COPENHAGUE (KØBENHAVN)

LA SIRENITA


Para llegar hasta la Sirenita es necesario dejar a nuestra izquierda el Kastellet y seguir recto por Langelinie, bonito paseo que discurre junto al mar. Esta escultura de bronce es el símbolo indiscutible de Copenhague. Fue encargada en 1909 por el empresario cervecero Carl Jacobsen, hijo del fundador de Carlsberg, al escultor Edvard Eriksen.

Se trata de un homenaje a la protagonista del famoso cuento de hadas de Hans Christian Andersen, quien lo escribió en 1837. La escultura es la personificación de esa trágica historia donde la Sirenita tiene el corazón roto, permaneciendo sobre la roca esperando al hombre que ama y por ello sueña con tener piernas para poder caminar, aunque ello suponga sacrificar su vida en mar.

El resumen del cuento: una sirenita que vivía con su familia, un día salvó de un barco que se hundió a un príncipe del que se enamoró. A menudo regresaba al castillo para poder verlo y, tras buscar a una bruja del mar, sacrificó su cola y su voz por tener piernas y poder estar con el príncipe, no sin antes ser advertida por la bruja de que si aquel se casaba con otra, la sirenita se convertiría en espuma del mar. Tras transformarse, se despertó en la orilla junto al príncipe que la llevó a su castillo para cuidarla como una niña, no como una esposa. Finalmente éste se casó con otra princesa y la sirenita se disolvió con la espuma del mar donde se encontró con las Hijas del aire.

Se dice que al escultor danés le llegó la inspiración para realizarla después de asistir a una actuación de ballet inspirada en la historia de la Sirenita e interpretada por el Ballet Real de Dinamarca, cuya bailarina protagonista era Ellen Prince, a quien le propuso ser la modelo y, ante la negativa de la bailarina a posar desnuda, Eriksen terminó usando como referencia a su propia esposa, Eline Eriksen.

La obra final mide 1,25 metros de alto y pesa 175 kilos. La familia Jacobsen, propietarios de la fábrica de la famosa cerveza Carlsberg, la donó a la ciudad de Copenhague. El ayuntamiento de la villa la instaló sobre una roca en la bahía del puerto el día 23 de agosto de 1913, y ahí permanece desde aquel momento.

Desde entonces es un gran reclamo turístico, cuando nos encontrábamos cerca de su ubicación pudimos vislumbrar a lo lejos una masa de gente que se concentraba en la orilla, supimos que habíamos llegado a nuestro destino. No en vano está considerado el monumento más visitado de toda Dinamarca siendo, por tanto, el más deseado pero también el que más decepciones puede ocasionar debido a su tamaño: el viajero piensa encontrar una escultura grande y se encuentra con una más pequeña, de poco más de un metro de altura. A pesar de esto, es uno de los sitios que hay que ver en Copenhague.

A lo largo de los años, la figura ha sufrido varios expolios y actos vandálicos. Por ejemplo le cortaron el cuello en tres ocasiones, incluso una vez le arrancaron el brazo derecho, fue pintada en varios colores, le colocaron explosivos consiguiendo derribarla, le pusieron un consolador en la mano, la vistieron de muchas maneras: con un traje del Ku Klux Klan, con un chador, burka, camisetas deportivas, etc...

Vamos a destacar, cronológicamente algunos de estos devenires a los que se ha sometido a la Sirenita: en los años 60 del siglo XX ha sufrido varios daños: el 1 de septiembre de 1961 le pintaron un sujetador rojo y con la misma pintura le cubrieron el pelo; el 28 de abril de 1963 volvió a ser cubierta de pintura roja; un año después, el 24 de abril de 1964, la cabeza fue cortada y robada y nunca se recuperó, atribuyéndose tal fechoría a un grupo de artistas partidarios del movimiento situacionista, por lo que se tuvo que realizar una nueva siguiendo los moldes originales que por fortuna se conservan.

El 22 de julio de 1984 su brazo derecho fue cortado y robado, aunque después de unos días fue devuelto a la policía por dos chicos quienes explicaron que realizaron esa canallada porque se encontraban bajo los efectos del alcohol. El 5 de agosto de 1990 se intentó cortar de nuevo la cabeza y, aunque no se consiguió, se le provocó un corte de 18 centímetros de largo.

