CARTAGENA

RUTA ARQUITECTÓNICA POR ALGUNAS CALLES CÉNTRICAS


La calle Mayor parte desde la plaza del Ayuntamiento hacia el interior de la ciudad. Vamos a hacer un recorrido que se inicia en la Calle Mayor, sigue por la Puerta de Murcia y continúa por la calle del Carmen hasta finalizar en la plaza de España. Comenzamos en la calle Mayor en la que encontramos numerosas construcciones importantes datadas entre los siglos XVIII y XX, además de ser una de las vías con más bullicio de Cartagena, llena de cafés y establecimientos variados. Su carácter céntrico hizo que la burguesía la eligiera en el siglo XIX como lugar donde levantar sus residencias y negocios.

Originariamente se llamaba Rua Principal y ya desde entonces era el lugar de paso de las personas que llegaban al puerto hacia la ciudad y viceversa. Como curiosidad también acogió sedes de sociedades privadas, algunas conocidas por ser el lugar donde se desarrollaron algunos complots políticos y, sobre todo, la organización del Cantón Cartagenero en 1873.

Aunque el trazado de la calle Mayor es de estilo barroco, los edificios que se encuentran en ella pertenecen a distintas épocas. La primera edificación importante es la Casa Cervantes, la primera vivienda modernista construida por Beltrí en el año 1900, por encargo del empresario Serafín Cervantes. Esta obra causó tan buena impresión entre la burguesía que Beltrí recibiría muchas ofertas de trabajo.

Para la construcción del edificio se utilizó mármol, piedra artificial y ladrillo. En su frontón podemos ver diferentes símbolos relacionados con el comercio, la industria y la minería, además de las iniciales de su primer propietario. Como curiosidad se dice que en el restaurante que había en los bajos del edificio, Antonio Álvares compuso en 1902 el famoso pasodoble "Suspiros de España". Actualmente es propiedad de Caja Mediterráneo, albergando en su interior su Aula de la Cultura y una biblioteca.

Al lado justo se encuentra el actual Casino, antigua casa del Marqués de Casatilly del siglo XVIII, reformado en 1897 por Beltrí y Amaré después de que el casino se ubicara en este edificio en 1861. Y es que han existido en Cartagena hasta 70 casinos, debido a la variedad de clases sociales y ambientes. La mayoría de los más relevantes se encontraban en esta calle. Aquí se han celebrado bailes, conciertos, etc., además de haber sido centro de encuentros y coloquios entre personajes acomodados económicamente. En su interior la decoración y el mobiliario son modernistas, y la distribución del edificio en torno a un patio de columnas nos hace intuir la estructura originaria del palacio del siglo XVIII. En la planta baja son públicos un salón de actos, una sala de lectura (conocida como La Pecera), la cafetería y restaurante, el resto sólo es accesible para socios.

Si nos desviamos un poco de la calle Mayor y nos dirigimos a la calle Aire encontraremos la, también modernista, Casa Clares construida en el año 1906 por Mario Spottorno. Pero volvamos a la Calle Mayor, seguimos nuestra ruta y nos topamos primero, a la derecha, con la barroca iglesia castrense de Santo Domingo del siglo XVIII, aunque restaurada en estilo ecléctico en el año 1973. Lo más destacado de su interior es la capilla de la Cofradía Marraja, construido en el 1690, aunque restaurada recientemente, que alberga un retablo barroco. A su espalda, en la calle Aire, se sitúa la iglesia de Santa María de Gracia, construida en el siglo XVIII en estilo barroco.

La Casa Llagostera posee una de las fachadas más hermosas y originales de la arquitectura murciana del siglo XX. Su autor es Victor Beltrí y las cerámicas de su fachada, que reproduce las figuras alegóricas de Minerva y Mercurio, los escudos de Cartagena, Murcia, Barcelona y Manlleu, es obra de Gaspar Polo. Se levantó en el año 1916 en estilo modernista, construcción encargada por una familia de comerciantes catalanes dedicados a la industria textil y que da nombre a la casa.

De esta manera llegamos a la plaza de San Sebastián, lugar donde también encontramos interesantes edificios. Aquí llama la atención el grupo escultórico dedicado a la Semana Santa y especialmente a los procesionistas, obra de Manuel Ardil. Fue erigido en el año 1983 en las inmediaciones de la plaza de España, si bien se mudó a su emplazamiento actual en la década de los 90 del siglo XX.

