COLONIA (KÖLN)

MUSEO ROMANO-GERMÁNICO

El origen de este museo hay que buscarlo en el año 1946, cuando la colección de la sección romana y germánica del Wallraf-Richartz-Museum comenzó a crecer. De esta forma, ante la necesidad de crear un lugar donde exhibir todo el material se levantó en el año 1974 el actual edificio de este museo arqueológico, uno de los más ricos de Europa, sobre el lugar donde había una villa romana primero y el palacio imperial medieval después.

El Museo Romano-Germánico es además la Oficina de Conservación de sitios arqueológico de Colonia que hace una triple función: como centro de investigación, como archivo arqueológico, y como lugar de exhibiciones públicas. Su colección permanente atrajo la atención internacional tanto por su cantidad, como por su calidad y variedad, es por ello que estamos ante uno de los museos más famosos y visitados de Alemania.

En su interior se podrá contemplar muchos hallazgos de la vida cotidiana romana que tuvo lugar en el antiguo asentamiento romano de Colonia Claudia Ara Agrippinensium. De esta forma en el museo encontraremos diferentes elementos arquitectónicos (incluyendo el arco que formaba parte de la puerta norte de la muralla romana) además de inscripciones, retratos (incluyendo el de la pareja real de Augusto y Livia, y el de Agrippina), cerámicas, etc. que nos dará una idea del desarrollo de la ciudad romana de Colonia desde sus inicios hasta que se convirtiera en capital de la provincia de la Baja Germania.

Pero en la colección no sólo hay piezas de época romana, también podemos ver objetos encontrados en Colonia, Renania y otros punto europeos, pertenecientes a la Edad de Piedra, Bronce y Hierro.

Aunque quizás las dos piezas más famosas del museo sean el mosaico de Dionisos, descubierto en el año 1941, y la tumba del legionario Lucio Poblicio del 40 d.C. Centrándonos en el mosaico hay que señalar que se trata del suelo del comedor de una gran villa romana que se levantaba, como hemos mencionado anteriormente, en este lugar alrededor del año 220 d.C. Se descubrió por casualidad, cuando se estaba construyendo un búnker durante la II Guerra Mundial.

Hablemos de medidas, el mosaico posee una superficie de unos 70 m², mide aproximadamente 10 metros de largo por 7 de ancho, y está compuesto por más de un millón de piezas de piedra caliza, cerámica y vidrio. En él se representa a un Dionisos borracho, dios del vino, rodeado de Cupido, Pan, bailarines, animales, sátiros y diferentes viñetas de los placeres de la mesa.

Su increíble estado de conservación se la debemos a la cubierta protectora que se acumuló encima de él cuando la villa fue incendiada por una tribu germánica en el año 355 d.C. Como curiosidad hay que señalar que en el año 1999 tuvo lugar sobre el mosaico una cena de trabajo que reunió a los líderes del G-8 y al presidente de la Unión Europea, en estos casos el mosaico se cubre con una lámina de acrílico pesado para protegerlo.

El mosaico de Dionisos sufrió algunos daños durante la fuerte tormenta Kyrill el 18 de enero de 2007, cuando el cristal del ventanal del edificio del museo se rompió por la colisión de pesadas vigas de madera y otros objetos, cayendo sobre aquél muchos fragmentos de grueso vidrio a prueba de balas, que destruyó y soltó muchas de las piezas que compone el mosaico. Los trabajos de restauración, llevados a cabo por el departamento de Conservación y Restauración de la Universidad de Erfurt, duraron casi dos años, hasta julio de 2008.

El reconstruido mausoleo de Lucio Poblicio, veterano de la Legión V, es de alrededor del año 40 d.C. Mide casi 15 metros de alto, por 4,60 de ancho y 3,30 de profundidad y se encontraba situado en el antiguo camino romano a Bonn. Esta tumba no es única en su género, sino que se trata de un ejemplo del canon que seguían los romanos ricos en estas grandes edificaciones. Lucio Poblicio era de Teretina en Italia (cerca de Roma), tras su licenciamiento después de 20 a 25 años de servicio para el ejército romano, se le compensó con el equivalente de 13 años de salario para que pudiera comprar una granja o establecer un negocio, incluso también para levantar este monumento funerario en el que no aparece como un ex soldado, sino como un ciudadano romano rodeado de su familia.

