COLONIA (KÖLN)


Esta ciudad, moderna y cosmopolita, ofrecerá al viajero diferentes caras de su historia, desde los restos de la época romana, pasando a algunas ejemplos medievales (la mayoría reconstruidos) y terminando por verdaderas joyas como la Catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad. Hay que tener en cuenta que, a pesar de esa riqueza histórica, la ciudad fue arrasada en un 80% durante la II Guerra Mundial, por lo que en nuestro paseo veremos edificios reconstruidos, otros que han sobrevivido a los bombarderos y otros nuevos. Por otro lado pasear por sus calles, sobre todo por la Hohe Straße hará que nos demos cuenta de otra cara importante de esta ciudad: la comercial.

¡¡¡Bienvenidos a Colonia!!!

Datos:
Idioma Oficial: alemán
Moneda: Euro (€).
Población 2010: 1.020.303 habit.
Superficie: 405,15 km²
Prefijo telefónico: 0049 221
Web oficial: koelntourismus.de

CRÓNICAS DE COLONIA


Un poco de Historia...

Los orígenes de la actual ciudad hay que buscarlos en el año 38 a.C. cuando el lugar estaba ocupado por una guarnición romana con el nombre de Ara Ubiorum, convirtiéndose en el año 50 d.C. en Colonia Claudia Ara Agrippinensis, una ciudad fronteriza del Imperio Romano para ser hogar de veteranos. El nuevo nombre se puso en honor de Agripina, nacida aquí, y que fue la esposa de Claudio y la madre de Nerón.

De esta forma la ciudad fue la capital de la provincia romana de Germania II hasta su ocupación franca en el año 459. En el año 785 Colonia se convirtió en sede episcopal de la mano de Carlomagno, teniendo, durante la Edad Media, una gran importancia comercial y universitaria. En 1095 tuvo lugar la conocida como Cruzada de los Pobres, en que de manera espontánea surgió una respuesta campesina, guiada por Pedro el Ermitaño, al llamamiento a la nobleza del papa Urbano II para la invasión y conquista de Tierra Santa.

En 1164 el arzobispo Rainald de Dassel entregó a la catedral de la ciudad las reliquias de los Reyes Magos, convirtiéndose rápidamente en un importante centro de peregrinación medieval, más aún si tenemos en cuenta que también se conservan en Colonia las reliquias de Santa Úrsula y San Alberto Magno. El Arzobispo de Colonia fue uno de los príncipes electores del Sacro Imperio Romano-Germánico, pero sin embargo, tras la batalla de Worringen en 1288, tuvo que exiliarse a Bonn y posteriormente a Brühl. La ciudad continuó con su florecimiento económico gracias al río Rin que se convirtió en una de las principales rutas comerciales. Es por ello que Colonia se alió en 1250 con la Liga Hanseática y en 1475 se convirtió en una Ciudad libre del Imperio, permitiéndole disponer de su propia fuerza militar.

En 1388 fue fundada su universidad, principal centro cultural de la zona del Rin, además la ciudad disfrutaría de un período de creación arquitectónica en diferentes épocas: alrededor del año 1000 con el estilo otoniano o prerrománico; entre los años 1150 y 1250 con el románico tardío; y entre 1250 y 1350 con el gótico.

En el año 1794 fue ocupada por las tropas de Napoleón y como consecuencia este territorio pasó a ser una subprefectura del departamento francés de Roer y posteriormente, tras el Congreso de Viena, se adhirió a la Confederación Germánica bajo el control de Prusia. A mediados del siglo XIX Colonia se convirtió en una próspera ciudad industrial que posteriormente, durante la II Guerra Mundial, sería uno de los principales objetivos de los aliados. Fue tal la dureza de los bombarderos que casi el 90% del casco histórico quedó arrasado, librándose la Catedral que sólo tuvo pequeños daños.

