MONTPELLIER (MONTPELHIÈR)

LA PLAZA REAL Y EL ARCO DEL TRIUNFO


Desde la Place des Martyrs-de-la-Résistance nace la Rue Roch, creada en 1205 durante la construcción del segundo recinto fortificado conocido como “Clôture commune”. Hasta el año 1860 fue llamada rue du Peyrou. Durante la gran obra de remodelación llevada a cabo en el siglo XIX por iniciativa del por aquel entonces alcalde Jules Pagézy, se llevaó a cabo el ensanchamiento y la ampliación de la vía, para lo cual se derribaron varios edificios que previamente fueron expropiados. En 1864 tomó el nombre de rue Impériale, para después ser cambiado por la de rue Nationale por el nacimiento de la III República, hasta que finalmente toma el nombre actual en 1929 tras el fallecimiento del mariscal Foch. En la actualidad es una de las calles comerciales más populares del barrio de Écusson.

La calle conduce hasta el Arc de Triomphe o Porte du Peyrou, construido en 1691 en el lugar de una antigua puerta medieval de entrada a la ciudad que estaba casi en ruinas, la cual se encontraba enmarcada por las desaparecidas murallas de la ciudad. Al lado de la puerta se levanta la Cour d'Appel, cuyo edificio fue construido por Charles Abric entre 1846 y 1853 en estilo neoclásico, en el que destacan sus columnas corintias y el relieve del frontón realizado por Marius Ramis. Centrándonos en la Porte du Peyrou fue construida a modo de arco triunfal que recuerda a su homólogo parisino por el arquitecto Augustin-Charles d’Aviler, a partir de un diseño atribuido a François d’ Orbay, alumno de Mansart.

Las obras necesitaron cinco años para completar la estructura de la puerta, la cual, situada en una de las partes más altas de Montpellier, a unos 52 metros de sobre el nivel del mar, posee una altura de 15 metros y una anchura de 18, mientras que su apertura mide 7 por 4,70 metros. La oficina de turismo de la ciudad ofrece la posibilidad de subir hasta su terraza tras superar unos 88 escalones que la separa del nivel del suelo, desde donde poder ver una panorámica de la Promenade du Peyrou y parte de la ciudad por un lado y de la rue Foch y alrededores por el otro.

El programa escultórico es obra de Philippe Bertrand. Las inscripciones y los cuatro medallones tallados representan alegóricamente los hitos del reinado de Luis XIV, el Rey Sol. En la cara que da a la rue Foch vemos en uno de esos medallones, el de la izquierda, simbólicamente la fe católica que triunfa sobre la herejía protestante, haciendo referencia a la revocación del Edicto de Nates, el cual aseguró cierta libertad religiosa a los protestantes entre 1598 y 1685, momento en que fue suprimido. El otro medallón, el de la derecha, representa la construcción del Canal Royal de Languedoc diseñado por Pierre-Paul Riquet y conocido hoy como el Canal du Midi, mediante una alegoría en el que el océano y el mar, guiados por Francia, se unen.

Los medallones que miran hacia el interior de la Promenade du Peyrou representan alegóricamente a Luis XIV como Hércules. En uno de ellos, el de la izquierda, alude a la toma de Namur durante la guerra de la Gran Alianza, en él el rey (Hércules) está siendo coronado por Victoria como vencedor de la Batalla, el soldado caído representa a Namur y el águila triunfante (Francia) se encuentra sobre el escudo del soldado. En el medallón que está a la derecha se representa al Rey Sol (Hércules) que está siendo coronado por Victoria que está pisoteando a un león que simboliza al enemigo inglés.

Sobre la cabecera grabado en latín vemos una inscripción que traducido viene a decir lo siguiente: “Luis el Grande, 72 años de reinado, trajo la paz en tierra y en mar después de haberse separado, contenido y unido a los pueblos aliados en una guerra de cuatro décadas. 1715”.

Esta gran puerta es sin duda la entrada a la plaza real de Pyrou, pero antes de acceder a su interior debemos fijarnos en las esculturas que se encuentran en el muro de entrada y que flanquean el enrejado de entrada, a modo de guardianes. La decoración escultural de este jardín corrió a cargo de varios artistas, pero aquí vamos a destacar estas dos grandes estatuas "Amours au lion" (Cupidos con leones) realizadas 1883 por Injalbert.

Desde aquí, antes de entrar al jardín, se extiende a ambos lados unas cuestas flanqueadas por pequeños fortines. La de la izquierda conduce hasta la place Giral donde se levanta la Croix du Peyrou. Estamos en la zona donde antaño se levantaba un puente levadizo que salvaba una acequia que delimitaba las antiguas murallas fortificadas de la ciudad (Commune Clôture). Aquella estructura se reemplazó por otro puente de piedra de 28 metros de ancho.