Fue encontrado por un arqueólogo aficionado en el sótano de una casa de Colonia en el año 1965. Está compuesto por una base con decoraciones en relieve sobre la que se encuentra un pórtico con columnas coronado con un techo curvo en forma de pirámide. El tejado presenta una superficie escamosa que imita al azulejo, además en la acrótera se sitúan unos tritones.

En el pórtico vemos en el centro la figura de un hombre con toga como orador, probablemente sea el fallecido Lucio a quien está dedicada la tumba, a su izquierda se encuentra el fragmento de una figura femenina, seguramente su esposa, mientras que a la derecha se ven los restos de otra figura masculina que podría sea su hijo.

En el lado superior podemos ver a un fauno, dios pastoral romano, que era identificado con el dios griego Pan. A veces se le asociaba con el dios romano Silvano, dios de la naturaleza salvaje. Sea como fuere, se trataba de un gran músico y de una deidad oracular, es decir que podía predecir el futuro que le era revelado cuando soñaba o mediante unas voces que salían de arboledas sagradas. En este monumento lo vemos con un bastón de pastor en su mano derecha y en su izquierda con una liebre cazada.

Una vez repasados los dos monumentos más famosos, vamos a centrarnos en el repaso general de este museo cuyos objetos expuestos se agrupan a modo de crónica periodística, como el comercio, la perfumería, la medicina, etc. Si seguimos en el sótano (que está dedicado a la vida cotidiana romana), donde se encuentra el mosaico de Dionisos, podemos ver otro en el que se ha instalado una posible decoración de la estancia con sus objetos cotidianos.

En el pavimento vemos numerosas cruces gamadas o esvásticas que generalmente en la mente occidental asociamos con el nazismo ya que lo adoptaron como símbolo pero al revés. Sin embargo la historia de la esvástica o Tetraskel es mucho más longeva, y según muchos autores su origen es aproximadamente del siglo V a.C. Se trata de un símbolo, muy usado por los yainistas e hindúes, que está asociado a la suerte, a la divinidad absoluta (o Brahman), a la reencarnación (o samsara) o a la Suria (dios del Sol), entre otros significados.

En las vitrinas también podemos ver otros objetos de uso cotidiano como llaves, tiradores de puertas, estructura para el cubo de un pozo, diferentes adornos de muebles, utensilios para cocinar, espejos...

En la sección de calzado se expone un zapato romano casi completo y además, entre otros objetos de las mismas características, suelas de bota claveteadas previamente, tacón de un zapato de cuero, correa de calzado que pertenecía a una suela claveteada, etc...

En la sección de medicina vemos objetos como unos alicates, unas pinzas y unos escalpelos. Como curiosidad el bisturí formaba parte del ajuar funerario de un médico. En otra vitrina observamos diferentes figuras de juguete que representan a animales, caballos con jinetes, etc., disponiendo de ruedas para facilitar el deslizamiento y además, en las fosas nasales de los caballos, existe un agujero para poder introducir la cuerda.

En el centro de la sala, junto al mosaico, se encuentran diferentes estelas funerarias y, al fondo, podemos ver algunos otros ejemplos de cómo entendían los romanos el mundo de la muerte mediante la exposición de sarcófagos y urnas, esculturas y especialmente los ajuares funerarios.

Antes de abandonar el sótano podemos seguir admirando otros muchos objetos como la figura de Dionisos en bronce, diferentes pequeñas esculturas, bustos, ajuares funerarios como un cuchillo con la empuñadura de marfil o botellas de untar aceite con forma de zapatos y un largo etcétera...

Subiendo la escalera para ascender a la planta baja, a nivel de calle, se puede ver algunos audiovisuales y paneles explicativos sobre los trabajos arqueológicos in situ. Subimos pues, a la primera planta donde, como hemos mencionado anteriormente, los objetos se dividen en grupos concretos y donde se concentra el grueso de la colección. Nosotros vamos a hacer un repaso general, destacando algunas de las piezas que encontramos aquí.

Pero antes de llegar a esta planta nos detenemos en el rellano de la escalera donde se encuentra colgada sobre la pared una interesante máscara de Medusa realizada en mármol en el año 130 d.C. Se encontró en el foro de Roma y poseía un símbolo identificado con un amuleto que se encontraba en todas las partes, inclusive en las fachadas de las casas para evitar los malos augurios.