Inmediatamente nos fijamos en otro edificio modernista, probablemente el más representativo en este estilo en la región de Murcia: el Gran Hotel. Se construyó entre los años 1907 y 1912, comenzada por Tomás Rico y, tras su muerte en 1912, acabada por Victor Beltrí. Sus motivos decorativos tienen influencia del modernismo francés y vienés, destacando su cúpula de zinc que corona la esquina de la última planta.

Desde un principio este edificio se proyectó para ser un hotel, de hecho, fue el establecimiento hotelero más importante de la época, contando con setenta habitaciones, cuatro de ellas eran suites de lujo. Cuando pasó a manos de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, el edificio se siguió explotando como hotel, pero introduciendo mejoras importantes. Actualmente el Gran Hotel ha pasado a manos de la comunidad autónoma, albergando oficinas.

El siguiente edificio destacado de esta plaza es la Capitanía General, construida en el 1740 sobre parte de la Casa del Rey, si bien su fachada actual es el resultado de las reconstrucciones de los siglos XIX y XX. Su interior está ricamente decorado, destacando la escalera imperial. En su parte trasera se encuentra un magnífico jardín que comunica con la calle Real.

Empezamos ya el recorrido por la calle Puerta de Murcia, andamos un poco y nos desdoblamos levemente por la calle Morería Baja donde se encuentran una columnata romana correspondientes, probablemente, al pórtico de una gran edificación ubicada frente a la costa (que en aquel tiempo llegaba prácticamente hasta aquí), se cree que un almacén del antiguo puerto de Carthago Nova. La columnata se descubrió de forma casual cuando se estaban realizando obras de alcantarillado, recuperándose ochos macizos de cimentación, con cuatro basas de columnas.

Retomamos nuestro camino y llegamos hasta la bifurcación de la calle Puerta de Murcia y la calle de Jabonerías, en el centro se encuentra el monumento al Icue, nombre popular con que se conocía al niño golfillo cartagenero que deambulaba por el puerto, sujetando un boquerón y que vivía de la picaresca. Esta escultura fue creada por Manuel Ardil en el 1969 y está inspirado en un chico real vistiendo únicamente un calzoncillo y preparado para darse un chapuzón en el mar.

Detrás de la estatua se sitúa la Casa Pedreño, edificio ecléctico construido en el año 1875 por el arquitecto Carlos Mancha. Posee una bonita decoración exterior, destacando en el eje central la cabeza de Mercurio, una cabeza coronada en el primer piso, un balcón sobresaliente en el segundo y la linterna de la cubierta. En cuanto a la ornamentación interior destacan los dos únicos elementos originales: el salón de baile de estilo neoclásico y la escalera de mármol blanco. En el año 1894 se planteó su uso como Casa Consistorial, pero finalmente se decidió construir una nueva. Actualmente alberga una caja de ahorros.

Seguimos un poco más adelante donde se encuentra la iglesia del Carmen situada en la calle del mismo nombre, edificio que mezcla las líneas clásicas con el estilo barroco. Este templo se construyó a comienzos del siglo XVIII y era la iglesia del desaparecido convento de San Joaquín. En julio de 1936 sufrió importantes daños debido a la ola anticlerical del bando republicano al inicio de la Guerra Civil, en que se perdieron la totalidad de obras de arte de su interior, exhibiéndose actualmente piezas datadas de 1940 en adelante.

Casi enfrente, mirando hacia la iglesia, se sitúa la escultura, obra del escultor Juan J. Quirós, que conmemora el centenario del nacimiento de la maestra, poeta y narradora cartagenera Carmen Conde (1907-2007), fundadora, junto con Antonio Oliver, de la primera Universidad Popular de Cartagena, además de ser la primera académica de número de la Real Academia Española, pronunciando su discurso de entrada en el año 1979.

Si seguimos el cauce de la calle del Carmen nos encontraremos con otro ejemplo de la arquitectura de Beltrí, la Casa Dorda, de 1908. Su fachada de inspiración barroca posee ornamentos consistentes en molduras y motivos florales. A pesar de que no puede visitarse porque es propiedad privada, destacamos en su interior un patio de estilo nazarí con arcos de herradura y muros con decoraciones geométricas. El final de este recorrido es la Plaza de España, gran rotonda ajardinada, importante nudo del tráfico de la ciudad.

Pulsar para invitarme a un café