OPORTO (PORTO)

AVENIDA DE LOS ALIADOS Y LA PLAZA DE LA LIBERTAD


La avenida dos Aliados, de 250 metros de longitud, se encuentra en el corazón de Oporto, conectando el centro histórico con los barrios más modernos de la ciudad. Su construcción tuvo lugar en el año 1916, en plena I Guerra Mundial, por lo que fue dedicada a los países aliados durante aquella contienda. Antes de materializarse la avenida, la zona estaba formada por una maraña de callejuelas, en las que abundaban los lavadouros, es decir lavanderías. Tras conseguir el espacio necesario, grandes empresas invirtieron en la construcción de opulentos edificios con fachadas Art Nouveau que fueron levantados a lo largo de la avenida. Por aquel entonces aquellas construcciones estaban ocupadas por bancos y compañías de seguros, sin embargo, en la actualidad, son los hoteles de lujo, boutiques y restaurantes los que han tomado el testigo.

De igual manera es una zona muy transitada tanto por habitantes locales, como por turistas, ya que aquí se distribuye una serie de atractivos, como tiendas, restaurantes, cafeterías, etc.… También es el punto neurálgico por excelencia de los portuenses en el que se congregan en momentos especiales, como por ejemplos para celebrar la Nochevieja, san Juan, las victorias del club de futbol local, etc. También aquí tienen lugar protestas y conciertos, uno de los más curiosos tiene lugar cada fin de Navidad, en los primeros días de enero, en el que grupos y conjuntos folclóricos cantan y tocan las llamadas ‘janeiras’ (canciones navideñas entonadas mientras se recorren las calles anunciando el nacimiento de Jesús y deseando un feliz año nuevo).

Comenzamos el recorrido por la avenida dos Aliados desde su extremo norte, donde se levanta la Câmara Municipal do Porto o Ayuntamiento de Oporto. El edificio tiene su origen en 1916, cuando el arquitecto ingles Barry Parker elaboró un plano, a partir del cual se haría diferentes modificaciones hechas por otro arquitecto llamado Correia da Silva. La construcción de este palacio se inició a los pocos años, en 1920, sin embargo, el diseño de nuevo tuvo varios cambios. Finalmente se finalizó en el año 1957, siendo el ultimo palacio de granito que se construyó en Portugal. Fue en aquel momento en que los servicios municipales ocuparon su interior, tras haber pasado años atrás por al menos cinco edificios diferentes.

En su fachada destaca una torre central que tiene una altura de setenta metros, albergando en su parte superior un reloj de carrillón que simboliza, en su conjunto, la importancia que los portugueses dan a la vivencia cívica. Su interior cuenta con seis plantas, un sótano y dos patios interiores. Posee techos abovedados de estuco con acabados artísticos de estilo romántico, una escalera principal, pasillos y salas con estatuas y bustos y un gran salón, entre otras estancias.

En frente del Ayuntamiento se encuentra la estatua de bronce del poeta Almeida Garret (1799-1854), trabajo realizado por el escultor Salvador Barata Feyo, e inaugurada en noviembre de 1954 para conmemorar el centenario de la muerte del artista. Detrás del edificio consistorial se levanta la Iglesia de Trindade, construida a lo largo del siglo XIX según proyecto de Carlos Amarante, cuyo estilo corresponde con la transición entre el esplendor del barroco y el carácter funcional del neoclasicismo.

Volvemos frente al Ayuntamiento, a partir del cual discurre hacia el sur, hasta la Praça da Liberdade, un paseo pavimentado diseñado por el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira cuando se remodeló la avenida para abrir la nueva estación de metro de Aliados. Se trata de un bonito paseo peatonal que permite admirar los edificios más emblemáticos, en su mayoría modernistas, construidos a lo largo de esta avenida entre finales del siglo XIX y principios del XX. Entre ellos vamos a destacar unos cuantos. Comenzamos con el Antigo Edifício Almeida Cunha, cuya construcción se inició en 1925, siguiendo los planos del arquitecto italiano Michelangelo Soá, quien se asentó en Oporto para dar clases en la Escola Industrial Infante Dom Henrique.

A lo largo de los años, este edificio ha quedado asociado a diferentes espacios que ha albergado, como la Pensão Monumental, una pensión fundada por Miguel Vaz que alrededor del 1935 ocupó el cuarto y quinto pisos del palacio. De igual manera, uno de los locales del lado derecho de la fachada albergó el Monumental Café, diseñado por João Queiroz (el mismo que ideó el Café Majestic que veremos después) e inaugurado en enero de 1930. Se trataba de un local hostelero confortable y lujoso, dividido en diferentes espacios en sus tres plantas, como una zona de billares, un restaurante, una cafetería con orquesta, etc. Pero lo más curioso fue que contaba con innovaciones técnicas para la época: un secador de manos, así como un sistema de sonido que permitía escuchar música en las tres plantas. El Monumental tuvo una vida corta, pues cerró en 1940. En la actualidad el edificio acoge un hotel de lujo, inaugurado en noviembre de 2018.