En la parte dedicada a las religiones podemos ver un conjunto de columnas, de las que destacamos una de piedra caliza en cuya cúspide se encuentra representado Júpiter entronizado. Otra columna, en esta ocasión cuadrada y también en piedra caliza, representa, entre otros, a Juno, Victoria, Marte, Minerva, Sol y a la Fortuna. Cerca vemos los restos de una columna-árbol con decoración escamosa imitando la corteza y con representaciones a lo largo de la columna de: arriba Minerva con escudo y lanza y debajo un Mercurio alado.

En la impresionante colección de joyas y armas podemos ver, entre otros, un amuleto de cristal tallado con engarzamientos de plata encontrado en la región del Danubio; una pareja de broches de ropa que presenta una decoración de máscara realizados en bronce dorado; pendientes, anillos, pulseras....

Podemos admirar piezas de oro como una impresionante y delicada corona de hiedra de oro, pulseras, cadenas, pendientes, anillos, un broche en el que se puede adivinar que en su centro poseía probablemente un escarabajo de piedra. En otra vitrina podemos ver objetos de guerra como cascos, restos de un escudo, espadas y algunas vainas decoradas con hojas de oro.

En otra de las vitrinas se puede ver la joyería funeral. Entre ellas vemos unas coronas de oro que fueron usadas para el rito funerario descartándose su uso diario. Los romanos más ricos adornaban a sus difuntos con diademas, de coronas de flores o de hojas de oro como las aquí expuestas.

También vemos diferentes e interesantes figuras y objetos realizados en diferentes materiales y con diferentes temáticas que representan a guerreros, gladiadores, atletas, máscara de teatro, etc...

Entre ellos destacamos el dorso de un espejo en el que se recrea una escena de pelea con animales y varios amuletos con forma fálica que en algunos casos poseen una apertura superior para poder ser colgados del cuello.

En una pequeña estancia se conserva una enorme colección de lámparas de aceite de arcilla, en las que se pueden apreciar multitudes de escenas, como por ejemplo escenas eróticas, luchas entre gladiadores, motivos vegetales y animales, etc... También se expone una serie de lámparas de aceite procedentes del norte de África y del periodo tardo romano.

En otros objetos podemos hacernos una idea de cómo vivían algunos ciudadanos romanos, por ejemplo en una lápida funeraria podemos ver un banquete en el que un hombre, el fallecido, se encuentra recostado sobre un sofá sobre su brazo izquierda y en su mano derecha mantiene un vaso con la bebida, mientras que uno de los siervos sirve más vino el otro espera instrucciones.

En esta planta encontramos otro gran mosaico llamado "los filósofos" y que fue encontrado en el año 1844 no lejos de lo que era el antiguo foro romano. En él vemos representados a los "Siete Sabios" que eran filósofos griegos, políticos y poetas: en el centro se sitúa la imagen de Diógenes, a su alrededor se encuentran Cleóbulos de Lindos, Sócrates, Platón, Sófocles, Aristóteles y Chilón de Esparta.

Rodeando al mosaico vemos los restos de unas pinturas murales en los que se representan temas báquicos y en los que podemos ver umbelas verticales y candelabros, decoraciones típicas de las provincias del noroeste del Imperio. Provienen de una villa que se encontraba al sur de la actual catedral.

Seguimos admirando objetos interesantes como un plato votivo proveniente de África en el que se representa a un dios principal, Baal, divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor cuya influencia se fue extendiendo por el mediterráneo gracias a culturas como la cartaginense, filisteos, babilonios, etc... Su significado se aproxima a las palabras "amo" o "señor".

En la sección Transporte fluvial también encontramos muchas piezas interesantes encontradas en Renania. Destacamos una máscara de bronce del dios Oceanus que posiblemente se encontraba en un barco que surcaba las aguas del Rin y que pasó a ser ajuar funerario del que posiblemente era su capitán. Sobre su cabeza podemos ver dos pinzas de cangrejo y emergiendo de sus barbas, como si fueran las olas del mar, un par de delfines. Junto a la máscara se encuentran a la derecha un tirador de puerta de bronce con forma de delfín y a su izquierda una empuñadura de mobiliario también de bronce.

En esa misma sección encontramos muchos más objetos, como una inscripción votiva para el dios Apolo de parte de un liberto o liberatus llamado Gaius Aurelius Verus que realizaba prácticas comerciales con las islas británicas para su antiguo maestro o dueño. En aquél momento el oráculo de Delfos, que era el santuario de Apolo, era conocido en todo el mundo greco-latino y era un centro de peregrinación.

