RONDA

MUSEO TAURINO DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA


Estamos ante uno de los monumentos más visitados de Andalucía, no en vano es una de las plazas de toros más antiguas y bellas de España. El edificio, de estilo neoclásico, fue inaugurada en mayo del año 1785 (se atribuye la obra al mismo arquitecto que levantó el Puente Nuevo, Martín de Aldehuela). Exteriormente destaca una portada de cantería, además de las esculturas de Cayetano Ordóñez (creador en 1954 de la corrida goyesca) y su hijo Antonio Ordóñez, dinastía de toreros del siglo XX que despertaron el interés de personajes como Orson Wells y Ernest Hemingway.

Su interior, concebido en piedra arenisca, posee un aforo para seis mil espectadores, mientras que su ruedo es uno de los más grandes del país con sus 60 metros de diámetro. El graderío se distribuye en dos niveles contando con 136 columnas y 68 arcos. El techo a dos aguas, está cubierto con tejas árabes.

Que la plaza de toros se construyera en Ronda y no en otro lugar tiene su lógica: en el siglo XVIII en esta ciudad la tradición de la caballería estaba muy arraigada al existir una corporación cuya función era la de conservar el arte ecuestre. Por ello, en 1572 el rey Felipe II fundó la Real Maestranza de Caballería de Ronda, actual propietaria de la plaza de toros, para el correcto cuidado y manejo de los caballos ante las necesidades de defensa del territorio.

Para este menester esta corporación necesitó un espacio para los ejercicios ecuestres, entre lo que se incluyen los juegos de destreza de toros. Es por eso que a Ronda se le considera una de las cunas de la tauromaquia tal y como la conocemos en la actualidad.

Cuando se inauguró la plaza de toros los burladeros no existían, prueba de ello es que en el número 7 hay una puerta que era abierta y cerrada por un mozo. Una de las particularidades de la plaza es que posee desde el centro del ruedo una acústica muy buena. Además, aunque parezca mentira en la arena encontramos dos tumbas: la de Curro Guillen, muerto en esta plaza en 1820, que descansa en el burladero número 2 (antaño era el número 1), y Antonio Ordóñez que se encuentra en la puerta de Chiqueros porque quería que le pisaran los toros.

Con el devenir de los tiempos la plaza ha sido campo de fútbol, ring de boxeo e incluso cuartel de los franceses. Bajo los tendidos se encuentra el Museo Taurino de Ronda, abierto al público en 1984, y que está dividido en varias secciones: Museo de la Tauromaquia, la Real Guarnicionería de la casa de Orleans (abierto a partir de febrero de 2006) y, más recientemente, una Colección de Armas de Fuego.

En la Real Guarnicionería de la Casa de Orleans podemos ver un conjunto de arneses, sillería y ropajes de la más refinada artesanía que el rey de Francia, Luis Felipe de Orleans, regaló a su quinto hijo, el duque de Montpensier, afincado desde el año 1846 en Andalucía.

La colección está compuesta por un doble juego de guarniciones, de gala y de diario, de los palacios andaluces de los Montpensier, sillas de montar mamelucas y orientales, el arnés de ceremonia utilizado en Versalles, la silla de la reina Isabel II de España, uniformes y diferentes accesorios.

La sala de la Colección de Armas de Fuego Antiguas está presidida por el retrato ecuestre del primer duque de Medina de las Torres, realizado por el pintor italiano Massimo Stanzione (1585 - 1656). Aquí se encuentra una riquísima colección de armas de fuego para la caza y para el duelo, complementados con paneles explicativos en los que podemos leer su recorrido histórico, sus procedimientos, sus avances e intentos de mejora desde el siglo XVI hasta el XIX.

En la exposición se muestran alrededor de doscientas noventa piezas, clasificadas según su sistema de ignición. Así podemos ver piezas de los armeros de Felipe IV, Carlos III, Luis XIV, Napoleón y otros monarcas. Completa la colección escopetas y rifles de entre los siglos XVII y XIX, pistolas con percutor de los siglos XVIII al XIX, pistolas deportivas inglesas del siglo XVIII, arcabuces empleadas en la guerra de Sucesión española, pistolas de duelo, etc...

El Museo de la Tauromaquia ofrece un repaso de la evolución de la fiesta de los toros, desde el toreo caballeresco hasta convertirse en un espectáculo reglamentado, y en el que se indica de manera especial la importancia de Ronda y dos dinastías de toreros importantes que la ciudad ha dado, los Romero y los Ordóñez. También se ilustra de forma didáctica los orígenes del toro en la cultura universal, haciendo hincapié en su instauración en la península Ibérica en general, y en Andalucía en particular.

En la muestra se exponen trajes originales de las corridas goyescas, así como carteles realizados desde 1999 por autores importantes contemporáneos que son encargados por la Real Maestranza cada año. Además, encontramos trajes de la duquesa de Alba, de figuras del toreo como Antonio Ordóñez, Francisco Rivera "Paquirri", francisco Rivera Ordóñez, Curro Romero, Antonio Márquez, entre otros, y como no, objetos y utillaje tradicional de los festejos taurinos.

Todo lo anterior se encuentra combinado con pinturas (óleos de entre los siglos XVII al XIX), escultura, útiles y objetos, documentos históricos, aguafuertes, grabados, litografías y estampas (de las que destaca la edición de la "Tauromaquia" de Francisco de Goya).

Una vez finalizada la visita de lo que es la plaza de toros y sus exposiciones, nos dirigimos ahora a los lugares y edificios que lo complementan. Pero antes de abandonar en sí el edificio que compone la plaza, nos detenemos en la capilla, e imaginamos cuántos toreros se habrán encomendado a su dios para salir sano y salvo del ruedo.

Una vez atravesada la puerta anexa al patio de caballos, llegamos enseguida a los corrales, lugares destinados a la estancia de las reses antes de su lidia, dotados con comederos y bebederos, burladeros, pasillos y medidas de seguridad adecuadas para realizar las operaciones necesarios para el reconocimiento, apartado y enchiqueramiento de las reses.

De aquí entramos al Picadero y a las cuadras de la actual Escuela de Equitación de la Real Maestranza. Como es obvio se trata de un lugar destinado a la enseñanza y formación de jinetes para la doma clásica. Se da la circunstancia que, en ocasiones, el visitante podrá ver el trabajo realizado por la escuela con caballos de pura raza española.

Llegamos ahora a los toriles que, como su propio nombre indica, es la zona donde se encuentran los toros antes de las corridas, aislados en chiqueros. Antaño había 18 chiqueros que se abrían, al contrario que en la actualidad que se realiza con puertas, con unas especies de guillotinas que se elevaban con cuerdas y poleas.

Sobre ellos, en su parte superior, se conserva el portalón y poleas de los chiqueros utilizados en la plaza desde su inauguración en 1785 hasta el año 1963. También señalar que la madera que cubre los chiqueros está compuesta por los tendidos originales del siglo XVIII y si nos fijamos bien podemos ver señales y números con que contaban en un principio. Una vez atravesado el túnel de los chiqueros desembocamos de nuevo al ruedo de la plaza de toros.

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