NÚREMBERG (NÜRNBERG)

UN PASEO ALREDEDOR DE ESTA CALLE HISTÓRICA

Esta calle conserva veintidós casas de entramado de madera medievales que han sobrevivido milagrosamente a los ataques pesados aéreos. Es por eso que la Weißgerbergasse refleja un pedazo de la histórica Núremberg, especialmente por ser un barrio artesano. El nombre de la vía proviene de los curtidores que residían aquí durante la Edad Media. En aquella época, debido a las pieles de animales y al agua que se usaba, la calle debía tener un considerable olor molesto.

Por eso la mayoría de las casas tenían su propio pozo y jardín privado. En las casas número 16 y 25 se pueden ver dos de los Chörlein de Núremberg y que ya hemos comentado con el de Sebalder Platz. En el número 24 podemos ver el emblema típico de una casa de artesanos. En el nº 28 se encuentra tallado sobre la puerta cornucopias frutales. En el 26 está la figura de san Egidio. Además algunos de los patios más encantadores (números 19, 21,23 y 35) no son de acceso general.

Si seguimos recto por esta calle y cruzamos la Maxplatz llegaremos a otro de los puentes supervivientes de la guerra: el puente colgante de Kettensteg, cuyo nombre proviene de la lengua vernácula que hace referencia a los numerosos eslabones de cadena, de tres metros de largo, con los que el puente está suspendido a ambos lados. Durante siglos los peatones que cruzaron el río Pegnitz lo hicieron a través de un puente de madera de roble situado en frente del actual, y que sufrió graves daños después de las inundaciones de 1909.

El actual, de 68 metros de largo, es obra de Johann Georg Kuppler del año 1824, quien basándose en el diseño inglés empleó para su construcción 3,65 toneladas de hierro forjado. Se trata del puente más antiguo de este tipo construido en Europa. Desde aquí obtenemos bonitas vistas sobre el río y el antiguo sistema defensivo.

Este ingeniero fue nombrado profesor de la Escuela Politécnica en 1823, además colaboró en la restauración de las figuras del reloj de la iglesia de Nuestra Señora y en la construcción de la primera línea férrea alemana. En la década de 1930 el puente fue reforzado mediante pilares de madera y soportes de hierro laterales.

Curiosamente, durante la etapa nacionalsocialista, hubo intención de demolerlo, puesto que los nazis lo veían con malos ojos porque lo consideraban un elemento distorsionante en el paisaje histórico de la ciudad. El estallido de la guerra en 1939 impidió que el puente fuera eliminado. Más recientemente tuvo que ser cerrado en el año 2009 por razones de seguridad, comenzándose las obras para su restauración en 2010. Finalmente se reabrió al público en diciembre de aquel mismo año.

El vecino Maxbrücke es el viaducto de piedra más antiguo de la ciudad. Fue construido por el arquitecto nacido en Rothenburg Jakob Grimm, quien lo finalizó en 1457. En ese momento recibía el nombre de Steinerne Brücke o Puente de Piedra, cambiándose al nombre actual en honor del rey bávaro Maximiliano I a partir de 1810.

Cerca de aquí se encuentra otro de los lugares históricos de Núremberg: la zona del Henkersteg o Puente del Verdugo. Está conectada con una pasarela techada de madera que se construyó en 1457, uniendo la Henkerturm o torre del Verdugo y la Säumarkt (actual Trödelmarkt) con la orilla sur del río.

Durante la inundación de 1595 el hielo que flotaba a la deriva provocó atascos en los arcos de las murallas que estaban sobre el río. El colapso fue tal que murieron 8 personas. Después de aquellas inundaciones, se derribaron tres arcos de esa penúltima muralla y se construyó la pasarela de madera del Henkersteg o puente del Verdugo. Posteriormente, durante los siglos XVII y XVIII el puente fue renovado y rehabilitado. Finalizada la II Guerra Mundial tuvo que ser reconstruido en el año 1954.

La segunda parte del Henkersteg es una zona superviviente del muro oeste de las antiguas fortificaciones. Se construyó entre los años 1320 y 1325, perdiendo su carácter defensivo en el 1400 con el establecimiento de la última muralla. Recibe este nombre porque, desde entonces y hasta 1806, fue la antigua residencia del verdugo de la Ciudad Imperial, aislada debido a la naturaleza deshonrosa de su oficio.

En el año 2007 se abrió en las salas de la antigua casa del verdugo el Museum Henkerhaus, un museo dedicado a la historia criminal de Núremberg en torno al 1600. En él se ilustra el diario de uno de los más famosos verdugos de la ciudad Franz Schmidt quien, ejerciendo su trabajo, ejecutó alrededor de 350 personas.

La Wasserturm o Torre del Agua también formaba parte, junto con el Henkersteg, del penúltimo muro. Esta torre cuadrada fue construida entre los años 1320 y 1325, provisionándola con muescas y ventanas y un tejado a cuatro aguas. Después de perder su función defensiva en el 1400, se utilizó como prisión.

Adyacente a la Wasserturm se encuentra la Weinstadel, bonito edificio de entramado de madera construido entre 1446 y 1448 el cual acogió y alimentó durante Semana Santa y sólo durante tres días a los leprosos que durante esas jornadas se les permitía permanecer intramuros. Desde 1571 la planta baja sirvió como almacén de vino y como albergue para los pobres. Después de la guerra se reconstruyó y es, desde 1950 junto con la Wasserturm, una residencia de estudiantes.

Algo más allá, atravesando de costado a costado la Trödelmarkt, encontramos el Karlsbrücke o Puente de Carlos. El Karlsbrücke consta de dos puentes, cada uno de diferentes fecha de datación y estilo. El situado al norte (inferior) se construyó en 1486 conservando gran parte de su estado original. El del sur (superior) es resultado de la renovación que se hizo en el año 1728 de un puente construido a principios del siglo XVI por Wolf-Jacob Stromer, que a su vez sustituía a otro de madera de 1451. Fue entonces cuando se le puso el nombre actual, en honor del emperador Carlos VI y su esposa Elizabeth. En él vemos dos obeliscos con emblemas imperiales a cada lado: uno posee en su cima la paloma de la paz, símbolo de la victoria en las Guerras Turcas de entre 1716 y 1718; mientras que el opuesto luce un Águila Imperial.

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