Nos adentramos ya al interior de la Promenade du Peyrou para ver, en uno de sus extremos a modo de mirador, la Croix du Peyrou que fue erigida por la ciudad en 1984. El Cristo de esta cruz se realizó en bronce, mientras que la propia cruz se realizó en madera. La obra mide diez metros de ancho y 4,5 metros de ancho. Se alza sobre un pedestal de piedra situado en una isleta central de la place Giral. La cruz que vemos se colocó en sustitución de otra más antigua que se alzaba en ese mismo lugar y que fue derribada en 1562 durante las Guerras de Religión.

La Promenade du Peyrou, rápidamente ascendida a Place Royale du Peyrou, es la última plaza real construida en Francia. En 1685, el rey Luis XIV decidió designar a la ciudad de Montpellier una estatua ecuestre suya, por lo que se tuvo que construir un escenario digno donde colocar la escultura del soberano. Por tanto, aquel mismo año los Estados del Languedoc votaron a favor de erigir aquella estatua.

Las obras de excavación y extensión comenzaron a partir de 1689, quedando el lugar desprovisto de vegetación y arquitectura en 1690 pero no fue hasta 75 años después, bajo el reinado de Luis XVI en el año 1766, que comenzaron los trabajos de embellecimiento. Once años más tarde, en 1777, la plaza se finalizaría, considerándola como una de las más bellas del reino debido a su ubicación donde se obtienen bellas vistas.

Este paseo de 3 hectáreas fue un lugar habitual de reunión de la burguesía de la ciudad, actualmente es el lugar favorito de los habitantes de Montpellier para realizar footing, jugar a la petanca o simplemente para pasear. Como curiosidad, Luis XIV mandó, mediante un edicto real, prohibir la construcción de cualquier edificio que superase la elevación de este cerro en Montpellier. Aunque en el siglo XIX se hizo caso omiso con la construcción de la iglesia de santa Ana, el arquitecto Ricardo Bofill tuvo que cumplirlo a la hora de crear el barrio de Antigone.

El otro extremo de la plaza está coronado por un depósito rematado por el Château d’eau, una monumental torre de agua hexagonal realizada por Giral y Donnat, cuyo proyecto fue seleccionado en 1767 y construido un año después, en 1768. La cisterna de esta torre tiene la función de acumular el agua que proviene del acueducto de san Clemente, para después ser suministrada a varias fuentes de la zona baja de la ciudad.

Las terrazas que se encuentran tras la Torre del agua fueron diseñadas por el arquitecto Daviler, las cuales debían permitir la contemplación de todo el entorno, como las Cévennes y los Pirineos, vistas que fueron protegidas, como vimos anteriormente, por los edictos reales de 1775 y 1779, en los que se limitaba la altura de las construcciones de los alrededores.

El Aqueduc Saint-Clément, más conocido como acueducto de Arceux, fue construido entre 1753 y 1764 para bastecer de agua a la ciudad de Montpellier, conectando, a lo largo de 14 kilómetros, la gran fuente Saint-Clément-de-Rivière con la Torre del agua. Este encargo fue confiado a Henri Pitot, después de que la sociedad real de ciencias hubiera reflexionado sobre el problema del agua en Montpellier. Aquel ingeniero hidráulico francés realizó la construcción inspirándose en la arquitectura del Pont du Gard.

El acueducto cuenta con dos series de arcos superpuestos, de grandes arcos que soportan otros más pequeños. El tramo de los arcos pequeños reduce el riesgo de grietas y filtraciones. A lo largo del acueducto se erigieron diferentes construcciones monumentales, en particular en la zona del Lironde, un afluente del Lez, así como en la parte del barrio de Arceaux, nombre que recibe por las arcadas del acueducto, que se extiende más de 800 metros.

En ese barrio el acueducto cuenta con 53 grandes arcos con una apertura de 8 metros y 183 arcos pequeños que cuentan con una apertura de 2,78 metros, todos ellos con una altura aproximada de 28 metros en su punto más alto. Todo el puente hace que el agua llegue hasta la Promenade du Peyrou a una velocidad de 25 litros por segundo, abasteciendo sus numerosas fuentes en el centro de la ciudad, entre ellas las más monumentales: Fontaine des Trois Grâces (fuente de las Tres Gracias), Fontaine de la Licorne (fuente del Unicornio) y la a Fontaine de l’Intendance.

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