En el museo se expone una reconstrucción de un carro romano cuyo modelo fue construido siguiendo los diferentes hallazgos de vestigios de metal. Se trata, pues, de un carro tirado por caballos apto para el transporte de pasajeros y en el que podemos observar el alto nivel tecnológico que alcanzaron los romanos en esta materia, como se puede apreciar en su eje de giro delantero, la suspensión y el freno de bloqueo de las ruedas traseras. Posee una rica decoración mediante diferentes bronces, como la representación de Baco y su pantera en la parte delantera, las Ménades en la trasera y las Cuatro Victorias en los lados.

En el Museo Romano-Germánico se conserva una importantísima y amplia colección de diferentes y valiosos vidrios, como vasos y jarras producidos en los talleres locales de la época. En estos objetos podemos ver que sus técnicas de fabricación y estilos de decoración revelan una gran habilidad técnica de los sopladores del vidrio y cortadores. Se puede decir que ningún otro museo occidental posee semejante colección de cristales romanos en cualquiera de sus formas o usos.

A continuación vemos dos esculturas de dos hombres con toga: el de la izquierda es una estatua de un ciudadano romano realizada en el siglo II d.C., si bien la cabeza es moderna, obra de un escultor neo-clásico de antes del año 1818 y que debía hacer un retrato de Marco Aurelio. A la derecha la otra escultura está datada en el siglo I a.C., podría decirse que de época republicana. El busto fue añadido en momentos más recientes, también antes del 1818, para representar al orador Demóstenes.

Los restos de una escultura y su posible reconstrucción pertenecen a la diosa de la salud Higía, hija de Asclepio (cuyo santuario se encuentra en Epidauro en Grecia), y que está representada con los atributos típicos de una diosa sanadora: la cesta de frutas, la serpiente y la cabeza de buey. Esta escultura fue encontrada en una antigua base naval romana.

En el interior de la reconstrucción de una torre de la muralla romana podemos ver la exposición titulada "Caras" en la que se trata el arte de la representación humana, tanto en escultura, como en bronce, como en pinturas, etc., y es que fue uno de los temas más tratados en la antigua Roma. De hecho la cara, y especialmente los ojos, es un elemento esencial en la presentación de una persona.

La complejidad de la cara humana se demuestra en esta exposición que exhibe una selección de piezas de la colección del museo Romano-Germánico que rara vez o nunca se han exhibido públicamente antes.

Seguimos nuestro recorrido y nos topamos con el tímpano de un monumento funerario con la apariencia de templo, cuya forma era común entre ciudadanos ricos, en el que se representan dos capricornios que sostienen el globo terrestre. El capricornio era el signo astral del divinizado emperador Augusto e indicaba, en este ejemplo, el deseo del difunto de compartir su eternidad divina.

Otro fragmento funerario, en este caso la escultura que representa la batalla de Hércules con el león de Nemea, símbolo del héroe que representa al pueblo y que triunfa frente al mal. Terminamos este repaso por el museo con la estela funerario del legionario Iulius Tuttius que sirvió en la sede del gobernador de la Germania Inferior.

Una vez terminada la visita al museo Romano-Germánico y ya en el exterior, si giramos a la izquierda llegaremos a una plaza donde se encuentra el museo Ludwig, donde se exponen diferentes obras del siglo XX y XXI que abarca desde el Pop Art hasta el surrealismo, pasando por el arte abstracto. Este museo es el resultado de la donación de arte moderno del matrimonio Ludwig, fundándose en febrero de 1976. En este edificio, diseñado por los arquitectos Peter Busmann y Gottfried Haberer, también tiene su sede la filarmónica.

Entre su colección encontramos las siguientes obras: varias de Andy Warhol (Boxes (1964), Flowers (1964) Close Cover before Striking (1962), etc...); Odalisque (1955-1958) de Robert Rauschenberg; varias de Roy Lichtenstein (akka-Takka (1962), Mad Scientist (1963), M-Maybe (1965), etc...); Natalia Gontcharova (Nature morte à la peau de tigre (1908), Portrait de Larionov (1913); representates del movimiento "Die Brücke" como Ernst Ludwig Kirchner; expresionistas como Oskar Kokoschka; artistas de la talla de Paul Klee, Picasso, Wolf Vostell, Kenneth Noland, Otto Dix y un largo etcétera...

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