SEGOVIA

LA DAMA DE LAS CATEDRALES


Se construyó entre 1525 y 1577 sobre una catedral románica anterior destruida durante el conflicto comunero. Estamos ante una de las construcciones góticas más tardías de España, ya que se le dio dicho estilo cuando comenzaba a imperar el estilo renacentista. Contrasta la poderosa torre con una fachada austera, mientras que la cabecera se adorna con pináculos en sentido decreciente. Las medidas de la catedral son: 33 metros de altura, 50 metros de ancho y 105 metros de longitud.

Dispone de tres puertas, la del Perdón situada en el oeste, la de San Geroteo al sur y la de San Frutos en el norte. Ésta última, en estilo herreriano, es el acceso al templo. Esta puerta se compone de dos cuerpos: en el inferior cuatro columnas dóricas y en el superior dos corintias, sobre ellas un frontón triangular. Todo el conjunto se encuentra bajo la protección de un gran arco.

Vamos a proceder a visitarla interiormente: conforme pagamos nuestra entrada giramos a la derecha y vamos viendo las distintas capillas y elementos de esta catedral, así con lo primero que nos topamos es con la capilla de la Piedad, donde vemos el retablo del Santo Entierro de J. de Juni del 1571. Le sigue la capilla de San Andrés que contiene el Tríptico del Descendimiento de A. Benson del siglo XVI y, además, entre otros elementos, también destacan el retablo de Pedro de Brizuela de 1620, la talla de san Andrés en la cruz en forma de aspa y a su lado los cuatro evangelistas y el relieve del Martirio, obras de Felipe de Aragón.

A continuación, nos encontramos con la capilla de San Cosme y San Damián, en la que destacan las tallas de la Inmaculada (S. XVII) y San Cosme y San Damián del siglo XVII. Le sigue la capilla de San Gregorio, cuya reja de estilo barroco del siglo XVIII es de Antonio Elorza. En ella se encuentra el retablo barroco de Juan de Ferraras con un lienzo que representa la Misa de San Gregorio.

Seguimos recorriendo la Catedral y ahora nos topamos con la capilla de La Concepción, construida alrededor del año 1528, poco tiempo después de que se iniciara la construcción de la Catedral, aunque no fue hasta 1606 cuando el cabildo inició su renovación. La escultura de la Inmaculada que preside hoy el altar fue realizada por Antonio Herrera en 1621, escultor del rey Felipe IV, junto a la imagen vemos una pequeña hornacina con la imagen del Ecce Homo. Las veintiuna pinturas y lienzos son un elemento fundamental en esta capilla, entre ellas destaca el “El bautismo de Cristo” y el cuadro llamado "El Árbol de la Vida" del siglo XVII.

Terminadas las capillas de la derecha, nos aproximamos hasta las de la izquierda, pero antes nos paramos en el trascoro, donde se custodian los restos de San Frutos, patrón de Segovia. El retablo central es obra de Humbert Dumandre de 1758 y los laterales de Ventura Rodríguez y Juan de la Torre.

Las capillas de la zona izquierda comienzan con la de San Blas que cuenta con un retablo barroco del siglo XVII y rejas del siglo XVI. Le sigue la capilla del Cristo Yacente con un retablo del siglo XVII, donde vemos dos pinturas de Francisco Camilo: una del Cristo Crucificado y la otra del Descendimiento. Destaca el Cristo Yacente del siglo XVII, obra maestra de Gregorio Fernández. Se cierra mediante una verja barroca obra de Antonio Elorza del siglo XVIII.

Por su parte la capilla de Santa Bárbara fue diseñada por el arquitecto Pedro de Brizuela a principios del siglo XVII, cuenta con un retablo de estilo neoclásico de piedra pintada y en él figura la imagen de Santa Barbara. Aquí destaca la reja de Gregorio de Aguirre del 1741 y una pila bautismal gótica procedente de la antigua Catedral.

A continuación, vemos la capilla de Santiago que cuenta con un retablo de Bolduque de 1591. Las pinturas sobre la vida del apóstol Santiago son obras de Alonso Herrera. La siguiente es la capilla del Cristo del Consuelo, por el cual entramos al claustro y al Museo Capitular. Esta capilla está compuesta por un sencillo retablo barroco con la efigie del Cristo del siglo XVII, la cual procede del colegio de los Jesuitas. Los sepulcros pertenecen al primer arzobispo de Sevilla, Raimundo de Losana, y a Diego de Covarrubias, obispo de Segovia. La puerta de acceso al claustro era de la antigua catedral, trasladada aquí en 1526. Se realizó en el año 1483 por J. Guas por encargo de Isabel la Católica. En el tímpano de la portada vemos un conjunto de la Piedad y en la parte superior se encuentra el escudo de los Reyes Católicos y sus símbolos, el yugo y las flechas.