Pero el 6 de enero de 1998 si se logró decapitarla de nuevo y, aunque nunca se supo quiénes fueron los culpables, la cabeza fue devuelta anónimamente al ser enviada a un canal de televisión. Tras ser restaurada la escultura volvió a lucir completa el 4 de febrero. El 11 de septiembre de 2003 la Sirenita desapareció de su lugar, encontrándose más tarde en el mar: los vándalos utilizaron explosivos para separarla de la roca que funciona como base de la estatua.

En el 2004 amaneció con una túnica y un velo con una banda en la que se podía leer "¿Turquía en la UE?". El 8 de marzo de 2006 la pintaron de color verde, le colocaron en la mano un vibrador y le tallaron el texto "8 de marzo", por lo que se piensa que tiene que ver con alguna protesta relacionado con el día Internacional de la Mujer. No es de extrañar que así sea, puesto que las personas feministas ven en esta escultura la representación de una sumisión tal que es capaz de perder la vida por un hombre. Po otro lado, el 15 de septiembre de 2006 se colocó en Pakhuskaj la llamada "Sirenita genéticamente alterada" del artista Bjoern Noergaard.

A pesar de su apariencia de fragilidad, la historia nos ha enseñado, por tanto, que la Sirenita es fuerte y ha resistido a todos esos avatares. Como punto final sobre la Sirenita, hay que recalcar como nota importante que durante la Exposición Universal de Shanghái de 2010, la obra salió por primera vez de Dinamarca, viajando hasta la ciudad asiática para ser expuesta durante los 6 meses que duró el evento en el pabellón de Dinamarca.

Alrededor de la Sirenita podemos ver otros sitios interesantes, en el extremo sur del parque Langelinie se encuentra el Monumento a la princesa María de Orleans, esposa del príncipe danés Voldemar, el hijo más joven del rey Cristián IX de Dinamarca. Este monumento fue instalado en 1912, el busto es obra de Carl Martin-Hansen. María era conocida por sus actividades sociales y por su naturaleza independiente que no dudaba en expresar públicamente sus opiniones, promoviendo ideas del parlamentarismo y reformas democráticas.

Muy cerca se encuentra la columna que conmemora la muerte del almirante Ivar Huitfeldt y los 497 miembros de su tripulación, durante la batalla de Køge en 1710. Durante un encuentro con los suecos, el buque Dannebrog, comandado por Huitfeldt, fue incendiado a pesar de lo cual el almirante dio órdenes para continuar la batalla que sólo llegó a su fin cuando la nave explotó llevándose por delante al enemigo. Entre 1872 y 1875 fueron encontrados y traídos hasta Dinamarca restos del barco como cañones y el ancla, colocados como parte del diseño del monumento.

El monumento se construyó en 1886 siguiendo los diseños de Vilhelm Dahlerup. El artista que elaboró la escultura de la Victoria, que corona lo más alto de la columna, y los cuatro relieves de bronce de la parte intermedia-baja (el retrato de Huitfeldt, su escudo de armas, un buque y un texto) fue Ferdinand Edvard Ring, mientras que Brummer fue el encargado de todo el diseño arquitectónico del monumento.

En el otro extremo de Langelinie, pegando casi al puerto turístico, se encuentra Søfartsmonumentet, monumento que conmemora a los 648 soldados de la marina danesa que perdieron su vida en el mar durante la I Guerra Mundial. La obra fue pagada por los armadores daneses después de un concurso competitivo de 1923. Fue diseñado por el escultor Svend Rathsack y arquitecto Ivar Bendtsen en 1928, e inaugurado ese mismo año por uno de los reyes más respetados y amados de ese país, el rey Cristián X.

En el monumento vemos una figura femenina que recuerda a la Victoria alada de Samotracia (la cual representa a la Memoria), situada en lo alto de un pedestal en el que están grabados los nombres de las personas y barcos caídos. En la parte inferior de los laterales vemos relieves que representan el naufragio y el rescate en el mar. En un principio el monumento fue tallado con piedra caliza, la cual con el paso de los años se fue deteriorando severamente. En el 2009 se comenzaron los trabajos de restauración en los que se cambió esa roca por una más resistente: mármol de la ciudad italiana de Tívoli.

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