Unos pocos metros más abajo se levanta la antigua sede del periódico O Comércio do Porto construido en 1930. Aquel diario fue fundado en junio de 1854 siendo, cuando dejó de publicarse en 2005, el segundo periódico portugués más antiguo, después del Açoriano Oriental. El edificio, por su parte, fue diseñado por el arquitecto Rogério de Azevedo, uno de los pioneros de los valores modernistas de la arquitectura portuguesa durante la primera mitad del siglo XX. La obra de Azevedo estuvo marcada por las tendencias tradicionalistas del momento asociadas a la ideología del Estado Novo. Justo al otro lado de la avenida, se sitúa otro edificio a destacar: la antigua sede de la Caixa Geral de Depósitos (actual fundación cultural Culturgest), del arquitecto Porfírio Pardal Monteiro. Más o menos en el centro de la avenida, entre ambos edificios, se encuentra la estatua de la Abundancia, también conocidas como de los Niños, realizada en bronce por el escultor Henrique Moreira.

Seguimos el paseo hacia el sur y ahora vemos, a nuestra derecha, el edificio de la antigua sede de la compañía de seguros "A Nacional", construido por el arquitecto portugués Marques da Silva, quien ideó, casi simbólicamente, una alineación urbana con la otra construcción que se encuentra justo al otro lado de la avenida, la del antiguo Banco Lisboa Açores (actual BBVA). Y es que, como miembro de la comisión de Estética, da Silva ideó en 1919 un proyecto en el que ambos edificios situados en los ángulos de las dos cuadras constituyeran un pre escenario que marcaba la entrada a la avenida. Esto hizo que se marcara la estética y el modelo a seguir de los demás inmuebles, no sólo en el aumento de la altura y verticalidad, sino también en un claro lenguaje de influencia Beaux-Arts.

A partir de aquí se inicia la Praça da Liberdade que se encuentra presidida por el monumento a Pedro IV de Portugal, el cual, en el momento de nuestra visita a Oporto, se encontraba en obras todo el entorno. Esta escultura ecuestre de bronce de diez metros de altura y cinco toneladas de peso fue realizada por el escultor francés Anatole Celestino Calmels, quien añadió a la representación del rey una carta constitucional y elementos simbólicos como hojas de laurel y roble que discurren alrededor de los escudos de Braganza y Oporto. La primera piedra de este monumento fue colocada en julio de 1862 e inaugurada finalmente en octubre de 1866 para conmemorar las contribuciones de este rey al país. Como curiosidad, los relieves originales de mármol de Carrara que se encontraba en el pedestal fueron sustituidos por duplicados de bronce para así protegerlos.

A un lado de la plaza se levanta el edificio del Banco de Portugal, cuyo proyecto preliminar fue realizado por los arquitectos Ventura Terra y José Teixeira Lopes. Para su fisionomía se tuvo en cuenta la combinación de los diferentes servicios para los que fue concebido: comerciales y tesorería, además de estar adaptado para el público y los empleados. De igual manera se tuvo especial atención a los materiales utilizados que fueron el granito y el mármol, así como a las técnicas modernas de ventilación, iluminación y calefacción. Con la muerte de aquellos arquitectos, el proyecto definitivo fue elaborado por José Abecassis en 1922. Por su parte, la estructura del frontón y las dos estatuas laterales de bronce son obras del escultor José Sousa Caldas. Durante la construcción del edificio surgieron problemas relacionados con la naturaleza pantanosa del terreno que hicieron que las obras se prolongaran hasta abril de 1934, fecha en que se inauguró el nuevo edificio.

Al otro lado de la plaza se encuentra el antiguo Café Imperial, obra del arquitecto Rogério de Azevedo, que abrió sus puertas al público por primera vez en 1936, convirtiéndose en un lugar de reunión para los habitantes de Oporto. Pero a partir de 1995 alberga una cadena de comida rápida muy famosa. Este local se ha llegado a clasificar como el McDonald’s más bonito del mundo, ya que se respetó su fisionomía Art Decó. Originariamente se accedía al interior a través de una puerta giratoria, sobre la cual se encontraba (y se encuentra en la actualidad) una gran águila fundida en bronce realizada por el escultor Henrique Moreira. Para mantener la estética con la escultura, la cadena de comida rápida optó por obviar sus característicos colores rojo y amarillo, eligiendo un tono bronceado que imita a la del águila, para el cartel de su nombre.

Su interior contaba antiguamente con un llamativo mostrador situado al fondo que discurría por todo el ancho de la pared, mientras que a los lados se situaban otras dos barras: una para el café y la otra para el tabaco y los periódicos. Aquellos elementos no se han conservado, sin embargo, sí se ha mantenido su decoración art decó original. Destaca los vitrales realizados por Leone, en los que se representó la transformación del café, desde la cosecha y el transporte en barco, hasta su descarga en el puerto de origen para, finalmente, ser servido para ser degustado en tazas. De igual manera se pueden ver sus techos ornamentales originales, desde donde cuelgan unas lámparas de araña y, situados sobre los espejos, unos bajorrelieves de yeso con escenas de danza, también realizados por Moreira.

De nuevo en el exterior, finalmente, cerrando la Praça da Liberdade por su lado sur, se levanta el Palácio das Cardosas construido en el siglo XVIII por el arquitecto José de Champalimaud. En su día sirvió como convento, hasta que fue adquirido por el burgués Manuel Cardoso dos Santos, quien dejó sus bienes a sus tres hijas, conocidas como “las Cardosas”. Es por ello que, al poco tiempo, el edificio se comenzó a conocer popularmente como el “palacio de las Cardosas”. Cuando fue adquirido en 2011 por el hotel InterContinental decidieron mantener su nombre y fue totalmente renovado para su nueva función. A partir de entonces se combinó lo tradicional y lo contemporáneo, mediante muebles antiguos y cuadros modernos, además de alberga tiendas de joyas y un restaurante, todo ello de lujo.

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