SANTORINI (ΣΑΝΤΟΡΙΝΗ)

UN PASEO POR LA CAPITAL DE LA ISLA


Fira es la capital administrativa de Santorini, está constituida por pintorescas casas de forma cúbicas que trepan por la ladera formando bonitas calles estrechas y con escaleras. Los edificios, por norma general, son de color blanco con las puertas y ventanas de color azul que arquitectónicamente hablando poseen un cierto aire oriental sin perder su sentido mediterráneo. En el skyline de Fira también destacan las cúpulas azules de algunas de las iglesias que les dan más personalidad si cabe a la población.

En general las casas están constituidas, además de por el edificio en sí, por una puerta exterior precedidas por unas escaleras o un patio que conecta con la vivienda. Muchas de ellas están excavadas directamente sobre la roca volcánica. Desde cualquiera de las calles que cuente con un mirador se obtienen unas magníficas panorámicas de la caldera.

Muchos de sus edificios tienen su origen en la dominación veneciana, incluyendo algunas iglesias y capillas. Pero en 1956 la isla sufrió un terremoto que destruyó gran parte de la ciudad en particular, y de todo Santorini en general. Afortunadamente algunos edificios del siglo XVIII con que contaba Fira se pudieron salvar, siendo reconstruidos y restaurados el resto de edificios dañados lo más fiel posible a su estado anterior.

Como decimos, aquí podemos encontrar algunos mirados desde los que se obtienen unas buenas vistas del Egeo y la caldera. Y es que la ciudad está situada sobre un acantilado sobre la caldera, a 260 metros del nivel de mar, en la zona oeste de la isla. La belleza de Fira queda enseguida evidenciada cuando se recorre sus calles o, mejor aún, cuando se llega por barco a la isla y se ve por primera vez. Es una sensación increíble.

En las calles en Fira podemos encontrar muchas tiendas en las que se venden absolutamente de todo, desde mapas antiguos a ropa, desde suvenires a joyas (en la calle Ypapantis se encuentran algunos de los joyeros más famosos de Grecia, por lo que se le conoce como Calle del Oro), etc... , además de cientos de cafeterías y tabernas.

En temporada alta las calles están muy concurridas por el enorme tráfico de turistas. A pesar de ello, es posible encontrar bonitas calles silenciosas, lo mejor es recorrerlas y perderse sin dirección. También puedes recorrerla por la mañana temprano cuando las calles permanecen desiertas y el sol no quema.

Otro de los elementos que dan personalidad a Fira es el tono cambiante del color de sus casas en los diferentes momentos del día, destacando el anocher y la noche en sí, cuando comienzan a encenderse las diferentes luces.

El sur de la ciudad es la zona más baja y de hecho es llamado kato Fira (Baja Fira). Aquí se encuentra el barrio ortodoxo con diferentes iglesias características, destacando de entre ellas la catedral ortodoxa Ypapanti (Candelaria del Señor) o Mitrópolis, edificio moderno reconstruido en el mismo lugar donde antes se levantaba una iglesia del año 1827 y destruida durante el último terremoto de 1956.

Destacan sus mosaicos internos realizados por el artista local Christoforos Asimis y su campanario, visible desde muchos puntos de la urbe. Justo enfrente de la iglesia hay un mirador excelente desde el que contemplar una bella panorámica de la caldera, mientras que a su izquierda se encuentra el hotel más antiguo de Fira: el Atlantis.

En este barrio también destacan otros templos ortodoxos, como la Agios Minas, iglesia del siglo XVII situada al borde del acantilado, cuya característica principal es su cúpula con linterna, que fue inspirado en el estilo renacentista. Si continuamos el recorrido en dirección norte, mientras bordeamos la ladera siguiendo un estrecho camino, llegaremos a un lugar donde se pueden ver los restos de las antiguas minas de las que se obtenía piedra pómez blanca.

El otro extremo de la isla, en la parte norte, se encuentra la zona conocida como Frangomahalas, el barrio de los Francos, nombre los griegos de la época daban a los invasores de fé católica. Por ello, aquí se encuentra la Agios loannis Prodomos o catedral Católica dedicada a san juan Bautista. El edificio fue seriamente dañado durante el terremoto de 1956, por lo que fue completamente renovado en el año 1975, momento en que se le dio sus formas y colores actuales.

Su alta torre y todo el edificio es exteriormente de color melocotón, naranja y otros tonos pasteles, contrastando fuertemente con los edificios colindantes, compuestos por mansiones construidas en los últimos siglos, como el Museo Megaron Ghisi alojado en un palacio del siglo XVII (uno de los pocos supervivientes del terremoto), el cual perteneció a una familia de origen veneciano que le da nombre, los Ghisi.

Muy cerca de la catedral católica se encuentra el Mani Dominikanidon o Convento Dominicano muy venerado por los practicantes locales de la fe católica, que todavía alberga monjas de diferentes países. Fue construido en 1811 tras ser trasladado desde Skaros, donde había otro de 1596. En su interior está la Panagia tou Rodariou o iglesia de Nuestra Señora del Rosario construida en 1825, muy interesante desde el punto de vista arquitectónico al mezclar el estilo barroco de las Cícladas con la tradicional continental.

En Fira podemos encontrar algunos de los museos más importantes de la isla, como el Arqueológico y el Prehistórico, de los que hablaremos después. Firostefani es otro distrito de Fira, aunque es considerado como un pueblo por derecho propio. Le sigue Imerovigli, situado a 300 metros sobre el nivel del mar (el punto más alto del cráter), por ello se le conoce como el Balcón de Santorini. Existe una ruta a pie muy recomendada en el que se bordea la caldera y que abarca Fira, Firostefani e Imorovigli con una duración de aproximadamente 2 horas.

La zona urbana de Fira está conectada con el Puerto Antiguo de Ormos, situado abajo del todo, mediante dos opciones: o bien mediante un teleférico (regalado a la ciudad en 1979 por Evangelos Nomikos) que cuesta alrededor de 4 euros por trayecto; o a través de un camino serpenteante de 578 escalones. Ese camino es transitado por unos burros que podrás montar por alrededor de 5 euros.

Estos animales también forman parte de la estampa típica de la isla, y no hay que preocuparse en subirse en ellos, puesto que existen letreros en los que se garantiza una buena alimentación y cuidado de éstos. Por ello, animamos al viajero a subirse en uno de ellos, el recuerdo que nos llevaremos será muy positivo.

Además hay que tener en cuenta que ascender las escaleras a pie nos llevará alrededor de 35 a 45 minutos dependiendo del estado físico de cada uno, y soportar un olor muy desagradable causado por los excrementos de los burros, los cuales, en determinados tramos, es necesario esquivarlos.

En la actualidad el antiguo puerto es utilizado por barcos privados o pequeñas embarcaciones turísticas que realizan excursiones de un día, principalmente a la caldera y a sus islas volcánicas. Aquí podemos encontrar diversas tabernas y cafeterías, además de agencias de viajes.

El nuevo puerto, llamado Athinios, se construyó a casi 9 kilómetros al sur de Fira como solución a la falta de un puerto conectado mediante una carretera asfaltada. Aquí llegan los diferentes barcos que conectan Santorini con el resto de islas y con El Pireo en Atenas. Es muy curioso ver, una vez realizado el desembarco, la cantidad de personas de hoteles y agencias de viajes con letreros buscando a sus respectivos clientes.

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