Heraclión, Herakleion o Iraklio (en griego Ηράκλειο, Iráklio) estaba ocupada antaño por el puerto de Cnossos, habiendo pasado por diferentes culturas como la árabe, romana, veneciana o turca. La visita a la ciudad, casi se podría resumir en la visita a su importante museo arqueológico y a la Ciudad Micénica de Cnossos, (que está muy cerca de Iraklion y desde donde salen autobuses cada 10 minutos aproximadamente.).
Nuestra visita: | Enero de 2016. |
Idioma Oficial: | griego (inglés es ampliamente hablado). |
Moneda: | Euro €. |
Población 2011: | 176.000 hab. |
Superficie urbana: | 24 Km². |
Prefijo telefónico: | +30 2810. |
Web oficial: | heraklion.gr |
Heraclión ocupa lo que antiguamente era el puerto de Knossos. Bajo la denominación romana el enclave era conocido con el nombre de Heraclium. Después llegarían los sarracenos en el año 827 que la llamarían Handak, que en árabe significa "foso". Pocos años después, en el año 961, los bizantinos ocuparon la ciudad asumiendo el nombre árabe, pero adaptándolo al griego.
Posteriormente llegarían los venecianos en el año 1212 y la renombrarían Candía. El azúcar por su blancura era llamado "cándida" de este modo, por asimilación, se le llamó así a la ciudad. Y es que cuando los venecianos desembarcaron en la isla vieron que existían numerosos cultivos de caña de azúcar que los árabes habían introducido, por cierto, por primera vez en Europa.
Se convirtió en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, por eso se le rodeó de murallas que fueron reforzadas en el siglo XVI con un nuevo muro realizado por Sanmicheli. Llegaría la época turca en la que, de nuevo, se le cambiarían el nombre por Megálo Kastron y no fue hasta 1898 cuando adaptó definitivamente la denominación actual de Iraklion, durante la ocupación de la isla por las grandes potencias durante los años 1898 a 1908. En 1913 Creta se incorporó definitivamente al Reino de Grecia.
A priori la ciudad de Iráclion nos puede resultar desordenada, ruidosa e incluso fea. Y es que este núcleo urbano hay que visitarlos por partes, puesto que son en puntos concretos de la ciudad donde veremos esa belleza, quizás perdida tristemente en la época contemporánea. Por ello, para quienes sólo pretendan visitar algunos de esos puntos entonces un día es suficiente, pero si quieres profundizar más y poder tejer un manto histórico mas amplio, te recomendamos dos días.
Dia 1: comenzaremos nuestra ruta en el Puerto Veneciano, del cual queda poco, aún así destacamos en esta parte la fortaleza veneciana de Koulés, lo que quedan de los arsenales venecianos y los restos del monasterio de san Pedro y san Pablo, además de la magnífica vista sobre el mar y la misma ciudad. Nuestro siguiente objetivo es la Plaza Venizelou, para ello nos introduciremos al interior de la ciudad a través de la Odós 25 Avgoúto, calle peatonal que cuenta con los edificios neoclásicos más bellos de Heraklion. En nuestro camino nos toparemos con la magnífica Lonja veneciana, a cuya espalda está la Platía Ágios Títos, donde destacan su fuente del año 1602 y la iglesia homónima.
Ya en la plaza Venizelou podemos ver la Fontana Morosini y la iglesia Agios Márkos (actual Galería de Arte). Así, sin darnos cuenta, llegará la hora de almorzar, es buena idea comer por esta zona, aquí encontraremos tabernas tradicionales. Por la tarde nos dirigimos a uno de los museos más importantes de Grecia: el museo Arqueológico de Heraklion que alberga las colecciones de cultura minoica más importantes del mundo.
Dia 2: esta jornada la iniciaremos en el museo de Historia Natural de Creta, donde aprenderemos más sobre la fauna y flora de la isla y de todo el Mediterráneo Oriental. Después podríamos realizar una ruta que siguiera las antiguas murallas que antaño rodeaban la ciudad. Durante dicho recorrido podremos comer y beber algo, en el punto del trayecto que el viajero desee. Como broche final de nuestra visita a la ciudad podemos ver otros lugares y sitios de interés como el Museo Histórico, la Platía Eleftherías, la Platía Kornárou…
Cuando llegamos a Iráclion nos pareció a primera vista una ciudad sin encanto, desordenada y fea. Y efectivamente, no estamos ante una de las ciudades que en su conjunto sea de las más bellas de Europa. A pesar de ello, nos dimos cuenta enseguida que no hay que verla como un todo, sino como un lugar que albergar pequeños tesoros repartidos por sus calles.
Uno de esos tesoros, y quizás el mayor motivo para viajar hasta aquí, es el Museo Arqueológico. Entre sus paredes podremos ver diferentes piezas encontradas en la isla de Creta, de especial importancia es la colección minoica. No queremos extendernos sobre todas las piezas que nos ha gustado, por lo que haremos una mención resumida de objetos importantes como la Diosa de las Serpientes, el Disco de Festós, la figura de marfil del Saltador de Toros, el Sarcófago de Hagia Triada, los frescos minoicos, la Cerámica Palacial de Kamares, etc., etc., etc.…
Por su parte el puerto veneciano nos ha dejado un tanto fríos, más aún si tenemos en mente dos puertos hermanos como son los de Hania y Réthimno. Su fortaleza es, a nuestro entender, lo que más merece la pena del puerto. Cerca queda el Museo de Historia Natural de Creta, ideal para conocer más sobre la flora y fauna de la isla y del Mediterráneo oriental y especialmente indicado si viajas con niños. Aquí nos gustó mucho el simulador de terremotos, te sientas en un pupitre de una clase y la plataforma donde está situada la escenografía comienza a emular el movimiento de las placas tectónicas, es aterrador y a la vez muy divertido.
No nos podemos perder el recorrido por la Odós 25 Avgoúto, donde tomaremos el pulso histórico de la ciudad neoclásica. Nos gustó la Loggia veneciana, pero sobre todo nos encantó la platía E. Venizélou, se trata de un lugar lleno de vida, muy animado. Nos gustó muchísimo la fuente Morosini, está lleno de detalles y merece la pena sentarse y admirarlo tranquilamente.
Interesante es también realizar un recorrido por algunos tramos de la antigua muralla, sus bastiones y sus puertas son claros ejemplos de esos rincones de los que hablamos al principio. En el bastión de Martinengo, en una fortificación adicional, se encuentra la tumba del autor de "Zorba el Griego" el escritor cretense Níkos Kazantzákis.
En otro plano, las cafeterías aquí nos parecieron impresionantes, con una gran decoración y un tamaño considerable, es, en definitiva, toda una inversión para un modo de vida que consiste en el largo y pausado café de la tarde, pasando por la copa de la noche. A tenor de lo cual, además de toda la gama gastronómica griega, maravillosa y riquísima, como la ensalada griega, la spanakópita, souvlakis, mousakas, etc… nosotros probamos los loukoumades, masa de pan frito cubierto de miel, canela y a veces de semillas de sésamo, que nos recordó a los buñuelos tradicionales.
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