En la actualidad se ha reconstruido la ciudad basándose, en la mayoría de los casos, en los planos antiguos de las construcciones del centro histórico, además se han levantado nuevos edificios, zonas peatonales, etc... Colonia ha recuperado se antigua condición de ciudad comercial y universitaria y en la zona, sobre todo en el barrio de Deutz, tienen su base diferentes industrias dedicadas a la química, petróleo, metalurgia, farmacéutica, etc...


Mapas turísticos de Colonia:


Mapas generales de Colonia:

Mapas del metro de Colonia:


Plano de la Estación Central de Colonia:

Qué ver en Colonia / Diario de viaje:


Una de las cosas importantes que hay que hacer a la hora de organizar un viaje es reservar un hotel lo más céntrico posible para poder ir caminando a los lugares de interés y conocer de esta forma mejor las calles y ambiente de la ciudad. Entre la estación de tren y la Ciudad Antigua podemos encontrar variedad de hoteles a buen precio y, como decimos, muy cerca del centro.

Dia 1: Esta primera jornada podemos comenzarla justo en el corazón de la ciudad, en Roncalliplatz alrededor de la cual se encuentran dos imperdibles de la ciudad: la Catedral de Colonia y el Römisch-Germanisches Museum o Museo Romano-Germánico. Prácticamente nos llevará toda la mañana visitar ambos lugares. Después de comer podemos pasear rumbo a la Rathausplatz o plaza del Ayuntamiento, donde se encuentran el Mirkwe y el Altes Rathaus o Ayuntamiento Viejo; aprovecharemos para ir más al sur para ver los restos de la iglesia románica de Alt St. Alban.

Posteriormente iremos al Alter Markt o Plaza del Mercado Viejo, a cuyo costado se encuentra la iglesia de Groß St. Martin. A un tiro de piedra se halla la Heumarkt y la bonita y característica Fischmarkt. Para finalizar el día podemos hacer un tour por el Museo del Perfume de la Casa Farina (o cambiar el orden del recorrido de la tarde según la hora de la cita asignada para ver este museo).

Dia 2: Este segundo día lo arrancaremos en el sur de la ciudad, más concretamente en el Rheinauhafen, donde se encuentra el popular Museo del Chocolate. En nuestro recorrido podemos hacer una ruta por las trece iglesias románicas de Colonia, entre las que destaca Sankt Maria im Kapitol y la ya mencionada Groß St. Martin. Después de almorzar será momentos de hacer algunas compras en Hohe Straße y ver algunos otros sitios de interés importantes a su alrededor. Podemos acabar el día con otro imperdible de Colonia, el interesantísimo NS-Dokumentationszentrum.

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CONCLUSIONES E IMPRESIONES:


Nunca vamos a olvidar aquél momento en que llegamos a Colonia en tren y atravesando la estación rumbo a la salida, comenzamos a vislumbrar la silueta majestuosa y oscura de la Catedral. ¡Impresiona tanto!...

Y no es para menos, estamos ante una de las joyas de Alemania que ha tardado en terminarse cerca de seis siglos y que milagrosamente se ha salvado de los bombarderos, sólo tuvieron daños algunas vidrieras antiguas debido a la onda expansiva de las explosiones de las bombas. Su interior es esbelto y muy alto y algunas vidrieras brillan con la claridad de la tarde otorgándole al interior del templo un aire mucho más especial si cabe. Por ello consideramos que es el monumento que más nos ha gustado de la ciudad.

Pero detengamos un momento un momento el recorrido por la ciudad para tratar la cuestión del alojamiento. Llegar a la estación de tren es, prácticamente, llegar al corazón del casco histórico de Colonia, por lo que reservar una habitación en los muchos hoteles que se encuentran en su alrededor es una buena opción a un precio razonable.

Tras este paréntesis, junto a la catedral se encuentra el Römisch-Germanisches Museum en cuyo interior podemos encontrar una colección enorme de la época romana, aunque el edificio que lo alberga carezca de interés arquitectónico. Lo que más nos ha gustado han sido los mosaicos de una casa romana conservados in situ, y sobre todo el mosaico de Dionisos, una verdadera joya, como todo el museo en conjunto. Por tanto la visita a este museo también es muy recomendada.