Nos acercamos ahora al Claustro, obra del siglo XV de Juan Guas procedente de la antigua catedral, cuyo traslado es considerado el primero realizado piedra a piedra en España. Aquella catedral fue consagrada en 1228 y se encontraba entre la iglesia de san Andrés y el Alcázar, incluso tenía un barrio propio de para los canónigos, las Canonjías. Este imponente claustro se edificó en el lado sur de aquella catedral, al cual el maestro Guas dio un estilo gótico con elementos mudéjares residuales.

Aquel conjunto no sufrió prácticamente ninguna modificación hasta que en el año 1520 estalló la guerra de los comuneros, que acabó en 1523 con la antigua catedral que ya estaba en un estado maltrecho. Ante lo cual, Carlos I de España y V de Alemania ordenó su derribo y la construcción de un templo nuevo en el emplazamiento actual, aunque también mandó el traslado del claustro para ubicarlo en la nueva catedral debido a su valor arquitectónico realizado con piedra de calidad, el gusto del momento por el estilo gótico, el ahorro económico y, sobre todo, los escasos daños que sufrió el claustro durante la contienda comunera. Así pues, en junio de 1524 se comenzó el desmonte empezando por el tejado y en abril de 1525, se empezó el traslado.

En 1528 el claustro comenzaba tomar forma, aunque con algunas modificaciones como el cambio de la mampostería de Guas por sillería aprovechada de las ruinas de la antigua catedral o la adicción de nuevos canales en los techos. En el siglo XVI se pavimentó para dar cabidas a las sepulturas, entre las que destaca las de Rodrigo Gil de Hontañón, y los maestros de obras Francisco de Campo Agüero y Francisco Viadero. Entre 1870 y 1913 el arquitecto municipal, Joaquín de Odriozola, devolvió a su estado original la parte inferior de los ventanales, reformados durante el barroco, además de trazar la portada neogótica que da paso al jardín.

En un lateral del claustro se encuentra la Sala Capitular, suntuosa sala decorado con artesonado del siglo XVII y tapices flamencos en los que destaca el llamado tapiz "de la reina Zenobia". Al lado se levanta la torre, a la cual no sólo es posible subir para ver una panorámica de Segovia, sino que también contiene, etc.… Volvemos al interior del cuerpo de la Catedral, ahora nos encontramos con el Coro, cuya a sillería pertenecía a la antigua catedral. De estilo gótico flamígero, de finales del siglo XV, fue mandada hacer por el obispo don Juan Arias Dávila. En el centro el facistol (s. XVI) de estilo plateresco, cuyo pie se atribuye a Vasco de la Zarza.

A la derecha se encuentra la capilla Sto. Sacramento o simplemente del Santísimo contiene un retablo diseñado por J. Benito de Churriguera en 1686. Se ecuentra divida a su vez por dos capillas: en primer término, el Cristo de la Agonía, obra de Pereira, y al fondo la de los Ayala. En el medio está el Altar Mayor, con una espléndida bóveda bajo la cual se venera a la Virgen de la Paz del siglo XIV, recubierta de plata y situada en el altar diseñado por Sabatini en el siglo XVIII.

La Girola está dividida en las siguientes ocho capillas: empezando por la de San Pedro, en la que vemos un retablo y una escultura policromada del santo titular del siglo XVI, obra de Pedro de Bolduque. Le sigue la capilla de San Ildefonso con un retablo del siglo XVIII, decorado con un altorrelieve que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso. A continuación, la de San Geroteo, fundada por el obispo Juan José Martínez Escalzo en 1173 para que sirviera de enterramiento. La siguiente es la capilla de San Frutos, dedicado a los tres santos segovianos y además hermanos: San Frutos, San Valentín y Santa Engracia.

Ahora vemos la capilla de San Antonio de Padua que contiene un altar barroco del siglo XVIII. Por su parte la capilla de Nuestra Señora del Rosario contiene un lienzo de la Virgen del Rosario realizada en 1789 por Ramón Bayeu. La capilla de San José cuenta con un retablo del siglo XVIII. Finalmente, la capilla de San Antón que cuenta con un retablo del siglo XVII de José V. Vivanco. A la izquierda se encuentra el sepulcro en actitud orante del obispo don Antonio Idiaquez Manrique fallecido en 1615.

El espacio que separa el Altar Mayor y el Coro es conocido como Vía Sacra. En el suelo podemos encontrar diversos enterramientos de distintos obispos de la diócesis de Segovia. Además, se haya un púlpito de mármol con relieves de la Concepción y de los evangelistas.

Y ya como última seña sobre la Catedral de Segovia destacamos las vidrieras como elemento importante. Gran parte de ellas datan del siglo XVI. Autores como Pierre de Holanda, Pierre de Chiberry, Walter de Roch, Nicolás de Holanda o Nicolás de Vergarade intervinieron en la realización de ellas. En el siglo XVIII se sustituirán algunas de la cabecera por vidrio incoloro para dar más luz al presbiterio, donde se había colocado el gran retablo de Sabatini.

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