por la prestigiosa compañía francesa "La Société Collas et Michel". Inicialmente funcionaba con petróleo, alcanzando su haz de luz una distancia de 23 millas náuticas.

En 1925 fue renovado completamente. Unos años más tarde, durante la II Guerra Mundial, el faro se mantuvo inoperativo, volviéndose a poner en marcha después de finalizar la guerra, en el año 1945, cuando la Armada Griega decidió reconstruir y volver a poner operativos toda la red de faros. Por aquel entonces el faro era manejado por cuatro personas, teniendo la visibilidad del rayo un total de 25 millas náuticas, con un destello rotatorio cada 30 segundos.

La base del edificio consiste en la casa del farero, sobre ella se eleva una torre cuadrada de 10 metros de altura, en cuya cima se sitúa el foco del faro propiamente dicha. A su vez, el edificio se encuentra a 350 metros del borde del acantilado y a 100 metros de altitud con respecto al mar.

En 1983 la electricidad llegó por fin a Santorini. En 1988 el faro fue modificado para funcionar de manera completamente automática. Actualmente brilla con una luz blanca que cubre unas 24 millas náuticas con un destello cada 10 segundos. Desde aquí se aprecia mejor la forma de media luna de la isla, además de obtenerse bonitas panorámicas de la caldera y ver perfectamente el islote de Aspronisi.

El mejor momento para visitar el faro es durante el atardecer, sobre todo en los meses de turismo alto, puesto que desde aquí se podrá disfrutar de la puesta de sol con más calma y mucho menos gente que en Oia. El entorno es ideal para disfrutar de ese momento en compañía de la familia o amigos, pero sobre todo de la pareja sentimental.

Pudimos ver a parejas de enamorados que organizaron un pequeño picnic a las faldas del faro: un mantel blanco, algo de comer y algo de beber, y a disfrutar del momento en que el astro rey parece sumergirse en el azul del mar Egeo. Todo ello con mucho silencio y mucha paz. Sin duda se trata de una de las puestas de sol más impresionantes que la isla de Santorini ofrece.

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