Seguimos destacando sitios y lugares especiales en Colonia, como el NS-Dokumentationszentrum (EL-DE-Haus) o Centro de Interpretación sobre el Nazismo, sinceramente nos ha fascinado a la vez que horrorizado la zona de las celdas con los diferentes grafitis y escritos que dejaron grabado o escrito los diferentes presos en las paredes. Este edificio que inexplicablemente se salvó de las bombas, albergaba las oficinas de la Gestapo. Recomendamos fervientemente realizar la visita con un audioguía puesto que se recibirá información muy útil de todo lo que estamos visitando. El resto de dependencias son muy interesantes, sobre todo para los que amamos la historia y todo lo relacionado con los acontecimientos acaecidos durante la II Guerra Mundial.

Y cambiamos de tercio, de mediados del siglo XX nos vamos al siglo XVIII cuando se inventó en esta ciudad el agua de Colonia que revolucionaría las formas de asearse de la nobleza. Y es que aquí se encuentra el lugar donde se inventó este producto, situado en el Museo del Perfume en la Casa Farina. Nos ha encantado realizar el tour y aprender diferentes aspectos y anécdotas sobre este perfume, además podremos comprobar si tenemos una nariz absoluta en la sala de las esencias. Recordamos que para hacer un recorrido en idioma español es necesario contactar con el museo para hacer la reserva, para ello puedes hacer click aquí.

Justo al lado del anterior museo encontramos el Altes Rathaus, magnífico edificio con una torre bellísima que nos ha enamorado. No así el Museo del Chocolate que nos ha defraudado bastante, no tiene mayor interés, a no ser que se vaya con niños. Para nuestro gusto lo que realmente merece la pena es la tienda que se encuentra en la entrada del mismo museo, todo un paraíso para los amantes del chocolate que se presenta en diversas formas y sabores. Pero hay que tener en cuenta que los precios en esta tienda pueden ser más altos que en otros lugares de Colonia, llegando a variar, por un mismo producto hasta 1,5€. Por esta zona también merecen una visita panorámica las llamadas Casas-Grúas, sorprendentes construcciones sobre la orilla del río.

Casi enfrente del Museo del Chocolate encontramos un modesto Museo de la Mostaza, que expone y vende productos típicos alemanes. Lo que destacamos de este pequeño espacio es la mostaza, las hay de diferentes sabores y colores, siendo posible hacer una cata de las diferentes mostazas para después comprar la que más nos guste. Lo recomendamos porque degustaremos este producto con sabores que realmente nos sorprenderán. Es importante avisar a los viajeros que utilicen los vuelos low cost y que no facturen maletas que la mostaza se considera un líquido y por tanto no se puede llevar en la maleta de mano puesto que el envase excede de los 100 ml.

Pero si lo tuyo son las compras la Hohe Straße y alrededores cobijan diferentes locales y grandes superficies. Esta calle se considera la más transitada de Europa, y por ello te proponemos un experimento: intenta cruzar la calle perpendicularmente, por ejemplo en una intersección de calles cruzarla para llegar a la otra calle, hay tanta gente subiendo y bajando por la Hohe Straße que te costará un poco.

En cuanto a la gastronomía decirte que aquí podrás degustar la cerveza típica de Colonia, la llamada Kölsch la cual para apreciar mejor su sabor hay que beberla en los típicos vasos de 0,2 litros. Existen varias tabernas típicas donde poder tomarla, incluso en algunas de ellas se sirve la cerveza en rondas, es decir en bandejas redondas donde se disponen las jarras.

La más antigua de la ciudad es la Früh am Dom, situada casi enfrente de la Fuente de los Duendecillos. De entre los platos típicos destacamos el Ochsenschwanzsuppe (caldo de rabo de buey), Landleberwurst o salchicha de hígado con su guarnición de chucrú, Grosse Bohnen mit Speck (habas con tocino), Pfefferpotthast (trozos de ternera hervida) o el famoso codillo alemán...

¡Buen viaje y felices experiencias!

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